Nos volveremos a
abrazar
Rolando Húbner Marcos Picón
Sin duda, ésta será una navidad en Huallanca diferente, tan diferente como lo fue todo este año; con esto no quiero decir que va ser terrible, ni debemos entrar en pánico, aunque como todos ustedes, desearía que fuera, como lo fue siempre; festejar la navidad, bailando en nuestras calles, con nuestras cuadrillas de negritos, nuestro pachawaray, estas fiestas que se avecinan no será como la de siempre.
Barrio Cañaveral |
Esperamos con mucho
entusiasmo este momento de reencontrarnos y celebrar; pero qué les parece, la
tenemos que reservar para cuando llegue la cura para esta pandemia que se ha
encargado de quitarle familiares a muchos, a dejarles sin trabajo a otros, a
niños con hambre, y a todos nosotros nos queda la esperanza de que todo cambie.
De nosotros también depende que esta celebración sea diferente y también
especial.
Una pandemia sin cura
llegó de manera inesperada y nos obligó a todos a tomar medidas como el
aislamiento forzoso, el distanciamiento físico, se acabaron las reuniones, las
salidas fuera de casa, se postergaron los gestos, los abrazos, y las reuniones.
Ojalá puedan nuestros
corazones dejar de presionar tanto y nuestros ojos de llorar; ojalá podamos un
día no muy lejano sentarnos a la mesa con un cafecito pasado, con nuestro
pancito recién salido del horno y nuestro quesito, poder hablar y hablar hasta
que el café se enfrié, y darnos cuenta que el tiempo ha pasado, que el dolor ha
calmado, que los recuerdos quedan, que podemos volver a abrazarnos,y que el
café aún está ahí.
Barrio San Cristobal |
Desde nuestro encierro,
contemplamos nuestras calles, esas mismas calles donde desde mozos correteamos,
calles que conocemos bien, donde se encuentran nuestras risas, o donde
calladamente se deslizaron nuestras lágrimas, en esas mismas calles donde
cantamos, bailamos, reímos, y nos confundimos en un abrazo interminable.
Barrios Santa Rosa y Apolo |
Hoy para conservar la
salud de nuestros paisanos y frenar esta pandemia que sigue azotándonos;
tenemos que aprender a proteger nuestra salud, a guardar distancia, a usar
nuestra mascarilla, la enfermedad está entre nosotros, y se mueve con libertad
cuando nos reunimos, en el desorden social, cuando acortamos nuestras
distancias.
Llenaremos de nuevo las calles de nuestros barrios, la plaza de armas, nos volveremos a confundir en abrazos interminables, nos confundiremos bailando nuestro tradicional baile de los negritos, otra vez silbaremos, gritaremos, y seguro volveremos a escuchar aplausos sonoros. Volveremos a brindar, con un cafecito, volveremos a estar juntos, queda pendiente, y antes que llegue la noche el lonchecito habrá terminado. Volveremos a demostrar de que estamos hechos y seguro se volverá a repetir ese coro sagrado de ¡prosa, prosa, prosa...!