martes, 19 de abril de 2022

Yo opino:

                         Candidatos para todos - 2022

Rolado Húbner Marcos Picón

Y ¿Cuál es la suya? Se vienen tiempos difíciles anuncian los especialistas, la falta de empleo y el incremento del comercio informal son realidades que veremos, pero en estos tiempos de elecciones pareciera que hacer política resulta una buena opción. Cuando la política ha dejado de ser el arte de servir al pueblo para convertirse en una actividad para servirse de los demás. Vale la pena recordar a nuestros líderes locales: Cuál es la razón de entrar en política, servir al pueblo; hay quiénes se equivocaron de oficio y entran en política pensando hacerse ricos; hay quiénes tienen sus agendas personales para gestionar sus negocios. Es por eso que nuestro pueblo no avanza, pero lo peor de todos, hay a quiénes les seduce el poder, les gusta que le rindan pleitesía, que los halaguen, se siente importantes, les gusta que le abran la puerta, que los traten de señores; ellos son una vergüenza. 

Quiénes han decidido entrar en la arena política espero que entiendan bien, que ser elegido alcalde es una responsabilidad que lo asume con su equipo, recibir la confianza del pueblo para dirigir su desarrollo es un honor, que se asume con amor, con gratitud, los cargos públicos no son hereditarios, no es de status ni de casta, la política es vocación de ponerse al servicio de quienes menos tienen; no nos defrauden.

Faltan cinco meses y medio para las elecciones municipales y regionales, pero las paredes, postes, piedras, muros y las páginas de las redes sociales, aparecen ya pintas, afiches, carteles, donde rostros risueños, arreglados con la tecnología nos solicitan votar por ellos; ya saldrán también las frases rebuscadas por algún especialista como si fuera concurso, ya veremos frases como: “experiencia municipal” , “un campesino al poder”, “tú lo conoces, él es tu amigo” “roba pero hace obras” “por el desarrollo de nuestro pueblo”, y así una larga lista de anuncios.

Qué difícil debe ser gobernar un pueblo fragmentado y sin identidad, donde la gente no quiere ser guiado porque se acostumbró a ser gobernado por la demagogia, la mentira y las promesas que cada vez se vuelven más falsas; porque se hizo regla el caos, el desorden, la anarquía y la podredumbre ética y moral. Hacer política debe ser difícil, se necesita tener vocación para tomar decisiones en favor de la comunidad; para continuar cumpliendo los retos que tenemos como pueblo se necesita humildad. Qué difícil ser autoridad en un pueblo que se acostumbró a la mentira y la verdad parece que ofende, un pueblo que se acostumbró a las falsas promesas, a los anuncios populistas, a los aplausos baratos y les parece ofensivo la honestidad.

En nuestro menú electoral tenemos para Huallanca (Bolognesi-Ancash), seis listas que aspiran llegar a ocupar el sillón municipal por los próximos cuatro años; pero valdría la pena hacernos algunas preguntas: ¿Se conocen realmente los aspirantes a la alcaldía con cada uno de su lista de regidores?, ¿Alguna vez se habrán reunido para hablar de política, de los problemas del pueblo o la visión de Huallanca a mediano y largo plazo?, ¿Se habrán sentado a una mesa a conversar, tomarse un café, un vino y compartir opiniones de lo que es Huallanca y sus problemas?, ¿Quiénes postulan a ser regidores serán consientes de la responsabilidad que van a asumir, o sólo quieren asegurarse su sueldo por los próximos cuatro años? ¿Nuestros regidores dejarán de ser entes decorativos, sin voz, sólo con voto?

Y quiénes aspiran una reelección estarán consiente de que su elección sería un acto político considerado como una locura colectiva, porque ellos se acostumbran a mandarnos y nosotros a obedecer sus órdenes; porque tenemos que entender la democracia como una alternancia, de gente nueva, prevenir que se repitan los dramas históricos que no nos dejan avanzar como pueblo, debe ser la oportunidad para que otros ciudadanos, con nuevas ideas, nuevas potencialidades promocionen nuevos proyectos, antes que se vuelvan autistas y solo escuchen a su clientes, fieles seguidores o a su entorno. Pero dicen “la voz del pueblo es la voz de Dios” y quien soy yo para cuestionarlos.

Gane quién gane las próximas elecciones, será decisión del pueblo en las urnas, nuestra responsabilidad como ciudadanos es no dejarlos solos, exijamos que nos rindan cuentas de sus actos y decisiones, enfrentémosle con ideas, con propuestas y posiciones, no lo dejemos que su arrogancia lo lleven a estrellarse contra la montaña de realidades y pesimismos que muchas veces nublan su capacidad para tomar decisiones.

Tenemos como pueblo una historia que honrar, una larga tradición y viejos orgullos un pueblo que necesita de líderes capaces de modernizarlo y llevarlo al sitial que se merece, también debe ser respetado.