Candidatos para todos - 2022
Rolado Húbner Marcos
Picón
Y ¿Cuál es la suya? Se
vienen tiempos difíciles anuncian los especialistas, la falta de empleo y el
incremento del comercio informal son realidades que veremos, pero en estos
tiempos de elecciones pareciera que hacer política resulta una buena opción. Cuando
la política ha dejado de ser el arte de servir al pueblo para convertirse en
una actividad para servirse de los demás. Vale la pena recordar a nuestros
líderes locales: Cuál es la razón de entrar en política, servir al pueblo; hay
quiénes se equivocaron de oficio y entran en política pensando hacerse ricos;
hay quiénes tienen sus agendas personales para gestionar sus negocios. Es por
eso que nuestro pueblo no avanza, pero lo peor de todos, hay a quiénes les
seduce el poder, les gusta que le rindan pleitesía, que los halaguen, se siente
importantes, les gusta que le abran la puerta, que los traten de señores; ellos
son una vergüenza.
Quiénes han decidido
entrar en la arena política espero que entiendan bien, que ser elegido alcalde
es una responsabilidad que lo asume con su equipo, recibir la confianza del
pueblo para dirigir su desarrollo es un honor, que se asume con amor, con
gratitud, los cargos públicos no son hereditarios, no es de status ni de casta,
la política es vocación de ponerse al servicio de quienes menos tienen; no nos
defrauden.
Faltan cinco meses y
medio para las elecciones municipales y regionales, pero las paredes, postes,
piedras, muros y las páginas de las redes sociales, aparecen ya pintas,
afiches, carteles, donde rostros risueños, arreglados con la tecnología nos
solicitan votar por ellos; ya saldrán también las frases rebuscadas por algún
especialista como si fuera concurso, ya veremos frases como: “experiencia municipal”
, “un campesino al poder”, “tú lo conoces, él es tu amigo” “roba pero hace
obras” “por el desarrollo de nuestro pueblo”, y así una larga lista de anuncios.
Qué difícil debe ser
gobernar un pueblo fragmentado y sin identidad, donde la gente no quiere ser
guiado porque se acostumbró a ser gobernado por la demagogia, la mentira y las
promesas que cada vez se vuelven más falsas; porque se hizo regla el caos, el
desorden, la anarquía y la podredumbre ética y moral. Hacer política debe ser
difícil, se necesita tener vocación para tomar decisiones en favor de la
comunidad; para continuar cumpliendo los retos que tenemos como pueblo se
necesita humildad. Qué difícil ser autoridad en un pueblo que se acostumbró a
la mentira y la verdad parece que ofende, un pueblo que se acostumbró a las
falsas promesas, a los anuncios populistas, a los aplausos baratos y les parece
ofensivo la honestidad.
En nuestro menú
electoral tenemos para Huallanca (Bolognesi-Ancash), seis listas que aspiran
llegar a ocupar el sillón municipal por los próximos cuatro años; pero valdría
la pena hacernos algunas preguntas: ¿Se conocen realmente los aspirantes a la
alcaldía con cada uno de su lista de regidores?, ¿Alguna vez se habrán reunido
para hablar de política, de los problemas del pueblo o la visión de Huallanca a
mediano y largo plazo?, ¿Se habrán sentado a una mesa a conversar, tomarse un
café, un vino y compartir opiniones de lo que es Huallanca y sus problemas?, ¿Quiénes
postulan a ser regidores serán consientes de la responsabilidad que van a
asumir, o sólo quieren asegurarse su sueldo por los próximos cuatro años?
¿Nuestros regidores dejarán de ser entes decorativos, sin voz, sólo con voto?
Y quiénes aspiran una
reelección estarán consiente de que su elección sería un acto político
considerado como una locura colectiva, porque ellos se acostumbran a mandarnos
y nosotros a obedecer sus órdenes; porque tenemos que entender la democracia
como una alternancia, de gente nueva, prevenir que se repitan los dramas
históricos que no nos dejan avanzar como pueblo, debe ser la oportunidad para
que otros ciudadanos, con nuevas ideas, nuevas potencialidades promocionen
nuevos proyectos, antes que se vuelvan autistas y solo escuchen a su clientes,
fieles seguidores o a su entorno. Pero dicen “la voz del pueblo es la voz de
Dios” y quien soy yo para cuestionarlos.
Gane quién gane las
próximas elecciones, será decisión del pueblo en las urnas, nuestra
responsabilidad como ciudadanos es no dejarlos solos, exijamos que nos rindan
cuentas de sus actos y decisiones, enfrentémosle con ideas, con propuestas y
posiciones, no lo dejemos que su arrogancia lo lleven a estrellarse contra la
montaña de realidades y pesimismos que muchas veces nublan su capacidad para
tomar decisiones.
Tenemos como pueblo una
historia que honrar, una larga tradición y viejos orgullos un pueblo que
necesita de líderes capaces de modernizarlo y llevarlo al sitial que se merece,
también debe ser respetado.