jueves, 12 de enero de 2017

Yo opino:

LAS PASTORCITAS
Rolando Húbner Marcos Picón

A las tres de la tarde del día 24 de diciembre, los vecinos del Barrio Lima eran testigos, de la presencia de un grupo de niños y algunos jóvenes que salían bailando y entonando hermosas canciones por  las principales calles de Huallanca, entonces se vestía de gala anunciaba que el Niño Jesús iba a nacer en la capilla del Barrio Lima, más conocido como El Puquio. Pero nuestra indiferencia, la sociedad mercantilista y excluyente en la que vivimos, el apogeo económico que vivió nuestro pueblo,  la falta de compromiso de los encargados de preservar nuestras tradicione; hizo que la danza de nuestros niños entre  en decadencia, se fue perdiendo con el tiempo, y hoy parece que desapareció.

Cómo no recordar coros, como:

“Vamos pastores, vamos                                                          
vamos a Belén a ver a ese niño
que ha nacido ya.

 Es un precioso niño
yo me muero por él
Sus ojitos me encantan
Su mejilla también

Killa,killa, killa pampa (bis)
Indiecito de los andes
Kanan shipshi pagasnashi
 Wuallpa huagaricullaptin

Yauya niño yurishgana.
Acuna, acuna ayhucushun
Ay imanora huainchi
Malhuata maja musganchi
Vientochi huayrochi apashg
Takir takir takirishun
Tushur tushur tushurishun
Mayordomopa puncuncho
Tayta niño pa diancho.
Belen portalchochi
Niño Jesusito yurishga
Acu acu aduramushun

Qué pasó, no hubo un relevo generacional. A nuestros niños hoy se les enseña a bailar negritos; pero a nadie se le ocurre decir, estos eran los pastorcitos, porque no hay videos, no hay fotografías que puedas mostrar;  porque tal vez fue la danza de los que no tienen voz, y perdimos nuestra cultura, nuestra identidad, nuestros valores; perdimos un tesoro, tenemos mucha riqueza cultural y no necesitamos acudir afuera en busca de costumbres ajenas.

Hoy aunque usted no lo crea, hablar de las pastorcitas suena a antiguo, a viejo, al pasado, a pobreza diría alguien; cuando en realidad es la sabiduría del pueblo, algo hermoso, bello, autentico, original, algo nacido y forjado en las entrañas de nuestro pueblo bajo la hermosura de esas punas frías, donde las pastoras cuidan el ganado vacuno y lanar; estamos perdiendo nuestra cultura, nuestra identidad, nuestros valores, y nos estamos empobreciendo culturalmente.

No sé si tú aún recuerdas esos días felices de amistad de risas y cantos que compartimos, y aquel asombro con que veíamos pasar a un grupo de niños cantando estas y muchas otras canciones por su fe su entusiasmo y su alegría.