Sobre la corrupción
Rolando Húbner Marcos Picóm
Tal vez corrupción es la palabra que más has escuchado estos últimos años, y tanto tú como yo, hemos mostrado lo peor de nosotros al escucharlos: enfado, impotencia, inercia, rabia; porque nos están robando; porque a quiénes elegimos para que nos representen, están a la caza y a la captura de lo público; no les interesa lo que necesitamos o lo que nos falta para vivir mejor. Porque quienes dirigen los destinos de los pueblos han sido contagiados por el virus de la corrupción.
Escribo sobre la corrupción y pienso: los políticos son malos, los empresarios también, la gente es indiferente, y la justicia no alcanza para castigar ni a los corruptos ni a los corruptores; muy pocos alzan su voz de protesta, parece que a muy pocos nos interesan estos temas, y a los corruptos les damos licencia para que hagan esto con la frase “que robe pero que haga obras”.
Es triste escribir y preguntarse ¿Qué está pasando? ¿Todos los corruptos se meten en política? ¿Es tan fácil cambiarse y un día hablar del sueño de un pueblo próspero, y después arrebatarlo todo? ¿O todos los políticos se van volviendo corruptos al llegar al poder? La corrupción ya no es excepción sino que se ha vuelto regla; ya no es un mal individual, sino es grupal.
La corrupción es proporcional principalmente al financiamiento de las campañas electorales. Estoy diciendo y no creo equivocarme; quien no tiene platita no puede hacer política, porque una campaña electoral cuesta cientos de miles de soles: los afiches, las cajitas de fosforo, los llaveros, los lapiceros, los mítines y movilizaciones de cientos de personas, las camionetas o moto taxis que acompañan a los candidatos cuestan; por eso cuando hay este tipo de movilización pro electorales uno se pregunta ¿Quién paga, de dónde sale el dinero? Muchos de nuestros candidatos se ven obligados a financiar irregularmente su campaña; a recibir dinero de empresarios financistas, y terminar empeñados o vendidos, y cuando lleguen al poder, tienen que pagar todo esa deuda de campaña, pero no pagan ellos sino que la factura lo tiene que pagar el pueblo.
Queremos combatir la corrupción, tienen que empezar por sacarse la careta los políticos, los empresarios, los denunciadores que callan rápido, los que se creen con el poder de hacer lo que les da la gana en nuestro pueblo, los que gobiernan en la sombra y los que dan la cara, para sentarnos en una mesa y debatir las fortalezas, debilidades, que como pueblo tenemos, nos merecemos este debate, y debemos debatir una y otra vez, porque aunque ustedes no lo crean nuestros espacios públicos también están corrompidos, y la corrupción no es individual sino sistemática.
Estos debates deben servir para discutir proyectos de desarrollo que incluyan a todos, porque si nuestros proyectos están dirigidos solo a nuestro grupo de simpatizantes se vuelve una torpeza de largo plazo y un espejismo que nos quiere hacer creer que están haciendo las cosas bien hoy; sin pensar que somos más como pueblo y sólo estaremos haciendo bien las cosas si aseguramos el futuro a nuestras futuras generaciones, entonces tengo que concluir diciendo que quienes hoy nos gobiernan son muy poco eficientes. Ojalá puedan sentarse y debatir quienes aspiran la alcaldía, por nuestro pueblo, por nuestros hijos y por los que vendrán.