lunes, 19 de marzo de 2018

Yo opino:


Diálogo y consenso
Rolando Húbner Marcos Picón

¿Qué nos falta  ahora, dónde queda el buen vivir de las personas, dónde el desarrollo de los programas de inversión?. Seguiremos siendo espectadores pasivos, pasmados y con miedo de este teatro de muy mala calidad en que se ha convertido nuestro sistema político, y la sociedad que estamos construyendo o ayudando a construir, seguro que nosotros no podemos considerarnos responsables, pero si somos responsables porque fuimos nosotros los que elegimos a nuestros representantes.

Cuando el compromiso de nuestros representantes es hablar todos el mismo idioma, y sumar esfuerzos para el bien de todo el pueblo; hoy observamos mucha arrogancia donde parece que se habla con mudos, ciegos, sordos, y nadie parece entenderse.

Si logramos entender nuestras diferencias, la reconocemos y aceptamos nuestro derecho de opinar diferente a lo que opina la mayoría, si tenemos tolerancia para aceptar ideas diferentes entonces estaremos abiertos al diálogo y a la concertación.
Seguro que no alcanzaremos consenso, pero si lograremos acuerdos en bienestar de la mayoría, estos acuerdos servirán para encaminar a nuestro pueblo.

El surgimiento y la caída o el fracaso de agrupaciones políticas, de organizaciones sociales, dependen de la capacidad de reunirse y ponerse de acuerdo, en nuestra capacidad de diálogo y de construir consenso, no vamos a salir de esta crisis de moral si no aprendemos a dialogar constructivamente y respetar cada uno de nuestros acuerdos.

Nuestras autoridades nos hicieron creer que tendrían un gobierno dialogante y de consenso, pero la realidad nos ha mostrado lo contrario; no hay dialogo, quizá soy muy ingenuo, pero el desarrollo del pueblo debe estar más allá de ideologías políticas; nos debe preocupar a todos y quienes nos representan deben estar abiertos a recibir nuestras opiniones.

El resultado de la falta diálogo, falta consenso, falta sentarse a la mesa con los gobernados, la falta de voluntad política para llamar al diálogo y llegar a acuerdos, por razones sectarias tenemos hoy el descontento generalizado en nuestra población, no querer escuchar la opinión de la gente es una falta de inteligencia política y muy poca visión de futuro, como dicen que “no hay peor ciego que el que no quiere ver”