¿Dónde estamos nosotros?
Rolando Húbner Marcos Picón
Casi siempre todos buscamos un lugar donde estar, podemos participar en
política, o decir que estamos fuera, globalizados a través de internet o
confinados en nuestro círculo. Ubicarse parece ser identificarse, con nuestro
pueblo, con nuestra gente, con nuestras costumbres; pero como pueblo
cosmopolita somos una sociedad en continua formación, porque casi siempre hay
gente que llega y muchos que también se van.
Ubicarse también debe ser definirse políticamente hablando, todo parece que
nosotros no queremos definirnos, y preferimos mantenernos al margen de lo que
sucede o pasa en nuestro pueblo, y quienes no se ubican o creen que no tienen
un lugar aquí; migran a Huaraz, Huánuco,
Barranca, Huacho o Lima, a comenzar una nueva vida y hacer cualquier cosa pero
fuera de su terruño.
Otros, lo decía Arguedas en algún
momento:…”se siente extranjeros en su
propia tierra”, extraños en su ciudad natal, abrumados por las
circunstancia, y se esconden, se refugian en su círculo y no opina, o se
sientan cómodamente a observar cómo se construye, o destruye este pueblo, y nos
dicen: yo no me meto en política,
pero casi siempre criticamos el rumbo que le estamos dando al desarrollo de
nuestro pueblo; pero hay un grupo que aún cree que realmente nos merecemos un
Huallanca mejor y bregan contra viento y marea para hacer realidad sus sueños.
Muchas veces se estrellan contra la realidad, donde lo homogéneo es casi
siempre la indiferencia de los más capaces o los más elegibles, contra la ley y
el pesimismo de nuestra gente. Pero algunos seguro van a triunfar y su triunfo
será heroico porque nunca debe acabar en nuestros corazones el sueño de
un Huallanca próspero y con oportunidades para todos.
Pero mientras algunos buscamos nuestro lugar en esta tierra, otros
solamente se acomodan y se recuestan a los gobiernos de turno.
Algunos dirían que Huallanca es un pueblo sin ciudadanos, y lo que tiene
son habitantes porque el ciudadano participa, se compromete, integra, busca el
bienestar común, convoca para buscar un reto compartido, busca armar proyectos
de desarrollo competitivo y llevar el carro por las sendas del desarrollo, el
habitante solo vive para él; no le interesa más que su bienestar.
Cuando esto sucede en un pueblo hay una suerte de abandono y se pierde todo
el pasado glorioso del que siempre hablamos con mucho orgullo, es triste porque
Huallanca ha sido una ciudad mucho más amable, más inclusiva, seguro con
sus diferencias sociales muy marcadas y lo que caracterizó a su gente fue su
carácter integrador, y es de donde nace la frase: HUALLANCA TIERRA HERMOSA RICA
Y GENEROSA.
Los huallanquinos nos estamos desapasionando ya no hablamos con orgullo de
nuestra tierra o somos menos emotivos, y esto está siendo aprovechado
políticamente esta apatía, esta si se quiere confusión, este no entender por qué
nos mostramos indiferentes ante los problemas que aquejan a nuestro pueblo, y
cabe preguntarnos ¿Cuándo empieza esta tragedia?.
El Huallanca idealizado, soñado, mítico del que tanto nos han hablado
parece que se queda en el siglo pasado, y quienes tuvimos la responsabilidad de
conservar este entusiasmo no fuimos capaces de cumplir con esta tarea, y hoy
hay quienes quieren inclusive partir, dividir y hasta desconocer a
nuestros propios hermanos , es que nunca fuimos un pueblo homogéneo, sino más
bien una ciudad fracturada, desigual, pero eso pasaba desapercibido cuando se
pronunciaba su nombre entonces todos poníamos el hombro, y se vivía mejor
porque se compartía más.