miércoles, 24 de septiembre de 2014

Yo opino:

¡Por Huallanca!
Rolando Húbner Marcos Picón
Para entender Huallanca hay que tener ojos de amor; sentirnos orgullosos de nuestras tradiciones, costumbre; de nuestra gente de nuestro pueblo. De otra forma, nos perdemos en las contradicciones de un  pueblo individualista, cosmopolita, heterogéneo y multicultural. Que Huallanca es un pueblo grande, hermoso rico y generoso, lo  sabemos todos; lleno de recursos naturales, maravilloso para la agricultura, la ganadería  y la minería; pero quiénes nos han dirigido no han podido  llevarnos al sitial que como pueblo y sociedad nos merecemos. 
Pregonar nuestras enormes posibilidades como pretexto ante nuestras grandes limitaciones es enfermizo. En honor a la realidad, llevamos  años de mezquindad pública, y tal vez sea hora de volver a intentar ponernos de pie y trabajar juntos por el Huallanca mejor. 

Creo que hay 3 ejes fundamentales para intentar salir de la inercia en la que nos encontramos sumidos como pueblo como sociedad, y como huallanquinos: Educación, Confianza y Carreteras. Tradicionalmente nuestros alcaldes se han esmerado en hacer obra que perdure (con placa e inauguración), muchas de ellas elefantes blancos que no funciona, o están mal hechos; a más obras mejor gobierno. Pero olvidaron lo fundamental, los ciudadanos. La educación estatal es un desastre, no por falta de escuelas. Allí están, con bibliotecas virtuales, mobiliario escolar, bien pintados, y donde no hay es por falta de compromiso y de gestión de quienes nos han dirigido y de nosotros como ciudadanos. 

En estas elecciones tenemos que analizar si nuestros candidatos están realmente comprometidos, con su gente, su pueblo, y no con una campaña preparada para ganar dinero, a punta de promesas que no se cumplen y mentiras que cada día destruyen a nuestra sociedad y a nuestro pueblo.
Si realmente queremos cambiar a nuestra sociedad individualista y discriminadora, está en nuestras manos este 5 de octubre votemos por el mejor candidato, por propuestas seria y viables. No pretendo cambiar tu forma de pensar sino que reflexiones al momento de elegir  a quienes nos representarán estos próximos cuatro años.

 La gran revolución consiste en tener la audacia de invertir todos nuestros recursos en construir las carreteras a las comunidades, para incentivar el desarrollo de la ganadería y la agricultura, como actividades productivas alternas a la minería, firmar convenios con las empresas mineras que nos garanticen el consumo de agua para nosotros y nuestras futuras generaciones, en romper el pacto infame de una educación francamente mala y la entereza de confiar en nuestros ciudadanos. El alcalde que realmente dé inicio a estos cambios no tendrá dónde colocar placas conmemorativas ni organizar festejos exagerados, pero será recordado como aquel que nos lanzó a la modernidad e inició el cambio a un Huallanca más próspero y mejor para todos.
¿Alguien quiere tomar el reto? 

lunes, 15 de septiembre de 2014

Yo opino:

En el último tramo de la campaña electoral
Rolando Húbner Marcos Picón
En mi opinión, cuando los resultados de quiénes serán nuestras próximas autoridades se definirá en el último tramo de la carrera, debemos pensar en lo que van a encontrar los que ganen esta elección, muchos problemas, por lo dicho en campaña no saben o no quieren decirlo: el canon minero va a ser menor, pero no vamos a entrar a una crisis porque Huallanca en esta última década ha tenido y va seguir teniendo tanto dinero, y quiénes nos han dirigido no tuvieron la capacidad para gastar o invertir; las exigencias del pueblo son  mayores, llegamos a una nueva etapa sin las herramientas políticas para aplicar soluciones profundas y lograr objetivos rápidos en su aplicación y eficaces en resultados; no podemos tener construcciones que han costado millones de soles abandonados y sin funcionar.
Barrio Apolo - Huallanca

¿Qué pasará el 5 de octubre? Esa es la pregunta de fondo ¿cambio? ¿quién habla de cambiar? ¿llorar? ¿quién habla de llorar?. Tendremos nuevo alcalde, elegido por la mayoría de huallanquinos, pero los problemas seguirán ahí, y nosotros nos seguiremos preguntando ¿tan difícil es solucionar el problema del agua en nuestro pueblo? ¿por qué un pueblo que tiene una de las cordilleras más hermosas o mejor, un pueblo que vive al pie de la cordillera,  hay escasez de agua para consumo humano?, ¿por qué un pueblo con tanto dinero tiene el peor sistema de salud?, ¿por qué nuestros jóvenes al culminar su educación secundaria sólo esperan acceder a una minera? ¿qué tipo de educación están recibiendo nuestros jóvenes?; estos son problemas que tienen que solucionar nuestras nuevas autoridades.

