sábado, 1 de mayo de 2010

Opinión :

Amigo Trabajador



El mes de mayo comienza con una conmemoración muy importante para todos nosotros, celebramos el Día Internacional del Trabajo en todo el mundo. Y cuando uno tiene que celebrar se hace algunas preguntas que deben ser tomadas en cuenta, como :



¿Cómo celebrar el Día del Trabajo en medio de una crisis moral y ética?; crisis provocada por la avaricia y codicia de unos pocos; crisis aprovechada por los empresarios para bajar los sueldos de sus trabajadores o hacerlos renunciar de sus derechos laborales; cuando el crecimiento económico del país pronosticado en 6% para este año no llega a los más pobres, y pueblos con tanta riqueza minera, como la nuestra, alberga una gran cantidad de desocupados, pobres y pobres extremos; pero en teoría somos el pueblo que más beneficios económicos tiene, porque estamos rodeados de grandes reservas mineras.

¿Cómo celebrar este día en que muchos trabajadores están estresados por los extenuantes horarios de trabajo atípico de 10, 12 y hasta 14 horas diarias? No se puede ni debe olvidar que, el origen de este día es la sangre derramada de los Mártires de Chicago, quienes fueron asesinados vilmente porque pedían una jornada laboral de 8 horas diarias y sueldos más justos; el recuerdo de estos mártires es lo que nos debe movilizar hoy y siempre, para luchar por una sociedad más justa y fraterna. ¿Cómo celebrar este día cuando la gran mayoría de trabajadores no trabajan en aquello para lo cual tienen vocación, y más habilidades para lo que han estudiado como manda la Constitución Política del Perú?.

No hay mejor celebración que imitar a quienes, en el pasado, dieron su vida para que nosotros, hoy, gocemos de lo que nos parece normal. Por eso, esta celebración es un llamado a no permitir que sean los obreros, los trabajadores y sus familias quienes paguen las consecuencias de tanta inmoralidad, avaricia y codicia de algunos; aprovechada por empresarios acorazados con los beneficios tributarios del cual gozan, para bajar sueldos, no pagar utilidades, y no respeten los beneficios que costaron sangre sudor y lagrimas de quienes dieron su vida en el pasado.

Recordar a los Mártires de Chicago ha de ser un impulso para que las nuevas generaciones de jóvenes y trabajadores busquen la creación de una sociedad cuyo motor sea las personas y sus necesidades. Recordar a los Mártires de Chicago seguramente será la ocasión para estar con la familia, descansar, y disfrutar de una rica pachamanca, porque nosotros seguiremos celebrando y exigiendo el respeto por cada uno de nuestros derechos.

¡ Salud Amigo Trabajador!. Un abrazo a los trabajadores de la mina Santa Luisa de Huanzalá, y de todo el mundo.
Luis Antonio Páucar Solís