sábado, 30 de enero de 2021

Yo opino:

"LOS CABALLEROS HUALLANQUINOS."

Rolando Húbner Marcos Picón

Los “caballeros huallanquinos” fueron un grupo social de propietarios y trabajadores mineros, en su mayor parte estaba integrado por vecinos criollos-mestizos liderados por el clan familiar de los Ulloa-Echevarría representarían a una poderosa élite criolla provinciana con fuertes vinculaciones con el grupo de poder burocrático español, como el Tribunal de Minería y La Real Audiencia de Lima. 

Avanzando el siglo XVIII año 1774 se produce el repentino descubrimiento de numerosas vetas de plata, la apertura de socavones y el transporte de los minerales, la actividad minera es impulsada por un grupo de comerciantes y ganaderos criollos estimulará una creciente migración de comuneros indígenas tributarios, así como obrajeros de Llata, Quivilla y de Huánuco; entonces Huallanca se transformará en una importante base minero-comercial.

Entre finales del siglo XVIII y la primera década del siglo XIX, se dieron singulares contratos matrimoniales que unirán a los descendientes de familias terratenientes y mineros- comerciantes. Estas uniones matrimoniales expresarían una variedad de reacomodos en los bloques económicos provinciales y los miembros de la élite criolla. Notándose en Huallanca dos clases sociales muy marcadas.

En los años 1786 se instala las jefaturas de Asientos Mineros de Pasco y Huallanca, a mediados del siglo XVIII, se le denomina diputación de Minería, y a finales de siglo la Corona española le otorga el título de “Asiento Real de Huallanca”

Jonh Fisher “sostiene que, en el año 1799, Huallanca concentraba un total de 36 mineros, 632 operarios y 62 minas de plata. Para el conjunto de la Intendencia de Tarma estas cifras representan un tercio del total de las minas de plata censada y un 16% del total de operarios. En efecto, las unidades productivas en este campamento minero ocupan un segundo puesto en toda la región minera centro-andina, después de Pasco. Otra fuente documental la Matrícula General de Mineros de 1790, proporciona una lista de 27 familias de propietarios mineros”.

NOMBRE DE PROPIETARIOS

MINAS DE PLATA

ASIENTOS PARA BENEFICIAR Ag.

Juan de Echevarría

8

1

José de Acebedo

3

1

Antonio Zañartu

3

1

Miguel Escalante

3

0

Juan Bautista Gaona

4

1

Pedro José Loyola

3

1

María Carbajal

4

1

Juan Vasquez

2

1

Ignacio Morales

1

1

Manuel Pérez Bustamante

4

1

Félix de Gavidia

2

0

Pedro Godia

1

0

Vicente Pedrosa

2

1

Baltazar Pacheco

1

O

Diego de Vega

2

0

Juan José Tamayo

2

0

Vicente Bastidas

1

0

Ascencio Uscatay

1

0

José de la Torre

1

0

Félix Roca

1

0

Rafael Corona

4

0

Vicente Robles

2

0

Alejo Aliaga

1

0

José Borrega

1

0

Santiago Mata

1

0

Eugenio Gómez de Peralta

4

1

José Terri

5

1


Estos personajes lideran una pequeña élite minera regional que concentraba poder económico, y buscaba monopolizar el sistema político-administrativo regional, reforzándolo a través de un complicado juego de alianzas matrimoniales que vinculan a familias europeas y criollas. 

A partir de 1825 el Asiento Minero de Huallanca empiezan a reactivar la economía minera con nuevas reglas comerciales y políticas, empieza una nueva etapa en la vida de la minería en Huallanca. “Los Caballeros huallanquinos” habían sido derrotados esta vez no por la fuerza del mercado interno colonial sino por las contingencias de las luchas políticas y militares entre 1820-1824.

Fuente: Universidad Nacional Mayor de San Marcos, César Espinoza Claudio.

 

jueves, 28 de enero de 2021

Literatura:

Breve homenaje al maestro Andrés Cloud.

