Tragedia de Huagtahuaru
Han pasado 47 años aún seguimos recordando el trágico accidente ocurrido en el Cañón de Huagtahuaru (vía Huallanca-La Unión), la noche del 09 de enero de 1970, donde perdieron la vida seis huallanquinos. El autor de ésta crónica, en ese entonces, responsable del Puesto Policial de Huallanca, nos relata los momentos de desesperación y tristeza que conmovió a todo el pueblo.
Octavio Durán López
La tragedia de Huagtahuaru es parte de la historia de Huallanca, un pueblo minero y ganadero, lloró por la pérdida de sus hijos. El llanto también es de valientes, y recordar los hechos trágicos es honrar la memoria de quiénes se fueron repentinamente.
En horas de la mañana del 10 de enero de 1970 se presenta al Puesto de la Guardia Civil un ciudadano haciendo conocer que en el lugar denominado “Huagtahuaru” había en el río una camioneta que al parecer se había volcado y que no había signos de vida. Ante tal novedad, en mi condición de Comandante de Puesto, comunico a las autoridades y a la población, y de inmediato, partimos al mencionado lugar; constatando que efectivamente en medio del río estaba una camioneta que era propiedad de la Compañía Minera Santa Luisa de Huanzalá; el rio estaba cargado, y se pudo notar el cuerpo de una persona atrapado en el interior del vehículo, por lo que se procedió a mover el carro que fue arrastrado por la corriente. Por comentarios de personas amigas y parientes se supo que en la noche anterior de La Unión habían partido a bordo de la camioneta en mención las siguientes personas:
- Manuel Picón Llanos: Querido y respetado Sanitario entregado el servicio del pueblo.
- Nemesio Espinoza Rubina: Visible ciudadano dedicado a la agricultura y ganadería,
- Carlos Barrenechea Reyes: Entusiasta joven trabajador, deportista, querido por sus paisanos.
- Celso Barrenechea Reyes: Estudiante del Colegio de Huallanca.
- Juver Nemesio Espinoza Picón: Estudiante del Colegio de Huallanca.
- Segundino Cervantes Guerreros: Chofer de la camioneta.
Al efectuarse la inspección se pudo notar que, en la cuneta de la carretera habían huellas de pisadas y ramas rotas de plantas silvestres, no habiéndose establecido plenamente si el accidente se produjo por falla mecánica o error humano ni a quién pertenecían las huellas.
Los cuerpos fueron rescatados en Intipuncu, Tunya y Pachas, mas no de Carlos Barrenechea (Callín), Segundino Cervantes y Júver Espinoza Picón; el accidente se comunicó a los Puestos de la GC de La Unión, Pachas y Quivilla.
El retorno a Huallanca, después de cada rescate, fue muy triste, y en las noches asistíamos a los velorios y luego los entierros, donde participaba todo el pueblo.
El Comandante de Puesto de Quivilla nos informa que en su jurisdicción había sido avistado en un islote el cuerpo de un varón , esto ya en el río Marañón, y pasado l0 días, por lo que de inmediato nos dirigimos un buen grupo de personas y pudimos reconocer que el cuerpo era de Carlos Barrenechea Reyes , intentamos rescatarlo en diferentes formas y el personal de la mina empezó a instalar una oroya en eso carga el caudal del río y arrastra el cuerpo río abajo hasta el lugar denominado “Ranrán” donde desapareció.
Como es de comprender los familiares y amigos de CALLIN sentimos mucho su muerte y desaparición como el de las demás víctimas, y cuando se velaba su ropa se nos ocurrió componer una canción que decía:
I
Era un día 10 de enero
cuando dieron el aviso
al saber de la tragedia
todo Huallanca ¡ay! lloraba (bis)
II
Eran 6 huallanquinos
que viajaban en un carro
el carro que era tan fatal
en “Huagtahuaru” ¡ay! caía (bis)
III
Sus hermanos los lloraban
sus amigos los buscaban
y al no encontrarlos en el río
con sus hermanos ¡ay! lloraban (bis)
Fuga
Río de Vizcarra
de aguas traicioneras
a dónde has llevado
a mis hermanos
Río de Vizcarra
de aguas traicioneras
a dónde has llevado
a mis amigos
Después de 41 años del fatal accidente, el 5 de Junio del 2011, he tenido la oportunidad de llegar nuevamente al lugar trágico y me puse a meditar de todo lo ocurrido, y noté que no había ninguna señal del hecho por lo que sugiero que las autoridades, familiares y amigos manden colocar una placa en la peña para perennizar el nombre de los fallecidos. Estoy seguro que los directivos de la mina Santa Luisa apoyarán, toda vez que la camioneta del accidente pertenecía a dicha empresa; también tengo que hacer referencia mi gran amistad con las víctimas, en especial con CALLIN, con quién nos tratábamos de hermanos junto con Horacio Pozzo Chávez.