lunes, 20 de enero de 2020

Yo opino:

Por quién votamos ahora
Rolando Húbner Marcos Picón

Este domingo 26 de enero volveremos a las urnas para las elecciones congresales extraordinarias; todos deseamos que esta sea una verdadera fiesta democrática; al menos en el aspecto formal.

A escasos días de la cita electoral, en Huallanca hemos tenido la visita de muchos candidatos de la región Ancash; déjenme decirles para la gran  mayoría unos perfectos desconocidos, volvieron los saludos amables, el abrazo fingido, las promesas falsas y desacreditar al oponente. La pregunta entonces es ¿Para quién votamos ahora?

Desde que se cerró el congreso la expectativa de la población ha sido elegir algo diferente al que tuvimos; pero la realidad nos está mostrando que los candidatos son parecidos o  los mismos, y el ambiente electoral está turbio; volvieron las bravuconadas,  la facilidad con que algunos se cambian de color, y algo que sorprende aún más es la facilidad con que olvidamos la decepción  política, para volver a hacer campaña por los mismos, que le exoneran de impuestos a los casinos, por los que se blindaron, por los que sacaron leyes con nombre propio, por los que aprobaron la devolución del impuesto a la renta de las grandes empresas, por los que nos redujeron nuestros derechos laborales, por que gobernaron a favor de las grandes empresas, por los que fueron financiados por empresas corruptas, por los pegalones, por los bravos, por quienes creen que es lo mismos ser derecho que un traidor, ignorante, sabio o corrupto,  es lo mismo el que labora toda la noche o durante doce o catorce horas al día que el que vive de los otros, el que lleva una vida con valores o el que vive fuera de la ley.

Nos indignamos por el congreso obstruccionista que tuvimos y en todas partes se escuchó “que se vayan todos” pero hoy les hacemos campaña gratis en las redes sociales, con mensajes, frases escogidas, con videos de peticiones de voto, en este mercado variopinto en que se ha convertido la política peruana, ya nadie cree en nada, el vivo, el ayayero, el comodín son los que la pasan bien, porque se cuelgan de todo el que gana.

Son los mismo  lobos hoy  disfrazados de oveja, que nos están ofreciendo en el marketing de campaña, son los mismos rostros, no nos merecemos estos políticos que no llegan a ningún acuerdo para el bienestar del pueblo, no nos gusta el contenido de sus mensajes y frase que esconden intenciones individualistas o intereses de grupo, sabemos del daño que le han hecho al país pero seguimos eligiendo a los mismos, sino cómo se explica que haya gente que tenga 27, 25, 15 o 20 años representándonos.

Después del 26 tendremos un nuevo congreso el cual quiere decir que creímos en sus promesas, pero cuanto nos durará eso, una, dos semanas, porque después de ser elegidos no sabremos más de ellos, porque el poder vuelve locos, los que gobiernan se vuelven ciegos, sordos y mudos, son tomados por la tiranía y las promesas quedan en el aire o resultan eso, sólo promesas.

En el fútbol decimos “goles son amores” en la política seria “obras son amores” esperamos no equivocarnos esta vez después de esta breve campaña, diseñada principalmente para conseguir votos, con frases escogidas, promesas falsas, sin ideología, con vientres de alquiler, y muchos de ellos candidatos de dudosa procedencia, es lo que ofrece el mercado político hoy, usted decide en manos de quién pone el futuro de nuestra patria.

Finalmente un llamado a la sensatez, a defender la democracia, la utilidad de las instituciones, y sobre todo poner énfasis en la renovación de nuestra clase política, necesitamos rostros nuevos, pensamientos frescos, futuristas, que tengan un sueño en común, trabajar por el bienestar de todos, basta ya de individualismos.

lunes, 13 de enero de 2020

Nostalgia:

Una mano amiga
Octavio Durán López

La vida nos da muchas oportunidades inesperadas que quedan grabadas en nuestra mente de por vida. Esta historia se remonta a enero del año 1970 y ocurrió en el distrito de Quivilla, provincia Dos de Mayo, Departamento de Huánuco; conforme narré lo ocurrido el 10 de enero de ese año por el accidente de “Huagtahuaru” (Huallanca).

