lunes, 29 de mayo de 2017

Yo opino:

 Bodas de Oro de grata recordación
Rolando Húbner Marcos Picón

La celebración de las Bodas de Oro del Colegio José Carlos Mariátegui en Huallanca, nos deja convencidos que fue la mejor época de nuestras vidas. Para muchos el reencuentro con aquellos años de adolescencia fueron para revivir épocas doradas, para otros, enfrentarnos a  complejos del pasado, para contarnos una vez más las travesuras de juventud que, ayer tratamos de recordar y quedaron como anécdotas.

Promoción 1988
Tuvimos el honor de contar en esta celebración, con la presencia de  grandes personalidades para el colegio y la juventud; estuvo con nosotros la primera directora del colegio Profesora Violeta Martel Martel, la profesora Rebeca Zarate, profesores Luis Alvarado Ureta, Oriol Huamán Cueva, Penélope Martel Martel, entre otros exdocentes.

Del abanico de sensaciones que seguro ha sentido cada uno de los que participamos en este reencuentro, creo que la participación de los integrantes de la Promoción 1989 en resumen caracteriza nuestro sentir al presentarse en el paseo de antorchas abrazados; diciéndonos: somos mariateguinos, somos hermanos, somos amigos, y todos seguimos los mismo ideales.


La demostración de seriedad de unión y compromiso la puso la Promoción Hermilio Valdizán-1988, nos mostraron hermandad, capacidad de convocatoria compromiso; la Promoción 1991 pusieron la alegría, el compromiso y la unión; la Promoción 1992 demostraron lealtad, alegría, y puedo seguir pero es muy amplio por eso nombro sólo a algunos.

Hubo abrazos y nostalgia en este reencuentro de compañeros de juventud, que cuando estudiamos en el colegio nos volvimos hermanos; es por eso que muchos de los que estudiaron con nosotros y  se fueron porque se creó el Colegio Fiscalizado de Huanzalá(1984), dijeron: presente, nosotros también somos mariateguinos. Nos reunimos para disfrutar de la amistad, de la pureza de ser amigos y aunque la nostalgia gana y las lágrimas quieran brotar; puede más la alegría de volvernos a ver.

Promoción 1984

Cómo reconocer un par de ojos conocidos bajo una frente arrugada por los días y noches duras, como buscar en el disco duro de nuestra memoria aquella cara juvenil, o del cabello alborotado si hoy, además de eso, lleva crecida la barriga, o como recuerdas una sonrisa amiga en una cabeza calva, pintando canas, teñidas,  si hoy llevan el cabello recogido, fue parte de este hermoso reencuentro, y desde ya me disculpo si a algunas /(nos) no pude descifrarles es que han pasado treinta años sin vernos y por lo observado los años también han hecho su trabajo.

Después de tiempo nos reencontramos para poder hoy como personas adultas compartir momentos de alegría y contarnos anécdotas pasadas; pero hicimos locuras nuevas, demostramos ser grandes bailarines, algunos demostraron sus habilidades acrobáticas con la botella. Y si alguien pensó que todo acabo aquí se equivoca, porque nos vamos con más anécdotas, con más historias que contar, y con la esperanza que no esperemos otras Bodas de Oro para reencontrarnos.

Un abrazo, mi respeto y admiración a todas las Promociones que no he nombrado por motivo de espacio. Hasta el próximo reencuentro mariateguino.