¡Y las vacunas, para cuándo?
Rolando Húbner Marcos
Picón.
Entramos a esta segunda
ola de contagios del covid-19 como un país bananero inestable e inseguro y no
como un país de una economía emergente moderna y a un paso de convertirse en
unas de las principales en el mundo, como nos vende la prensa nacional, con una
caída drástica de nuestro PBI, los escándalos de corrupción, que salpica a más
de un gobernante, y a qui’enes formaron parte del gobierno, como a destacados
líderes opositores no hacen más que confirmarnos la podredumbre moral en que
nos encontramos
Uno puede estar a favor
o en contra, por ejemplo, del (juicio político), uno puede creer o no en toda
la historia de corrupción que nos rodea sobre todo en la forma como se ha
manejado esta pandemia, las denuncias de mal manejo y robo han sido noticias
del día a día. En un país bananero, donde se saca y pone presidentes por la
decidía de un congreso igual o más corrupto; entramos a esta segunda ola “que
Dios nos ayude”. Diría el ex Ministro de Economía Juan Carlos Hurtado Miller
aquel 7 de agosto de 1990.
La pandemia nos ha
demostrado nuestras debilidades y falencias, ha puesto en peligro a nuestra
población y economía, no importa el tipo de gobierno, de ideologías, partidos
políticos, situación geográfica, la búsqueda de las vacunas es de interés común
y de todos los países porque en un mundo globalizado no se está seguro de
adquirir el virus vivas donde vivas.
Hoy la ciencia se ha
unido por una causa común de encontrar la cura para protegernos contra la COVID
19; esto quiere decir: dinero, prioridad en la investigación, y a los mejores
hombres de ciencia trabajando en ella; la vacuna es nuestra única garantía de
seguridad.
El Perú es más un botín
que una plaza de hacer negocios, siempre ha sido así, es un triste legado
histórico que nos persigue desde nuestra fundación como república.
Todos andan
desesperados de tras de la inversión, la palabra clave negocios, todos de tras
del botín, mientras a nosotros nos siguen meciendo, con mentiras que parecen
verdades, que la vacuna llega a fin de año nos dijeron, en el primer trimestre
en el segundo, en el tercero… y la mecida seguirá la vacuna no llega y el virus
va mutando, hay nuevas sepas y tal vez cuando la vacuna llegue ya no sirva para
detener la pandemia.
Los negocios rondan en
nuestro Perú, los dueños de las farmacias se hacen millonarios con el dolor y
el sufrimiento de sus propios hermanos, nuestros niveles de infraestructura
andan por los suelos, la crisis política, social, y económica ha tocado fondo.
Y aún seguimos esperando como la están
haciendo nuestros negociadores los hombres encargados de comprar las vacunas en
este nuestro estado negociador; déjenlos trabajar diría alguien, ¡santo cielo!
Pero quién quiere negociar con un país inestable, bananero y corrupto. Un país
que ha cambiado tres veces de presidente en una semana.
En esta nueva
cuarentena donde muy pocos cumplen lo dispuesto por el gobierno; nuestra única
esperanza es que la vacuna llegue; todos lo sabemos pero parece que quienes nos
gobiernan no se dan cuenta, estamos sufriendo la absurda pérdida de muchos
compatriotas, de familiares, amigos, conocidos, y vivimos día a día con la
incertidumbre de que podemos ser las próximas víctimas de este maldito virus,
que nos tiene acorralados, temerosos, cerrados, y muchos de hambre cumpliendo
un encierro que a decir de los especialistas como esta dado, no sirve de nada.
Hasta cuándo tenemos
que esperar encerrados en esta cuarentena laxa que desespera y no estamos de
acuerdo pero es lo único que tenemos, con nuestro precario sistema de salud,
sin instrumentos, sin oxígeno, con personal de salud exhausto, cansado, nuestra
única esperanzas es seguir esperando que la vacuna llegue, o como decía el
locutor deportivo Humberto Martinez Morosini “en el Perú pasa de todo, y aquí
no pasa nada”, hasta que se desborde la paciencia”.
Señor presidente: Hoy nos toca trabajar juntos, gobierno, empresas privadas y sociedad en su conjunto para poder adquirir y distribuir en el más breve plazo las vacunas y la vacunación de todos; dejemos de lado los mezquinos intereses ideológicos, políticos o económicos; es momento que el sector privado ponga a disposición del gobierno su logística existente, el gobierno sus especialistas y nosotros a cumplir con los protocolos para cuidarnos y cuidar a nuestros compatriotas; solo juntos podemos trabajar y conseguir la inmunidad total. Nos necesitamos hoy más que nunca.