La pandemia producida por el virus del Covid 19 que desde el año pasado asola el mundo y del cual nuestro país no es la excepción, el día 14 de Enero del 2021 asestó en  nuestra ciudad de Huánuco, uno de aquellos golpes funestos que han sumido en gran congoja a toda la comunidad literaria de nuestra región,  pues llevose a la tumba al admirado y laureado escritor Andrés Cloud Cortez, quien  fue y es sin duda alguna, uno de los más altos exponentes de la literatura huanuqueña.

Anecdóticamente su lugar de nacimiento siempre estuvo envuelto en un halo de misterio, pues mientras unos afirman que nació en la ciudad de Huánuco, otros indican que nació en el pueblo de Quera y los hay quienes sostienen, que en realidad nació en la ciudad de Lima.

Es indudable que mucho de ese misterio fue estimulado por el mismísimo Cloud, ya que en el libro “La literatura huanuqueña en debate: nuevos aportes” de Rosa Mendoza de Malpartida, publicado en el año 1989; al ser entrevistado, afirma que legalmente él no es de Huánuco, sino de otra parte (sin mencionar cual).

Por su parte el también distinguido hombre de letras Andrés Jara Maylle, en una interesante  entrevista reciente, en la que participó también el reconocido escritor “huanuqueño, conchamarquino, pampino, huallanquino y limeño”, Oscar Ramírez Trujillo, (diario AHORA de Huánuco),  comentando la presentación de su libro “El Cóndor pasa, magia y ensueño”) señaló que Andrés Cloud al poco tiempo de nacido, fue llevado por sus padres de Huánuco a Lima, ciudad donde radicaron durante casi cuatro años, para luego retornar a Huánuco.

Aquel viaje de la familia Cloud a Lima, nos invita a pensar que tal vez - solo tal vez- los padres habrían registrado el nacimiento del pequeño Andrés en Lima, a causa de no haberlo realizado oportunamente en Huánuco. Ello explicaría de algún modo, aquella  tajante afirmación suya, de que “legalmente” él no era de Huánuco.

Alude también  Andrés Jara Maylle, que la familia Cloud a poco de regresar de Lima a Huánuco, pasó a radicar durante varios años al pueblo de Quera, episodio del cual el propio Andrés Cloud en el libro “La literatura huanuqueña en debate: nuevos aportes” refiere textualmente: “Hasta entonces toda mi familia, que era trotamunda por naturaleza, por razones de trabajo de mi padre vivía en un pueblo de indios, mestizos y gentiles que tiene para mí un nombre bellísimo: San Sebastián de Quera”.

Igualmente, rememora Cloud en dicha entrevista, que aproximadamente a sus doce años dejó aquel pueblo entrañable, e inició su “descenso a la ciudad de Huánuco (sic)” para cursar el tercer año de primaria, en el Centro escolar Hermilio Valdizán, dirigido en aquel entonces por don Pedro Egoávil Arteta.

Por todo lo expuesto, quedaría prácticamente descartado aquella suposición de que Cloud nació en San Sebastián de Quera, por lo tanto y a la luz de los hechos, posee mayor sustento la afirmación de que el maestro Andrés Cloud nació en Huánuco, aunque documentariamente (partida de nacimiento) pueda haber sido registrado en otro lugar, como por ejemplo Lima. Investigar ello, será más temprano que tarde, tarea de algún acucioso biógrafo.

Sus estudios secundarios los realizó en la ciudad de Huánuco, trasladándose posteriormente a la ciudad de Lima, donde realizó y culminó sus estudios superiores en la Universidad de San Marcos.  Allí tuvo la ocasión de alternar con amigos y condiscípulos de la talla de Gregorio Martínez, Juan Cristóbal,  Hildebrando Pérez, Juan Ojeda, Danilo Sánchez, entre otros, quienes años más tarde alcanzaron posiciones destacadas en el ámbito literario nacional.

Es importante señalar que Andrés Cloud, ante todo fue un esmerado y ejemplar educador de varias generaciones de estudiantes; primero en el Colegio Leoncio Prado y luego en la Universidad Nacional Hermilio Valdizan de Huánuco.

