domingo, 10 de enero de 2021

Crónica:

La tragedia de Huagtahuaru

Hace 51 años ocurrió un hecho trágico en el Cañón de Huagtahuaru-vía La Unión-Huallanca (límites entre Huánuco y Ancash); una camioneta,  con todos sus pasajeros, se precipitó a las turbulentas aguas del río Vizcarra. Crónica interesante que  narra el Jefe Policial que participó en la operación rescate del fatídico accidente.

Octavio Durán López.

El 10 de enero de 1970 es recordado por todos los huallanquinos como la fecha trágica por el fallecimiento de seis de sus conciudadanos como consecuencia de un accidente de tránsito.

En horas de la mañana se presenta al Puesto de la Guardia Civil de Huallanca un ciudadano dando a conocer que en el lugar denominado “Huagtahuaru” había en el río una camioneta que, al parecer se ha volcado y que no había signos de vida; ante tal  novedad, en mi condición de Comandante de Puesto, comunico  a las autoridades y a la población, y de inmediato partimos al mencionado lugar, constatando que, efectivamente en medio  del rio estaba una camioneta que era propiedad de la Compañía Minera Santa Luisa de Huanzalá. El rio estaba cargado y se pudo notar el cuerpo de una persona atrapado en el interior del vehículo, por lo que se procedió a mover el carro que fue arrastrado por la corriente. Por comentarios de personas amigas y parientes se supo que en la noche anterior  habían partido de La Unión con destino a Huallanca,  a bordo de la camioneta en mención, las siguientes personas:

-MANUEL PICÓN LLANOS (querido y respetado sanitario entregado al servicio de su pueblo)-NEMESIO ESPINOZA RUBINA (visible ciudadano dedicado a la agricultura y ganadería, apreciado por sus paisanos) - CARLOS BARRENECHEA REYES-CALLÍN (entusiasta joven trabajador querido por sus paisanos) - CELSO BARRENECHEA REYES (estudiante del Colegio de Huallanca) - JUVER NEMESIO ESPINOZA PICÓN (estudiante del Colegio de Huallanca) y SEGUNDINO CERVANTES GUERREROS (chofer de la camioneta).

Al efectuarse la inspección se pudo notar que en la cuneta de la carretera había huellas de pisadas y ramas rotas de plantas silvestres; no habiéndose establecido plenamente, si el accidente se produjo por falla mecánica o error humano, ni a quién pertenecían las huellas.

Los cuerpos fueron rescatados en Intipuncu, Tunya y Pachas, más no, de Carlos Barrenechea Reyes, Segundino Cervantes, ni de Juver Espinoza Picón; el accidente se comunicó a los Puestos de la GC de La Unión, Pachas y Quivilla. El retorno a Huallanca después de cada rescate fue muy triste, y en las noches asistíamos a los velorios y luego a los entierros donde participaba todo el pueblo. El Comandante de Puesto de Quivilla nos informa que  en su jurisdicción había sido avistado en un islote el cuerpo de un varón, esto ya en el río Marañón, y pasado 10 días; por lo que de inmediato nos dirigimos un buen grupo de personas y pudimos reconocer que el cuerpo era de Carlos Barrenechea Reyes, intentamos rescatarlo en diferentes formas y el personal de la mina empezó a instalar una oroya, en eso carga el caudal del río y arrastra el cuerpo río abajo hasta el lugar denominado “Ranrán”, donde desapareció.

Como es de comprender los familiares y amigos de CALLIN sentimos mucho su muerte y desaparición, como el de las demás víctimas. Cuando se velaba su ropa se nos ocurrió componer una canción que decía:

TRAGEDIA DE HUAGTAHUARU

I

Era un día 10 de enero

cuando dieron el aviso,

al saber de la tragedia

todo Huallanca ¡ay! lloraba (bis)

II

Eran 6 huallanquinos

que viajaban en un carro,

el carro que era tan fatal

en “Huagtahuaru” ¡ay! caía (bis)

III

Sus hermanos los lloraban,

sus amigos los buscaban,

y al no encontrarlos en el río,

con sus hermanos ¡ay! lloraban (bis)

FUGA

Río de Vizcarra

de aguas traicioneras,

a dónde has llevado

a mis hermanos.

Río de Vizcarra

de aguas traicioneras,

a dónde has llevado

a mis amigos.

Después de 41 años del fatal accidente, el 5 de Junio del 2011 tuve la oportunidad de llegar nuevamente al lugar trágico y me puse a meditar de todo lo ocurrido, y noté que no había ninguna señal del hecho; por lo que sugiero que, las autoridades, familiares y amigos manden colocar una placa en la roca para perennizar el nombre de los fallecidos, estoy seguro que los directivos de la mina Santa Luisa apoyarán, toda vez que la camioneta del accidente pertenecía a dicha empresa.

Hago referencia mi gran amistad con las víctimas, en especial con CALLIN, con quién nos tratábamos de hermanos junto con Horacio Pozzo Chávez.

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N.R.: El autor de ésta crónica, Octavio Durán López-S0B-PNP (R), natural de Pomabamba (Ancash), trabajó en Huallanca de 1966 a 1970, en el Puesto de la Guardia Civil, donde, más que policía, era un gran amigo del pueblo. Hoy, en sus cuarteles de invierno, recuerda con cariño a la “tierra de los ricos quesos” y de las buenas amistades.