Un grupo de autoridades, amigos y familiares de Carlos Barrenechea (Callín) nos dirigimos de Huallanca a Quivilla por haberse recibido un telegrama dando cuenta que en un islote del río Marañón había un cuerpo de sexo masculino y al llegar al sitio señalado todos reconocimos el cuerpo de mi amigo Carlos Barrenechea Reyes, más conocido como Callín por lo que tratamos de rescatarlo por diferentes medios, mientras los trabajadores de la mina Santa Luisa de Huanzalá empezaban a instalar una oroya; yo traté de llegar a nado pero faltando poco para llegar a mi objetivo una fuerte corriente me arrastró río abajo saliendo a unos 50 metros. No cejando en mí esfuerzo quise entrar nuevamente, en eso, siento una mano en mi hombro y al voltear veo a una dama Huallanquina que me dice:

- ¡“Octavio, Callín está muerto, deja que terminen de hacer la oroya, a ti te necesitamos vivo”!

Ante tal pedido me puse a meditar cuando en ese mismo instante aumenta el caudal del río y ante nuestra mirada atónita el cuerpo de nuestro amigo es arrastrado y desaparece en “Ranrán”. Siempre me puse a pensar qué hubiese pasado si entraba nuevamente; es muy probable que hubiese perdido la vida por cuanto en esos lugares la corriente del río Marañón es imprevisible. Vivo agradecido por siempre.
Otro momento triste fue el 31 de agosto del 2010, en que se llevó a cabo el entierro del cuerpo de mi apreciado compadre Eugenio Córdova Barrenechea (ex alcalde de Huallanca), en el cementerio del Callao con la asistencia masiva de la colonia Huallanquina que con gran pesar acompañó el cuerpo del finado hacia su última morada, interviniendo varias personas, haciendo referencia de la personalidad del occiso y a mí se me ocurre entonar una canción de Iglesia en quechua que dice así:c 

Jutsa sapa cainichumi Por ser pecador
gam Diosnita piñatserga a ti mi Dios te ofendí
cuyapamay llaquipamay ámame y compadécete de mí
huactsa cuyag Jesucristo. Cristo que amas al pobre

Amanari shututsuntsu Que ya no caiga
yahuarllayqui shututsunstu más tu sangre
cuypamay llaquipamay quiéreme, compadecete de mí
mantsacashgam cutillamu. Arrepentido vuelvo a Ti.

Cuando terminé de cantar, la emoción me embargó y unas lágrimas me vencieron así como a muchos concurrentes, en eso siento una mano en mi hombro y una voz que decía:
- ¡“Octavio, tu eres fuerte, serénate”!.
¡Era la misma mano y la misma voz que escuché hace mase 40 años atrás en Quivilla de esa distinguida dama Huallanquina!
Cosas inolvidables que se presentan en la vida.

Recuerdos:


 Los 50 años de la tragedia de 

Huagtahuaro”. 
El 10 de enero de 1970 ocurrió un trágico accidente de tránsito en la zona de Huagtahuaro, una camioneta cayó a las aguas del río Vizcarra, donde perdieron la vida 06 huallanquinos. Han pasado 50 años de ese hecho fatal que aún se recuerda, especialmente los familiares, amigos y pobladores.

Una camioneta pickap-toyota, de una sola cabina, de propiedad de la Cía. Minera Santa Luisa de Huanzalá, partió de La Unión con rumbo a Huallanca-Huanzalá, en horas de la noche, antes de ingresar al cañón de Huagtahuaro, repentinamente la camioneta se precipitó a las turbulentas aguas del río Vizcarra, conjuntamente con sus 06 pasajeros, cuyos cuerpos fueron arrastrados por las caudalosas aguas. Entre los desaparecidos estuvieron, el conductor del vehículo Segundino Cervantes Guerreros, el sanitario Manuel Picón Llanos, los hermanos Carlos Callín y Celso Barrenechea Reyes, Nemesio Espinoza Rubina y su hijo Huber Espinoza Picón.

Conocida la noticia del fatal suceso, los familiares, amigos y parte de la población, al día siguiente, fueron en búsqueda  de los cuerpos de los fallecidos por ambas márgenes del río pasando La Unión hasta la confluencia con el río Marañón en Tingo Chico y Quivilla; tarea difícil de rescate que duró varios días de mucho riesgo de rescatar los cuerpos de los seres queridos; se rescató los restos de la mayoría, pero pero fue imposible  recuperar los de Callí y Huber porque fueron arrastrados y desaparecidos por la fuerza del caudal del río. 

La tragedia generó el espíritu solidario del pueblo, al perder a un grupo de huallanquinos, al apoyar en las tareas de rescate, el traslado de sus restos  a Huallanca, de apoyar en los velorios y el sepelio en el cementerio municipal; doblan las campanas de la iglesia matriz porque el pueblo está de duelo; con llanto de sus familiares, de la esposa, los hijos, los padres, hermanos y amigos. ¡Qué dolor, y no poder hacer nada contra la muerte!

