viernes, 5 de febrero de 2021

Cultura:

LA CONSTANCIA DE UN ARPISTA

FÉLIX SÁNCHEZ GARAY, arpista invidente, difusor de la música huanuqueña; partió a la eternidad el 30 de enero del 2021, a los 80 años de edad, luego de trajinar por calles y plazas de Huánuco, con su arpa y bastón por más de 60 años.  Nuestro homenaje póstumo a un artista humilde, no de los grandes escenarios, sino, de las calles del pueblo.

Omar LLanos Espinoza

Al retornar a la ciudad de Huánuco en 1987, luego de muchos años de ausencia, sentimos la alegría de gozar de su hermoso paisaje del pórtico oriental y su invariable clima primaveral. Recorriendo sus calles y plazas típicas nos reencontramos con un personaje muy conocido en el pueblo; Félix Sánchez Garay, músico invidente fiel a su arpa huanuqueña.

EL ARTISTA DE LA CALLE

En el antiguo Mercado de Abastos, en la esquina del Jr. 28 de julio con Paralela Huánuco, allí está siempre el gran arpista, interpretando melodías típicas del valle del Pilco, como: “El Cóndor Pasa”, “Cuando salí de mi tierra”, “Huanuqueñita”, “Angel Hermoso” y muchos más del rico folklore huanuqueño, como huaynos, cachuas, chimayches,  mulizas y yaravíes.

Al escuchar éstas joyas musicales viene a la memoria nuestros años juveniles de estudiante por la década de los años 60, ya éramos asiduos oyentes de Félix Sánchez, en el mismo lugar, especialmente los sábados y domingos; sus manos mágicas hacían trinar las cuerdas del arpa al interpretar las versiones tradicionales del Huánuco de antaño. La actuación del artista era todo un espectáculo, alrededor bailaban los campesinos con vestidos típicos  de negro y blanco, reforzados con el cañazo o aguardiente de Quicacán.

¡QUÉ CONSTANCIA!

Han pasado más de 25 años y sigue allí el arpista que nació invidente, y se conduce solo cargando su instrumento, guiado por un bastón; recorre las polvorientas calles que las conoce de memoria, para ubicarse en las plazas y barrios; luego retornar a su domicilio. Nuestro personaje ejecuta el arpa desde los 15 años de edad, gracias a las  enseñanzas de Alicio Luciano, otro músico del pueblo de Cochachinche. ¡Qué constancia!

El arte del invidente no sólo se demuestra en las calles para la “buena voluntad” de la gente. Sánchez Garay manifiesta que algunas veces actúa en Radio y Tv. local, además, acompaña a diversas  orquestas de la zona como “San Cristobal de Huánuco”. De vez en cuando viaja al valles del Mantaro, a Jauja, Huancayo y Tarma, a donde lleva  su arpa para difundir  la música huanuqueña, como su fiel representante.

Es el arte y la constancia de un hombre, virtudes que supieron vencer a los retos y caprichos de la naturaleza. Ahora con más de 60 años de edad sigue tocando su arpa como medio de vida, tal como lo hacía inicialmente en el auditorio añejo de Radio Huánuco, bajo la dirección de nuestro recordado Profesor,  Andrés Fernández Garrido.

EL SENTIR DEL PUEBLO

Quién no se siente más provinciano y más huanuqueño al escuchar las ricas melodías, pareciera que resucitara los compositores y folkloristas  huanuqueños, como: Daniel Alomía Robles, Josefat Roel Pineda o Wilelmo Robles Gonzales; música de los Pilcos y los Yarowilcas. Félix Sánchez sigue tocando a cambio de algunas monedas, con su gesto expresivo y las manos hábiles para el “temple” y la tonada. Escucharla hace 25 años atrás era como recordar a nuestra lejana tierra domaína de los “Shucuys”, a nuestros padres, que muy temprano la dejamos a cambio de “las locas ilusiones de provinciano por ver la capital”. El arpista nos hacía recordar a nuestro pueblo de origen, al paisaje, a las fiestas costumbristas; a la verdadera patria, al Perú Profundo.

REVALORAR EL ARTE

Todo esto significa un regocijo y un consuelo espiritual, un incentivo más para comprender el pasado milenario, ubicarse en el presente inquieto, para construir el futuro  que será nuestro. Mientras tanto, amigo lector, si estuviera cerca a nuestro arpista, por favor, dígale que lo recuerdo. Por allí cerca está la Municipalidad Provincial y el INC; avísale que, el arte y el artista están en la calle, como muchos los hay; necesitan apoyo para revalorar su talento.