El Shagsha Gallo
Por: Octavio Durán López *
En algunos pueblos de la sierra se vivían momentos inesperados de ocurrencias que con el correr del tiempo dejaron inmemorables recuerdos que ahora podemos contar.

Pasado las doce del día la profesora me llama nuevamente y al apersonarme me dice llena de alegría: “Toca, ya está el caldo ¡y es bastante!, mejor invita a un amigo” al voltear y mirar hacia el puente observo que pasaba mi compadre Eugenio Córdova Barrenechea le doy un silbido y él acude y me pregunta: ¿Qué pasa compadre? A lo que le contesto diciéndole “compadre las profesoras dicen que tienen preparada una sorpresa y nos invitan a pasar”, entramos a la sala y una de las profesoras nos da la bienvenida y nos invita tomar asiento en la mesa y ellas empiezan a servir el caldo con presas grandes, no olvido el rostro de sorpresa de mi compadre quién reacciona diciendo:
-“ Compadre, ¿este no será mi shagsha gallo?

Octavia, era el nombre de una profesora de Caraz que me trataba de “Toca”.
La ocurrencia de la juventud y nuestra inclinación a la música dio origen a muchas canciones y dábamos serenatas a las señoras amas de casa con el siguiente verso:
Amari gallu cantanquitsu
Jovencuna pasayaptin
Sicush gam cantarinqui
Canan pagasmi caldu canqui
En aquéllos tiempos, toda serenata terminaba con un buen caldo.
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* El autor trabajó en Huallanca entre 1966-1970 en el Puesto de la Guardia Civil-(hoy PNP), del cual tiene gratos recuerdos