Han pasado 50 años, de aquel trágico accidente, donde se fueron juntos nuestros amigos y familiares. Es más triste recordar para aquellos que  tuvimos la ocasión de conocerlos personalmente; a pesar de los años transcurridos seguiremos recordándoles con nostalgia y resignación, porque aún la vida continua.

¡Descansen en paz¡


(Omar LLanos Espinoza)

Yo opino:


Más allá del bien y  del mal
Rolando Húbner Marcos Picón

No nos digamos mentiras, dinero hay lo que nos falta es saber invertirlo. El 2020 es un año nuevo, esperamos que los propósitos de los representantes de la Municipalidad de Huallanca se cumplan; porque para nadie es un secreto que el año que acabó no logramos mucho de las promesas para el bienestar de nuestra gente.

Se fue el primer año de gobierno con muchas peleas desde el inicio, hasta la naturaleza parecía ponerse en su contra. El mes de febrero del año pasado, las torrenciales lluvias hicieron temer un desastre natural mayor al que tuvimos; luego las renuncias o el despido de varios gerentes y personal de su círculo más íntimo hacía temer un gobierno débil, con promesas incumplidas y lidiar con una crisis de identidad; parecía que lo condenaban a gobernar un pueblo tan complejo, fragmentado y polarizado.

Muchos se preguntan, algunos con buena intención y otros maliciosos ¿por qué de los 17 940 330 millones de soles sólo se gastaron 12 029 842 millones de soles o el 75.6% de lo presupuestado? ; no lo vemos tan mala la gestión, porque en anteriores periodos de gobierno municipal el primer año no se llegaba ni al 50% de lo presupuestado.

Cada vez que se acerca el fin de año y el comienzo de uno nuevo, todos hacemos una cantidad de propósitos que esperamos cumplir, porque sabemos que este año que se acaba no lo aprovechamos como debíamos y para aprendizaje o como periodo de transición basta un año; ahora esperamos mayor compromiso.

Por ello este año necesitamos más dinamismo, porque se demoró mucho en armar a su grupo de trabajo, ahora a cumplir con una agenda de acciones concretas, inmediatas, prioritarias; tanto social como institucional. Los convenios y compromisos con las empresas privadas, exigir que se cumplan, sin miedo, trabajar un banco de proyectos, que satisfagan a todos los ciudadanos.

Los ex candidatos, la sociedad civil organizada, las comunidades campesinas, barrios y asociaciones; todos sabemos que el diagnóstico de nuestro pueblo está hecho; cuáles son nuestras falencias, necesidades urgentes y la lentitud con que se hacen las obras, sorprende; las inversiones y reinversiones en obras que no funcionan, como el camal municipal crean malestar, se acumula la frustración, la rabia, nos polariza como pueblo, y cuando nuestras autoridades se vuelven ciegos, sordos y mudos que indigna y divide; esto es aprovechado por dirigentes y “líderes” que buscan sus beneficios propios dividiendo a nuestro pueblo con intereses nada sanos, que se niegan a dialogar de verdad, a proponer soluciones, a corto y largo plazo, trabajar para el bien de la comunidad.

Entonces surge la pregunta hasta cuándo va resistir el pueblo la polarización y desorganización social, el aislamiento y la indiferencia de los ciudadanos, por incongruencia, a la que nuestros gobiernos anteriores nos han llevado. También va a ser importante el compromiso de cada uno de los regidores para dar confianza, volver a creer en que se rectificarán errores, que nos darán respuestas sólidas y creíbles, o cuanto más tenemos que esperar a que los actores políticos se sienten a conversar entre ellos y generar realmente soluciones creíbles que contagien a todos  trabajar juntos con una visión de pueblo, que cada vez parece más lejana. Olvídense ya del coro repetitivo, que lo venimos escuchando año a año, con cada gobierno municipal que llega, no hay dinero; por último, dejemos ya de gastar en obras superfluas.

Esta es una tarea sin exclusiones, sentarse a la mesa y dialogar con todos los actores políticos, sociales y empresariales; ponerle trabas al desarrollo de nuestro pueblo no corresponde, sólo esperamos un diálogo sincero, con transparencia y de cara a toda la población, diálogos y acuerdos que realmente busquen el bienestar de un pueblo que ha perdido la fe en sus dirigentes políticos.

miércoles, 8 de enero de 2020

Yo opino:

¡Huallanca corazón!