Pero Huallanca es un pueblo dormido. Un mendigo sentado en un banco de oro diría alguien, un pueblo amnésico. Los cambios nos dan flojera, un pueblo indiferente, dividido por nosotros mismos, enemigos de nuestros propios paisanos, habla mal, después salúdale, amarra macho, para qué trabajas, no reclames, no critiques, lleva la fiesta en paz; a este paso que no nos sorprenda a quién o a quiénes le darán su voto los huallanquinos, y así será por los siglos de los siglos…

Barrio Virgen del Carmen
A escasos días de las elecciones municipales, con ocho candidatos, tres de ellos con la mayor posibilidad, pero sin un ganador absoluto, y con muchos indecisos, esto indica que la incertidumbre se mantendrá seguramente hasta el día mismo de la votación. En medio de una campaña caracterizada, entre otras cosas, por la guerra sucia y el aliento a los miedos ciudadanos desatada por la mayoría de los propios candidatos contra uno de los aspirantes, la firma del compromiso para el desarrollo concertado de Huallanca al 2021 tendrá una importancia significativa en la definición del voto de los indecisos. Por lo menos dos o tres puntos estarán en disputa y ellos pueden decidir el final de la contienda; lo que está en juego el 5 de octubre no es el cambio de cara de nuestras autoridades, como interesadamente se quiere hacer creer.

En sentido estricto lo que se disputará es la posibilidad de empezar a construir en Huallanca una nueva correlación social, política y económica que permita algunas reformas para avanzar en la inclusión social de vastos sectores de la población, acercándoles los beneficios del crecimiento económico de los millones de soles que llega a nuestro municipio y que debe servir para garantizarnos una mejor forma de vida a todos. A fin de cuentas, más allá del debate sobre el modelo de gestión municipal, es indiscutible que a lo largo de esta última década como pueblo hemos tenido la capacidad económica para poder crecer en forma sostenida pero hemos avanzado muy poco.

Barrio Chashinragra
Más profundamente, deberemos elegir entre permanecer con nuestros problemas sin solución y la posibilidad de avanzar hacia la modernidad, asumiendo sin dudas que la democracia, las instituciones fuertes y la participación ciudadana activa, son condiciones ineludibles, si queremos ampliar nuestro crecimiento de manera sostenible; es decir, de una forma socialmente equitativa y respetuosa del ambiente.

La gente ha perdido la confianza, vive en la incertidumbre y el miedo, y siente que el sistema actúa en su contra. 

Hoy por hoy, ¿qué razones encuentra la ciudadanía para confiar en la política como instrumental de cambio y progreso? nuestro pueblo, dueño de inmensos yacimientos mineros, nos hemos vuelto dependientes de los tributos mineros, y hasta nos hemos acostumbrado a pedir, para vivir bien hoy, pero no hemos sido capaces de ejecutar actividades de desarrollo en paralelo, que garantice a nuestros hijos un futuro mejor al que nos tocó a nosotros, y quiénes nos dirigieron tuvieron una mirada de muy poca altura, y dejamos pasar oportunidades como el periodo de bonanza que han vivido las empresas mineras.  

Necesitamos una cultura de participación ciudadana que sea el combustible del motor de desarrollo que nuestro pueblo necesita, el cual, requiere cambios, mejoras y adaptaciones. El colectivo debe primar sobre la individualidad en el seno de nuestro pueblo; no siempre es así. 

En los próximos cuatro años, en nosotros los huallanquinos debe imperar la cultura del trabajo y del esfuerzo, en vez de la cultura de la queja, la cual no debe confundirse con la crítica. Quién se queja no critica, más bien se excusa, termina empleando más tiempo en quejarse que en trabajar. Ocurre en las campañas, siempre verán a alguien quejarse pero con los brazos cruzados. Más de una vez manifestamos: 

 El cargo conlleva la carga; los huallanquinos estamos obligados a decidir nuestro destino sin egoísmos ni condicionamientos, y como se dice en el fútbol que gane el mejor.
Los días que restan deben ser un tiempo de razones y reflexión que nos ayuden a decidir nuestro voto pensando en que gane Huallanca.