A mediados de la década de los 80, en unión de Samuel Cárdich, Mario Malpartida y Raúl Vergara, fundan la agrupación “Convergencia” que marca un hito en el ambiente cultural de la ciudad y cuyas publicaciones, pronto alcanzaron una proyección y presencia nacional.

Entre sus obras más conocidas están: “Convergencia: 12 cuentos”, “Tres en raya” (libro icónico en el que participó conjuntamente con Samuel Cárdich y Mario Malpartida), “Crónicas del ayer”(escrito al alimón con Virgilio López), “Usted comadre debe acordarse”, “Don Julián de los gentiles”, “Cielo de congona”, “Bajo la sombra del limonero”, “En la vida hay distancias”, “Eso y otros sucesos”, “Los últimos días de papá Ata”, “Ay Carmela” y “El gran desafío”.

Varios de sus cuentos, merecieron menciones honrosas y distintos premios en diferentes certámenes nacionales, como “Don Julián de los gentiles” que en el año 1987 obtuvo el primer puesto en el concurso “Francisco Izquierdo Ríos” organizado por la Asociación de Autores Nacionales y Artistas (ANEA). Posteriormente en el año 2003 con el cuento ¡ESO! Se hizo también acreedor al primer lugar (entre más de dos mil participantes) en el concurso de las 2000 palabras, organizado por la revista Caretas.

No se puede soslayar la gran importancia que tuvo en nuestro medio, la publicación de “Antología Huanuqueña Siglo XX, Tomo I Narrativa”, publicado en el año de 1989, por encargo de la comisión del 450 aniversario de la fundación de la ciudad de los Caballeros de León de Huánuco, en la cual Andrés Cloud y Mario Malpartida, realizaron un brillante labor y cuya obra,  pronto  se convirtió en guía y libro de obligada consulta, para todos aquellos interesados en indagar por la historia y las obras de escritores huanuqueños.

Se conoce por versión de Andrés Jara Maylle, que el maestro Andrés Cloud, aún en los días que estuvo postrado en su lecho del Hospital continuó escribiendo, para lo cual había pedido a sus familiares que le llevasen pluma y papel. Sin duda, aquel acto de auténtica vocación literaria y de fe en el futuro, es ejemplar y conmovedor a la vez; lo cual desde esta revista saludamos con admiración y respeto.

Como no podía ser de otra manera, aquel fatídico día, los diferentes diarios y noticieros de esta  ciudad se hicieron eco de su lamentable deceso, pero es preciso señalar también, que aquella noticia no quedó limitada solo al ámbito regional, sino que medios informativos de circulación nacional como el diario La República y la revista Caretas, dedicaron sus páginas a informar sobre el fallecimiento y la notable trayectoria de éste eximio y reconocido literato huanuqueño.

¡Maestro Andrés Cloud Cortez, descanse usted en paz!

Huánuco, 25 de Enero del 2021

                                                                                               Wilmer Chávez Mallqui

martes, 26 de enero de 2021

Yo opino:

                                ¡HUALLANCA MINERO¡

Rolando Húbner Marcos PIcón

“Los japoneses en Huanzalá, que alegres cavan profundidades, porque ellos saben que encontrarán grandes riquezas en sus entrañas / San Francisco, mina Mercedes, tienes recuerdos inolvidables, por eso vienen los extranjeros en busca de oro de su fortuna…”. Son letras de un huayno del gran Víctor Fano Rebolledo, hoy convertido casi en un himno para los huallanquinos.

Antigua Mina Mercedes
El huallanquino actual mira con asombro y es testigo del desarrollo espectacular de la gran minería, del desarrollo de importantes proyectos mineros. Se trata hoy de un tipo de explotación intensiva en capital, con grandes ganancias, bajos salarios, muchos beneficios tributarios, el incumplimiento de su responsabilidad social empresarial, entonces nos admiramos porque estamos frente a un patrón de acumulación de riqueza en pocas manos; mientras el poblador común sigue marginado, en una lucha continua, presionados por el hambre, la falta de empleo y la desidia de quienes dicen representarnos.