Rolando Húbner Marcos Picón

Decía el trujillano Luis Abanto Morales “cholo soy y no me compadezcan”, si hoy viviera diría: “… déjenme en Huallanca bailando mi pachawuaray, gritando prosa, prosa, prosa…”, en medio de aplausos de emoción o “…quiebra, quiebra, quiebra…”, que nos llenan de orgullo,  en el día central viendo a las cuadrillas salir con elegancia a pasear por las calles de Huallanca, contemplando la belleza de la mujer representada en hermosas malliquitas o damas van sumando, uno se emociona se siente feliz y llega la nostalgia es entonces donde pasas de espectador a protagonista; ya no importa el qué dirán, y en forma espontánea alrededor de la plaza se van formando las cuadrillas de bailantes improvisado, y seguro todos dirán “Cholo soy.”

Tenemos que felicitar y saludar a los Caporales de la Fiesta de Año Nuevo 2020: Carlos Villanueva de la Vega y familia, y a  Roger Vilca Gamarra, esposa Gaby Guerra, hijos y demás familiares;  por la presentación de dos hermosas cuadrillas de negritos acompañados por dos potencias musicales como son: la gran Banda “Santa Celia de Cátac” Ancash, y la Banda “Bosh” de Yauyos-Lima.

Los Negritos de Huallanca, está tan profundamente alojada en nuestra conciencia o en nuestro inconsciente; el sonido de las campanillas y el bombo nos trasmiten identidad, nostalgia, alegría, melancolía y penas. Miramos y en todas partes está en la mirada de los abuelos, en la sonrisa de los niños, en las risas de mamá, en la belleza y coquetería de las huallanquinas, que bailan al son de nuestra música.  
     
La prosa, la elegancia, el humor, en algún momento la soledad, la tristeza, la alegría, son mezclas de sentimientos, algunos bailamos de alegría otros por tristeza pero nos confundimos porque todos lo hacemos en honor al Niño Jesús.
Cuando en las noches oscuras, silenciosas, calladas y cuando los cerros triste lloren nuestra indiferencia, quiero escuchar el sonido de las campanillas, que el bombo indique marcar el paso y a lo lejos oír el tono de primer día, los tres tiempos del segundo día, o la melancolía del último día de baile; seguro rompiendo el silencio diré entre mí. ¡Gracias Huallanca!

Los que se fueron de Huallanca, especialmente los que llevan décadas sin poder volver al terruño, y el tiempo ha comenzado hacer su trabajo, borrar sus memorias. Nunca he leído nada tan triste, nostálgico, ni de reproche, en la redes sociales, los hijos exiliados por diversas circunstancias del destino llamaban, contaban como era nuestro pueblo, sus calles sus fiestas, su gente, algunos nombres, algunos apellidos, preguntaban por los caporales, me decía que en sus nombres los felicitara, felicitación que hoy hago extensivo a los caporales y familiares.

Hoy con la tranquilidad que nos da el tiempo creo que lo que ellos escribían era como eran ellos en tiempos más dichosos, cuando eran felices, libres, y hoy seguro dirían: “…déjame en Huallanca bailar en sus calles, cholo soy”. Qué difícil debe ser estar tan lejos  y sentirse tan cerca , qué difícil el querer mantener  viva una imagen que comienza y desdibujarse, de nombres que se olvidan, sonidos que se van o ya no oyes, como se van borrando las viejas fotografías.

Estas fiestas de fin de año, nos mostró colorido, pausa, buen ritmo, y sobre todo la esperanza que este 2020 será mejor, dos hermosas cuadrillas de negritos, como decían mis abuelos, ahora si me quito el sombrero, prosa, elegancia, hermosura, gritos, aplausos, hurras, desprendimiento, mucho esfuerzo de parte de los mayordomos o caporales de la fiesta. Un abrazo y las sinceras felicitaciones a cada uno de ustedes, y estamos seguros que los visitantes dirán, que lindo que se baila en Huallanca.

Mientras algunos seguro contemplando las transmisiones en vivo por las redes sociales también movían los pies, o dejaban humedecer sus mejillas,  pedían prosa se emocionaban, y querían que la transmisión nunca acabe, se imaginaban bailando, o aplaudiendo dentro de la multitud, y seguro la promesa, el próximo año si me voy a bailar a Huallanca. 
Un abrazo. 
¡HUALLANCA CORAZÓN.!