martes, 22 de diciembre de 2020

Yo opino:

Nos volveremos a abrazar

Rolando Húbner Marcos Picón

Sin duda, ésta será una navidad en Huallanca diferente, tan diferente como lo fue todo este año; con esto no quiero decir que va ser terrible, ni debemos entrar en pánico, aunque como todos ustedes, desearía que fuera, como lo fue siempre; festejar la navidad, bailando en nuestras calles, con nuestras cuadrillas de negritos, nuestro  pachawaray, estas fiestas que se avecinan no será como la de siempre. 

Barrio Cañaveral

Esperamos con mucho entusiasmo este momento de reencontrarnos y celebrar; pero qué les parece, la tenemos que reservar para cuando llegue la cura para esta pandemia que se ha encargado de quitarle familiares a muchos, a dejarles sin trabajo a otros, a niños con hambre, y a todos nosotros nos queda la esperanza de que todo cambie. De nosotros también depende que esta celebración sea diferente y también especial. 

Una pandemia sin cura llegó de manera inesperada y nos obligó a todos a tomar medidas como el aislamiento forzoso, el distanciamiento físico, se acabaron las reuniones, las salidas fuera de casa, se postergaron los gestos, los abrazos, y las reuniones.

Ojalá puedan nuestros corazones dejar de presionar tanto y nuestros ojos de llorar; ojalá podamos un día no muy lejano sentarnos a la mesa con un cafecito pasado, con nuestro pancito recién salido del horno y nuestro quesito, poder hablar y hablar hasta que el café se enfrié, y darnos cuenta que el tiempo ha pasado, que el dolor ha calmado, que los recuerdos quedan, que podemos volver a abrazarnos,y que el café aún está ahí.

Barrio San Cristobal
Algún día seguro habrá que pensar en darle un merecido homenaje a quiénes se pusieron al frente de esta pandemia; tal vez algún día volvamos a recordar que teníamos que pasar por esta crisis para volver a contemplar nuestras calles silenciosas, a los balcones callados, la torre de la iglesia; tal vez tuvo que pasar todo esto para alzar nuestras miradas al cielo, escuchar el canto de las aves, contemplar la hermosura de una rosa, contemplar en silencio la grandeza de nuestros cerros y la fragilidad de nosotros los seres humanos; tuvo que pasar para darnos cuenta el lujo que tenemos de vivir en esta tierra.

Desde nuestro encierro, contemplamos nuestras calles, esas mismas calles donde desde mozos correteamos, calles que conocemos bien, donde se encuentran nuestras risas, o donde calladamente se deslizaron nuestras lágrimas, en esas mismas calles donde cantamos, bailamos, reímos, y nos confundimos en un abrazo interminable.

Barrios Santa Rosa y Apolo

Hoy para conservar la salud de nuestros paisanos y frenar esta pandemia que sigue azotándonos; tenemos que aprender a proteger nuestra salud, a guardar distancia, a usar nuestra mascarilla, la enfermedad está entre nosotros, y se mueve con libertad cuando nos reunimos, en el desorden social, cuando acortamos nuestras distancias.

Llenaremos de nuevo las calles de nuestros barrios, la plaza de armas, nos volveremos a confundir en abrazos interminables, nos confundiremos bailando nuestro tradicional baile de los negritos, otra vez silbaremos, gritaremos, y seguro volveremos a escuchar aplausos sonoros. Volveremos a brindar, con un cafecito, volveremos a estar juntos, queda pendiente, y antes que llegue la noche el lonchecito habrá terminado. Volveremos a demostrar de que estamos hechos y seguro se volverá a repetir ese coro sagrado de ¡prosa, prosa, prosa...!