jueves, 31 de diciembre de 2020

Yo opino:

Reflexiones de fin de año

Rolando Húbner Marcos Picón

Nuestras autoridades municipales van a terminar el segundo año frente a los destinos de Huallanca. No ha sido fácil este año para ningún gobierno, porque nadie se imaginaba lo que nos tenía preparado la vida; afrontar la peor crisis sanitaria que estamos viviendo, hacer ajustes en todo lo planeado debe haber sido difícil.

Y es por ahí por donde debemos empezar a hacer el balance de su gestión, sobre la marcha tuvimos que aprender sobre la pandemia, que gracias a Dios no tuvimos muchos casos graves en nuestra localidad; sin embargo las cifras de desempleo han sido altas, la paralización de las principales empresas mineras, el cierre de muchas micro y pequeñas empresas, agravaron la crisis social.

Es en los momentos difíciles donde se mide la capacidad de liderazgo y gestión de nuestras autoridades, Poco bueno se puede decir de un año marcado por la muerte, la enfermedad, el desamparo, el encierro obligatorio y lo mismo seguro de esta gestión, donde algunos abandonaron el barco. Fue un año difícil, con calles silenciosas, que nos impidió abrazarnos, reunirnos, y compartir.

¿Será verdad, que el renacimiento siempre es posible? ¿Será verdad que volveremos a sonreír, a abrazarnos y juntarnos para planear nuestro futuro? ¿Será factible otra vez planear el pueblo que nos merecemos? ¿Será verdad que es nuestra obligación curar nuestras heridas, pararnos, y buscar el camino de transformación real, para volver a trabajar por este nuestro pueblo?. Ver este ambiente de incertidumbre, incrédulo y falsas. Nos llama a la reflexión de buscar el perdón, el diálogo constructivo, la concertación; son pasos que como pueblo debemos dar para abrir mentes y corazones de este nuevo despertar; para reinventarnos como sociedad, y trabajar juntos en bien de nuestro pueblo que hace tiempo exige nuestro compromiso. Estaremos a la altura.

El 2020 año de la muerte, de las dificultades, de lágrimas, de dolor, de encierro, de frustración, de miedos, de cambios; el año de las despedidas dolorosas, del silencio de dolor inexplicable, y seguro el año de los abrazos, del reencuentro con amigos y familiares, también para muchos de nosotros un encuentro con nosotros mismos, el mirarnos al espejo y preguntarnos cuántas lunas han pasado; el año de la improvisación en los gobiernos, el enriquecimiento de las empresas proveedoras de artículos sanitarios;  año en que volvimos a valorar la calidez de un abrazo, las charlas familiares, los días de pichanga, los lonchecitos  que servían para pasar largas horas de pláticas, el estrechar la mano de un amigo.

Pero este año de pandemia también ha reflejado la gran división que existe entre nosotros; la devastadora polarización, la descalificación al que piensa diferente, la avaricia, la especulación, el aprovechamiento, el robo, la mentira; han sido pan del día, nadie puede negar que esta pandemia ha sorprendido a todos y nos ha mostrado nuestra gran debilidad institucional y personal. Esta crisis que aún no termina va a tener muchas consecuencias inesperadas en los próximos años, si quiénes dirigen los destinos de nuestro pueblo no se ponen a la altura de estos grandes problemas.

Tenemos que abrir nuevas puertas, buscar nuevas oportunidades y repensar el pueblo que queremos, desterrar de una vez por todas la corrupción, la burocracia, la malversación de fondos, la indiferencia y el odio; buscando ser más eficientes, ver nacer nuevos líderes para quiénes el servicio es la herramienta primera, y pensar a largo plazo y en las próximas generaciones. Un reto pendiente.

Siendo positivos este 2020 tal vez sea el año en que el mundo despertó de su individualismo, para traer de regreso su humanidad, el año de la esperanza, de los avances científicos, de la creación de la vacuna contra este virus que está azotando el mundo y contra la indiferencia de quiénes creen que todo es mentira.

Este 2020 fue el año de administrar la crisis para nuestras autoridades y la calificación es variada como variopinta es nuestra sociedad. El 2021 esperamos sea un año de realizaciones, de la recuperación del empleo con proyectos y obras que beneficien a toda la población; el de gestionar en las instituciones pertinentes la llegada de la vacuna a nuestro pueblo, la seguridad. Por ahora lo hecho por nuestras autoridades de turno nos dejan mucha desconfianza, desanimo, y en muchos casos hasta descontento; ojalá puedan revertir lo actuado.

No ha sido un año fácil, y este 2021, a decir de los especialistas, tampoco va ser mejor; pero todos estos hechos deben servir para formular propuestas de cambio, para evitar que esto se repita; de lo contrario, todo se convertirá en estadísticas que serán observadas cada cierto tiempo y terminara perjudicándonos a todos. En este balance de fin de año nos toca recapacitar, volvernos más humanos, querernos más, compartir, y saber que vivimos en sociedad. Un abrazo y bienvenido 2021, acá te esperamos de pie.