domingo, 14 de marzo de 2021

Crónicas

 Crónicas Huallanquinas:

“PUENTE SAN JUAN DE MIS RECUERDOS
Omar Llanos Espinoza

En Huallanca (Bolognesi) aún recuerdan el hermoso puente San Juan de cal y piedra que existía sobre el río Ishpaj. Estaba ubicado a un costado de la ciudad, frente a la antigua Escuela 393 (hoy 32226). Fatalmente ésta obra arquitectónica desapareció el 9 de marzo de 1981 por efectos de la furia de la naturaleza, la fuerza de las aguas del río derribaron el recordado puente. Los pobladores lamentaron mucho y quedaron apenados por ésta triste desaparición. Han pasado los años y seguimos añorando al querido puente, mudo testigo de nuestra niñez y años juveniles.

He aquí una descripción breve de cómo era el Puente San Juan: Este puente se terminó de construir en 1852, tenía el nombre San Juan en honor al Patrón del pueblo (San Juan Nepomucemo). Fue construido a base de piedras labradas y unidas con mezcla de cal, en esos tiempos no había cemento, era de dos ojos o arcos ornamentales para el paso del agua.

El puente tenía una longitud aproximada de 40 metros, con un ancho estrecho de casi dos metros, con barandales también de piedra, la plataforma empedrada; en el centro era de forma circular con asientos de piedras; en un costado había una inscripción sobre una piedra donde mencionaba: «Puente San Juan- 1852 -Huallanca- Zevallos», el apellido tal vez sería del constructor o alguna autoridad de esa época. Además, habían dos puertas de fierro que daban acceso a las islas o tishgo, en la parte de arriba había un jardín triangular con flores cuidadas por los alumnos de la escuela vecina, en la isla de abajo estaban los árboles añosos de ciprés. Tenía sus gradas de piedra para llegar a las islas.

Relataban los mayores que, para construir los arcos del puente habían utilizado la clara del huevo de gallina, como una mezcla más fuerte para unir las piedras y tenga más resistencia.
Los niños para entrar y salir de la escuela teníamos que pasar el puente, que gustaba bajar a las islas, jugar, corretear y llegar al borde del río o al pie del puente todos, a lavarnos cuando ordenaba el Director Raúl Córdova Alvarado, en la década del 50; luego ya jovencitos paseábamos por el puente con los amigos y apoyados en sus barandas nos poníamos a contemplar el hermoso paisaje del cielo azulino y los cerros circundantes de la ciudad.

Por ese puente pasaron los arrieros con los minerales, el queso, la carne, todos a caballo con rumbo a Cerro de Pasco, y a la costa; por ese puente pasaron Leoncio Prado y Andrés Avelino Cáceres en la defensa de nuestro territorio; por ese puente pasaron los sabios Antonio Raymondi y Santiago Antúnez de Mayolo. Por ese puente llegó el primer carro de La Unión en 1956, aunque se dice que anteriormente ya habían ensamblado uno en Huallanca sin tener carretera; por ese puente histórico pasaron los toros bravos de la Virgen del Carmen para sus corridas en el mes de julio; por ese antiguo puente pasaron las pesadas maquinarias para instalar las antiguas minas de Mercedes y San Francisco, luego para la mina Huanzalá en sus inicios por la década del 60.

El año de 1952, don David Martel Calderón, como Gobernador de Huallanca, realizó una ceremonia especial con motivo de celebrar el Primer centenario del Puente San Juan, con asistencia de autoridades, profesores, alumnos y ciudadanos; resaltando la importancia de una obra pública y declarándola como patrimonio histórico

En fin, cuántas cosas podemos recordar del querido Puente San Juan, que ha sido fuente de inspiración de canciones y poesías; Ahora sólo quedan recuerdos en las fotografías, en las pinturas de Mauro Aquino Albornoz. Para que los jóvenes de hoy, que no pudieron conocer éste puente, y tengan una idea, se parecía al puente calicanto de La Unión y de Huánuco, del mismo estilo. Lo que ahora vemos es otro puente, muy distinto, moderno, de cemento y fierro.

Es un relato de lo que fue el histórico puente San Juan, un recuerdo del antiguo Huallanca, puente que fue mudo testigo de la vida de los mineros y ganaderos, de las épocas de bonanza y decadencia; pero fatalmente despareció una gran obra arquitectónica. ¡Lo que el tiempo se llevó!, porque recordar es volver a vivir. “Puente San Juan de mis recuerdos”.