LAS PASTORCITAS
Rolando Húbner Marcos Picón

Cómo no recordar coros, como:
“Vamos pastores, vamos
vamos a Belén a ver a ese niño
Es un precioso niño
yo me muero por él
Sus ojitos me encantan
Su mejilla también
Killa,killa, killa pampa (bis)
Indiecito de los andes
Indiecito de los andes
Kanan shipshi pagasnashi
Wuallpa huagaricullaptin
Yauya niño yurishgana.
Acuna, acuna ayhucushun
Malhuata maja musganchi
Vientochi huayrochi apashg
Takir
takir takirishun
Tushur
tushur tushurishun
Mayordomopa puncuncho
Tayta niño pa diancho.
Belen portalchochi
Niño Jesusito yurishga
Acu acu aduramushun
Qué pasó, no hubo un relevo
generacional. A nuestros niños hoy se les enseña a bailar negritos; pero a
nadie se le ocurre decir, estos eran los pastorcitos, porque no hay videos, no
hay fotografías que puedas mostrar;
porque tal vez fue la danza de los que no tienen voz, y perdimos nuestra
cultura, nuestra identidad, nuestros valores; perdimos un tesoro, tenemos mucha
riqueza cultural y no necesitamos acudir afuera en busca de costumbres ajenas.
Hoy aunque usted no lo crea,
hablar de las pastorcitas suena a antiguo, a viejo, al pasado, a pobreza diría
alguien; cuando en realidad es la sabiduría del pueblo, algo hermoso, bello,
autentico, original, algo nacido y forjado en las entrañas de nuestro pueblo
bajo la hermosura de esas punas frías, donde las pastoras cuidan el ganado
vacuno y lanar; estamos perdiendo nuestra cultura, nuestra identidad, nuestros
valores, y nos estamos empobreciendo culturalmente.