Huallanca es minero, desde la época pre-incaica hemos sido mineros, pero muchos de estos datos o la historia minera de Huallanca pocos lo conocen, o se han perdido como se pierden los recuerdos con el paso de los años. Hace poco fue publicado un ensayo del intercambio comercial que había entre Llata y Huallanca: 1775-1830, por una revista de investigaciones de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Autor, César Espinoza Claudio.

El desarrollo minero en Huallanca se da por las facilidades que había en su momento para disponer de ciertos materiales como el azogue de las minas de Chonta en Queropalca, la coca y la madera de Monzón, la sal que se traía desde Huacho-Chancay, y la abundante mano de obra indígena; permitieron la formación y crecimiento de este asentamiento minero vecino a Pasco.

A finales del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX en el asiento de Huallanca sobresale un grupo de hacendados-mineros dentro de ellos destacan: Coronel Juan Echevarría. Coronel Pedro Josep de Loyola; Francisco de Lavado; Martin de Bengochea, Pedro Fuentes y Berrio,Tomas Avellaneda, Anselmo Robles, Juan de Gaona, Vicente Pedroso; Diego de Vega; Antonio Cuellar; José Terri.

Mina San Francisco

Mineros asentados en la ribera de Queropalca, Ramón Hernández, Ignacio José de Loyola, Manuel del Real, Francisco Robles. Este informe es del 20 de marzo de 1800 y lo firma don José Terri y don Diego de Vega.

Otro dato importante a considerarse de este ensayo de investigación es que los diversos grupos de propietarios mineros asentados en Huallanca mantenían un problema latente desde antes de la llegada de la República, se trata de la delimitación de sus fronteras territoriales y de la posesión de sus propiedades mineras.

Los conflictos legales con los propietarios de la hacienda de Huánuco Viejo eran continuos, los gremios mineros mantenían su unidad frente a los continuos actos de fuerza desplegados por los mayordomos y dependientes del gran propietario rural, dueño de estas grandes tierras era la familia de la Puente.

Una mirada a la relación mina-pueblo en el caso de Huallanca, es excepcional, porque somos mineros de larga data, debido a la existencia de acuerdos donde las organizaciones sociales como la mina acepta su vigencia y sostienen su necesidad, pero sobre todo tenemos que mirar la polarización que hay para que se dé una estricta fiscalización y el cumplimiento de todos los acuerdos que se firman; como pueblo tenemos que exigir que los acuerdos, actas y convenios no sean un saludo a la bandera, y los discursos de nuestros líderes sirvan para firmar compromisos sostenibles y no un trampolín de cálculos políticos pensados en las próximas elecciones.

domingo, 10 de enero de 2021

Crónica:

La tragedia de Huagtahuaru

Hace 51 años ocurrió un hecho trágico en el Cañón de Huagtahuaru-vía La Unión-Huallanca (límites entre Huánuco y Ancash); una camioneta,  con todos sus pasajeros, se precipitó a las turbulentas aguas del río Vizcarra. Crónica interesante que  narra el Jefe Policial que participó en la operación rescate del fatídico accidente.

Octavio Durán López.

El 10 de enero de 1970 es recordado por todos los huallanquinos como la fecha trágica por el fallecimiento de seis de sus conciudadanos como consecuencia de un accidente de tránsito.

En horas de la mañana se presenta al Puesto de la Guardia Civil de Huallanca un ciudadano dando a conocer que en el lugar denominado “Huagtahuaru” había en el río una camioneta que, al parecer se ha volcado y que no había signos de vida; ante tal  novedad, en mi condición de Comandante de Puesto, comunico  a las autoridades y a la población, y de inmediato partimos al mencionado lugar, constatando que, efectivamente en medio  del rio estaba una camioneta que era propiedad de la Compañía Minera Santa Luisa de Huanzalá. El rio estaba cargado y se pudo notar el cuerpo de una persona atrapado en el interior del vehículo, por lo que se procedió a mover el carro que fue arrastrado por la corriente. Por comentarios de personas amigas y parientes se supo que en la noche anterior  habían partido de La Unión con destino a Huallanca,  a bordo de la camioneta en mención, las siguientes personas:

-MANUEL PICÓN LLANOS (querido y respetado sanitario entregado al servicio de su pueblo)-NEMESIO ESPINOZA RUBINA (visible ciudadano dedicado a la agricultura y ganadería, apreciado por sus paisanos) - CARLOS BARRENECHEA REYES-CALLÍN (entusiasta joven trabajador querido por sus paisanos) - CELSO BARRENECHEA REYES (estudiante del Colegio de Huallanca) - JUVER NEMESIO ESPINOZA PICÓN (estudiante del Colegio de Huallanca) y SEGUNDINO CERVANTES GUERREROS (chofer de la camioneta).

Al efectuarse la inspección se pudo notar que en la cuneta de la carretera había huellas de pisadas y ramas rotas de plantas silvestres; no habiéndose establecido plenamente, si el accidente se produjo por falla mecánica o error humano, ni a quién pertenecían las huellas.

Los cuerpos fueron rescatados en Intipuncu, Tunya y Pachas, más no, de Carlos Barrenechea Reyes, Segundino Cervantes, ni de Juver Espinoza Picón; el accidente se comunicó a los Puestos de la GC de La Unión, Pachas y Quivilla. El retorno a Huallanca después de cada rescate fue muy triste, y en las noches asistíamos a los velorios y luego a los entierros donde participaba todo el pueblo. El Comandante de Puesto de Quivilla nos informa que  en su jurisdicción había sido avistado en un islote el cuerpo de un varón, esto ya en el río Marañón, y pasado 10 días; por lo que de inmediato nos dirigimos un buen grupo de personas y pudimos reconocer que el cuerpo era de Carlos Barrenechea Reyes, intentamos rescatarlo en diferentes formas y el personal de la mina empezó a instalar una oroya, en eso carga el caudal del río y arrastra el cuerpo río abajo hasta el lugar denominado “Ranrán”, donde desapareció.

Como es de comprender los familiares y amigos de CALLIN sentimos mucho su muerte y desaparición, como el de las demás víctimas. Cuando se velaba su ropa se nos ocurrió componer una canción que decía:

TRAGEDIA DE HUAGTAHUARU

I

Era un día 10 de enero

cuando dieron el aviso,

al saber de la tragedia

todo Huallanca ¡ay! lloraba (bis)

II

Eran 6 huallanquinos

que viajaban en un carro,

el carro que era tan fatal

en “Huagtahuaru” ¡ay! caía (bis)

III

Sus hermanos los lloraban,

sus amigos los buscaban,

y al no encontrarlos en el río,

con sus hermanos ¡ay! lloraban (bis)

FUGA

Río de Vizcarra

de aguas traicioneras,

a dónde has llevado

a mis hermanos.

Río de Vizcarra

de aguas traicioneras,

a dónde has llevado

a mis amigos.

Después de 41 años del fatal accidente, el 5 de Junio del 2011 tuve la oportunidad de llegar nuevamente al lugar trágico y me puse a meditar de todo lo ocurrido, y noté que no había ninguna señal del hecho; por lo que sugiero que, las autoridades, familiares y amigos manden colocar una placa en la roca para perennizar el nombre de los fallecidos, estoy seguro que los directivos de la mina Santa Luisa apoyarán, toda vez que la camioneta del accidente pertenecía a dicha empresa.

Hago referencia mi gran amistad con las víctimas, en especial con CALLIN, con quién nos tratábamos de hermanos junto con Horacio Pozzo Chávez.

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N.R.: El autor de ésta crónica, Octavio Durán López-S0B-PNP (R), natural de Pomabamba (Ancash), trabajó en Huallanca de 1966 a 1970, en el Puesto de la Guardia Civil, donde, más que policía, era un gran amigo del pueblo. Hoy, en sus cuarteles de invierno, recuerda con cariño a la “tierra de los ricos quesos” y de las buenas amistades.