lunes, 10 de febrero de 2014

De la alegría a la tristeza:

Contaycocha, ayer y hoy
Arnulfo Martel Barbeito
Aquella noche del 29  de Julio del 2013, en Huallanca, después de una alegre tarde taurina, recostado en mi cama, trataba de conciliar el sueño, pero repentinamente vino a mi memoria un hermoso acontecimiento de mi infancia; merece un relato y una reflexión .

Zona Contaycocha -Palca
Transcurría el mes de mayo de 1952, yo tenía once años y cursaba el segundo año de educación primaria en mi querida e inolvidable Escuela de Varones Nº 393. Una tarde, a la hora de salida, nuestro Director, Profesor Raúl Córdova Alvarado,  acompañado de sus colegas: Raúl Llanos Picón, Javier Lozano Agüero, Almanzor Mori Picón y Luis Espinoza Rubina, nos anunciaron un paseo campestre para visitar la hermosa LAGUNA CONTAYCOCHA, ubicado a 10 kilómetros aguas arriba del río Torres.

 Esta gran noticia todos lo recibimos con inmensa alegría; el día de partida estaba fijado para el día sábado. Los días siguientes empezamos con los preparativos característicos  de los niños de mi edad, a formar grupos con los amigos más íntimos, a reunir la  cuota de alimentos para el rancho de ese día –aquí debo recordarles que la mayoría de los niños de esa época no sabíamos lo hermosa que son las lagunas; seguro que de ahí también nuestra gran emoción.

Finalmente llegó el día tan esperado, desde las seis de la mañana empezamos a reunirnos en el patio de nuestra escuela, con la puntualidad acostumbrada de ese tiempo. Partimos a las siete exactamente en el preciso momento en que el astro rey comenzaba a brillar por encima del cerro Sheglla. Salimos en correcta formación, no sin antes de haber recibido las recomendaciones  de nuestro estricto Director, quien encabezaba la marcha con pasos firmes y gesto enérgico que era natural en él.

Laguna Contaycocha, antes
En la plazuela de Carmen Alto empezaba el camino de herradura –EL CHAQUINANI-pasando por debajo del cementerio, luego seguimos por Chinllillin, Tumpihuarco, Pampa de Shuyana, para comenzar la subida a Machaypata; lugar donde el Director dio la orden de hacer un alto para tomar un descanso y escuchar una charla de parte de nuestro Profesor Raúl Llanos, quien hace referencia con énfasis a los recursos  naturales que nos rodean; luego continuamos con la caminata
.
De pronto vemos un pequeño cañón, se trata de QUITACALZON,y luego de una pequeña subida nos encontramos en la Quebrada de Palca; un poco angosta, bosque tupido de hermosos quenuales, aproximadamente de unos quinientos metros de largo y cien de ancho; por el centro el camino, nuevamente comenzamos a subir serpenteando el angosto sendero y sorpresivamente: Ahí está la meta de nuestra aventura: ¡CONTAYCOCHA!.

Qué emoción, es la laguna de Contaycocha, casi nos atrevimos a romper filas, pero teníamos al lado nuestro aún rectísimo Director, también emocionado pero erguido contemplando por ratos a sus alumnos y también sorprendido por tanta hermosura de la laguna; un gran depósito de aguas de color  azul turquesa.
Nuestros pequeños ojos lo veían interminable la laguna, rodeado por un enorme cerro por su margen izquierda y vestigios de un enorme aluvión por la derecha, luego viene la siguiente charla para explicar la posible formación de este  fenómeno natural.

Contaycocha, hoy
La orden es la hora del rancho, del refrigerio, pero seguíamos contemplando el esplendor del paisaje andino, con su cielo azulino, la belleza de la laguna, rodeado de cerros mineralizados, afloramientos de carbón, etc. Después de matar nuestro voraz apetito nos dedicamos a inspeccionar los alrededores, al fondo de la planicie se veía una catarata de aguas cristalinas que al chocar con el cerro se parecía a un manto blanco, no podíamos acercarnos mucho, los mayorcitos decían que había encanto.

El día 31 de julio del 2013, me levanté temprano subí a una combi  que me llevó al lugar de mis recuerdos, laguna de Contaycocha, después de 60 años, lo encontré muy diferente, miré a los alrededores todo era tristeza; el río que  ingresaba a la laguna  por la margen izquierda del cerro hoy lo cambiaron en sentido contrario a la derecha; el agua es de color amarillo tabaco; la laguna es un pestilente charco donde no existe vida. Tengo conocimiento que fue embalsada en dos oportunidades para servir de depósito de relaves durante diez años, hoy en lo que queda de su capacidad sigue sirviendo a la Compañía Minera Santa Luisa de Huanzalá, de pozo séptico. Qué pena, que nuestras autoridades de turno sólo se acuerdan de este PATRIMONIO NATURAL Y CULTURAL  DE HUALLANCA cuando tienen sed de acumular riquezas.

 ¡ Viva Huallanca ¡… que mueran los felipillos