jueves, 19 de agosto de 2010

Opinión :

PROGRAMAS DE APOYO COMUNITARIO
Luis Antonio Paúcar Solís
Los programas de apoyo comunitario dirigido a quienes vivimos alrededor de las zonas mineras, son parte importante en el desarrollo de este binomio empresa y pueblo, la finalidad es establecer una cooperación recíproca y un respeto que permita a la empresa y sus vecinos vivir y trabajar en paz.

Pero los planes de donaciones y las ayudas filantrópicas, han dado como consecuencia, en muchos casos, una actitud paternalista y asistencialista de parte de las empresas, y una actitud pasiva y reactiva por parte de las comunidades y el pueblo en su conjunto; quienes no han visto reflejada en su calidad de vida los programas de desarrollo sostenible que tanto alboroto causó con su llegada. ¿Dónde esta el error?, en la falta de propuesta, de iniciativa técnica que permitan el desarrollo sostenible de las comunidades.

El desarrollo sostenible es válido para las empresas mineras como para los pueblos, claro esta si compartimos los mismos conceptos (sostenibilidad, es decir, que son duraderos en el tiempo y espacio, sin perjudicar a las generaciones futuras.)

Entonces la responsabilidad social debe ser entendida como una filosofía y una visión dirigida a la inversión social con acciones voluntarias por parte de las empresas y el compromiso de las comunidades y pueblos de hacer viable este apoyo, y así buscar el desarrollo sostenible del que tanto nos han hablado al inicio de su proyectos mineros, y que hoy alguno de esos compromisos y actas firmados sólo sirven para llenar alguna biblioteca, o se convirtieron en simples poesías repetidas por los ejecutivos de las empresas cada vez que había una reunión con el pueblo.

Tenemos la necesidad imperiosa de un estudio de las líneas de base donde se contemple las necesidades y mediante planes de concertación, con la participación del pueblo, en su conjunto, elaborar proyectos participativos de desarrollo social.

La falta de comunicación, o el mal uso de técnicas de diálogo, ha hecho que muchos no estemos enterados de los planes de desarrollo minero, ni de los planes de desarrollo local; este divorcio tripartito originado desde nuestras autoridades ha hecho que cada uno camine por su lado y los programas de desarrollo sólo lleguen a unos cuantos.

La información tiene que ser constante, oportuna, y despejar todo tipo de desconfianza para permitir que el pueblo se involucre y así empujar el carro del desarrollo en una misma dirección.