viernes, 13 de mayo de 2011

Opinión :

El reto : Desarrollo productivo
Luis Antonio Páucar Solís

Cuando hablamos del desarrollo de pueblos mineros como Huallanca, muchos piensan que esto podría ser un argumento, y seguro algunos dirán que es parte de políticos resentidos o de sueños que jamás serán realidad.

Pero quienes vivimos el día a día en un pueblo rodeado de inmensas riquezas mineras, y con un inmenso potencial humano, somos testigos de la desnutrición crónica que sufren nuestros niños, la falta de empleo para cientos de jóvenes, los altos índices de pobreza reflejado en nuestras comunidades, el analfabetismo etc.

Nos preguntamos :Dónde están nuestras autoridades, dónde esta el estado con sus programa e instituciones, dónde están las ONGs contratado por las mineras, dónde están los empresarios mineros con su tecnología, sus capitales, para transformar en bienestar la inmensa cantidad de riqueza que Dios ha puesto en nuestra tierra, dónde están los hombres y mujeres, los huallanquinos solidarios que antaño constituían asociaciones sociales para apoyar el desarrollo de la tierra que los viera nacer.

Cuándo sucedió el divorcio, cuándo nos separamos, por qué hoy hay huallanquinos que se sienten extranjeros en su propia tierra, cuándo dejamos de soñar en un Huallanca más próspero y con mayor oportunidades para todos. Por qué no nos juntamos y empezamos a trabajar el desarrollo que como pueblo nos merecemos;”la unión hace la fuerza”, viejo dicho muchas veces repetido y que las metas y objetivos se hacen realidad cuando las voluntades, sueños, trabajo, recursos y esfuerzos se unen, entonces ya no sumamos sino multiplicamos.

Este debe ser el verdadero paradigma, que la apuesta por el bienestar de los pueblos no se hacen bajo el enfoque asistencial y filantrópico, de la ayuda por el hecho que existen pobres y analfabetos que no pueden labrarse su futuro, sino que consideremos a nuestro pueblo, como actor principal de su propio desarrollo, no necesitamos migajas sino oportunidades para salir adelante, porque estamos seguros, que solo cambiando nuestras desventajas en ventajas, mitigando nuestras amenazas y temores invirtiendo, tiempo y generando capacidades se puede mejorar la calidad de vida de nuestros conciudadanos.

Tenemos que desterrar a los oportunistas, y se tiene que acabar los favores políticos de quienes se cuelgan de todos nuestras autoridades y son eternos representantes de nada y de nadie porque lo único que buscan es su propio bienestar.
Los recursos provenientes de los tributos mineros deben ser mejor invertidos, tenemos que corregir errores y buscar otras potencialidades que como pueblo tenemos.

Entonces cuál es el reto; desarrollar modelos económicos productivos, miremos nuestra tierra como un espacio de oportunidades, ventajas, fortalezas y no de amenazas sinónimo de pobreza y escasez de oportunidades.
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Necesitamos hombres capaces de relacionarse con nuestro entorno en este mundo globalizado, capaces de enfrentar desafíos, de valorar nuestra riqueza cultural, de lo aprendido de nuestros antepasados, por la mística y la sabia naturaleza.
Necesitamos líderes que conozcan nuestra cultura, líderes que tengan visión productiva, un municipio que dote de capacidad, conocimiento, técnicas, metodología para organizarnos y ofrecerle al mundo no solo minerales, sino productos con control de calidad como: los mejores quesos huallanquinos, la mejor papa nativa, nuestras platos típicos, nuestro tradicional baile de los negritos, nuestros principales atractivos turísticos como los baños termales,

Las empresas mineras, bajo el enfoque de responsabilidad social, deben sumarse al esfuerzo de invertir para generar estas ventajas y oportunidades; en productos y servicios concretos, y las inversiones hechas por las empresas mineras deben ser medibles para ver cuales son nuestros errores y cuales nuestros aciertos en los programas de desarrollo sostenible, ofreciéndoles a los pobladores las herramientas necesarias para que sean sujetos activos de su propio desarrollo.