Reflexiones
de fin de año
Rolando
Húbner Marcos Picón
Nuestras
autoridades municipales van a terminar el segundo año frente a los destinos de
Huallanca. No ha sido fácil este año para ningún gobierno, porque nadie se
imaginaba lo que nos tenía preparado la vida; afrontar la peor crisis sanitaria
que estamos viviendo, hacer ajustes en todo lo planeado debe haber sido
difícil.
Y es por ahí
por donde debemos empezar a hacer el balance de su gestión, sobre la marcha
tuvimos que aprender sobre la pandemia, que gracias a Dios no tuvimos muchos
casos graves en nuestra localidad; sin embargo las cifras de desempleo han sido
altas, la paralización de las principales empresas mineras, el cierre de muchas
micro y pequeñas empresas, agravaron la crisis social.
Es en los
momentos difíciles donde se mide la capacidad de liderazgo y gestión de
nuestras autoridades, Poco bueno se puede decir de un año marcado por la
muerte, la enfermedad, el desamparo, el encierro obligatorio y lo mismo seguro
de esta gestión, donde algunos abandonaron el barco. Fue un año difícil, con
calles silenciosas, que nos impidió abrazarnos, reunirnos, y compartir.
¿Será
verdad, que el renacimiento siempre es posible? ¿Será verdad que volveremos a
sonreír, a abrazarnos y juntarnos para planear nuestro futuro? ¿Será factible
otra vez planear el pueblo que nos merecemos? ¿Será verdad que es nuestra
obligación curar nuestras heridas, pararnos, y buscar el camino de
transformación real, para volver a trabajar por este nuestro pueblo?. Ver este
ambiente de incertidumbre, incrédulo y falsas. Nos llama a la reflexión de
buscar el perdón, el diálogo constructivo, la concertación; son pasos que como
pueblo debemos dar para abrir mentes y corazones de este nuevo despertar; para
reinventarnos como sociedad, y trabajar juntos en bien de nuestro pueblo que
hace tiempo exige nuestro compromiso. Estaremos a la altura.
El 2020 año
de la muerte, de las dificultades, de lágrimas, de dolor, de encierro, de
frustración, de miedos, de cambios; el año de las despedidas dolorosas, del
silencio de dolor inexplicable, y seguro el año de los abrazos, del reencuentro
con amigos y familiares, también para muchos de nosotros un encuentro con
nosotros mismos, el mirarnos al espejo y preguntarnos cuántas lunas han pasado;
el año de la improvisación en los gobiernos, el enriquecimiento de las empresas
proveedoras de artículos sanitarios; año
en que volvimos a valorar la calidez de un abrazo, las charlas familiares, los
días de pichanga, los lonchecitos que
servían para pasar largas horas de pláticas, el estrechar la mano de un amigo.
Pero este
año de pandemia también ha reflejado la gran división que existe entre nosotros;
la devastadora polarización, la descalificación al que piensa diferente, la
avaricia, la especulación, el aprovechamiento, el robo, la mentira; han sido
pan del día, nadie puede negar que esta pandemia ha sorprendido a todos y nos
ha mostrado nuestra gran debilidad institucional y personal. Esta crisis que
aún no termina va a tener muchas consecuencias inesperadas en los próximos años,
si quiénes dirigen los destinos de nuestro pueblo no se ponen a la altura de
estos grandes problemas.
Tenemos que
abrir nuevas puertas, buscar nuevas oportunidades y repensar el pueblo que
queremos, desterrar de una vez por todas la corrupción, la burocracia, la
malversación de fondos, la indiferencia y el odio; buscando ser más eficientes,
ver nacer nuevos líderes para quiénes el servicio es la herramienta primera, y
pensar a largo plazo y en las próximas generaciones. Un reto pendiente.
Siendo
positivos este 2020 tal vez sea el año en que el mundo despertó de su
individualismo, para traer de regreso su humanidad, el año de la esperanza, de
los avances científicos, de la creación de la vacuna contra este virus que está
azotando el mundo y contra la indiferencia de quiénes creen que todo es
mentira.
Este 2020
fue el año de administrar la crisis para nuestras autoridades y la calificación
es variada como variopinta es nuestra sociedad. El 2021 esperamos sea un año de
realizaciones, de la recuperación del empleo con proyectos y obras que
beneficien a toda la población; el de gestionar en las instituciones
pertinentes la llegada de la vacuna a nuestro pueblo, la seguridad. Por ahora
lo hecho por nuestras autoridades de turno nos dejan mucha desconfianza,
desanimo, y en muchos casos hasta descontento; ojalá puedan revertir lo
actuado.
No ha sido
un año fácil, y este 2021, a decir de los especialistas, tampoco va ser mejor;
pero todos estos hechos deben servir para formular propuestas de cambio, para
evitar que esto se repita; de lo contrario, todo se convertirá en estadísticas
que serán observadas cada cierto tiempo y terminara perjudicándonos a todos. En
este balance de fin de año nos toca recapacitar, volvernos más humanos,
querernos más, compartir, y saber que vivimos en sociedad. Un abrazo y bienvenido
2021, acá te esperamos de pie.