Un minuto de silencio o una oración
Rolando Húbner Marcos
Picón
“La campanita de mi pueblo que triste está sonando”, “el cielo se ha teñido de gris y parece que va llover”, “quiero salir y preguntar porque doblan las campanas”; entonces se me viene a la mente el poema del inglés Jonh Donne: ”La muerte de cualquier hombre me disminuye porque soy parte de la humanidad. Por eso nunca preguntes por quién doblan las campanas: están doblando por ti” .
Y mañana seguro
preguntaré: ¿por quién doblan las campanas?. Es que con cada uno de estas
partidas algo nuestro se va, amigos, conocidos, familias; podría escribir
cientos de ejemplos, pero lo cruel y doloroso es que a diario se están yendo
personas dueñas de un oficio, una virtud, una especialidad, seres que amamos
por eso pido un minuto de silencio y una oración:
Una oración, por los
gritos de dolor, de llanto desde todos los frentes por quienes luchan por un
minuto más, por un día más o por un abrazo.
Un minuto de silencio,
por quienes han partido, sin despedirse.
Un minuto de silencio
por los amigos, a los que no podemos abrazar más.
Un minuto de silencio,
por los libros que dejaron de escribir, por los poemas inconclusos, por las
historias sin final feliz, por las canciones que se quedaron en el escritorio.
Un minuto de silencio por
los rostros que ya no veremos, por las canciones que ya no cantaremos, rostros
que ya no veremos en la cuadrilla de nuestros negritos, manos a quienes ya no
daremos un apretón.
Un minuto de silencio
por los campos que no serán arados, por las flores que no se plantarán en los
jardines, por las pinturas que se quedaron en la mente, por sonrisas que no
recibimos.
Un minuto de silencio
por el alma que no debió partir.
Un minuto de silencio
para reflexionar y preguntarnos qué estamos haciendo mal como sociedad.
Una oración por el
dolor, la solidaridad, para buscar la paz y la tranquilidad que tanta falta nos
hace.
Cuando esto pase y nos
acerquemos al cementerio, recorriendo los nichos encontraremos nombres
conocidos, con fechas y fotografías, como una biblioteca donde puedes solo ver
los títulos y los autores, libros sin hojas porque el autor se lo llevo o dejo
inconcluso porque partió en un viaje repentino sin despedidas, sin ceremonias,
sin guardar sus cosas, sin el poema de despedida, sin avisar, y seguro sin
cantar la última canción,
Estarán allí aquellos
que no veíamos hace mucho tiempo y el dolor volverá como la pregunta donde está
toda su sabiduría, su experiencia, sus planes, proyectos y sueños, sus afanes,
sus desvelos, su ternura, su paciencia y su amor donde quedan. Por eso pido una
oración por nosotros.
Un minuto de silencio
por cada uno de nosotros, porque ese minuto nos ayude a reflexionar, que nos
ayude a soñar un minuto para nuestra humanidad herida y amenazada.
Una oración para quienes luchan contra este mal, para que no pierdan la esperanza, una oración para los que no encuentran paz en sus almas, encuentren la calma, una oración para frenar esta pandemia y paliar el dolor.