Cuando el ambiente electoral se calienta
Rolando Húbner Marcos Picón
Aunque parezca mentira, las elecciones municipales del
2014 están más cerca de lo que creemos. Nuestro pueblo, el país en general se
apresta a participar, una vez más, en una campaña electoral que seguro estará
lleno de spots de campaña y promesas, con frases bonitas y rebuscadas por los
mejores publicistas, que buscarán convencernos hasta de lo
imposible. Y le daremos una cachetada a la pobreza regalando a manos llenas;
contradiciendo lo que se pregona recesión, y bienestar para los que menos
tienen.
Sin argumentos, sin programas políticos a futuro, sin
propuestas concretas para enfrentar la crisis económica que se avecina. Los
candidatos de los partidos, los llamados apolíticos, los independientes, nos
llenarán el pueblo con gigantografías y propagandas; ojalá que el show no canse
y tengamos algo nuevo para escoger.
Con los spots quedó claro como se conquista el voto
hoy por hoy. Lo que se busca es conmover al ciudadano con cuestiones emotivas,
para acercar a los burócratas al mundo “real”, el de los “pobres”, con frases
grandilocuentes y plagadas de eufemismos que corren el eje del debate de lo político a lo
sentimental.
El proceso electoral que se avecina parece ya marcado
por rasgos como los mencionados líneas arriba, que seguro contribuirán al
resultado final. La campaña electoral será bastante corta, no más de cuatro
meses, muy fragmentada por la cantidad de candidatos (no menos de siete candidatos), y
ciertamente muy concentrada porque los que tienen posibilidades de llegar al
poder serán dos o tres.
También es cierto que la dinámica electoral coincidirá
con la alta desaprobación a nuestros principales líderes, los problemas de
delimitación territorial, de obras con millones de soles de inversión y que
hasta hoy no han podido entrar en funcionamiento, convirtiéndose en elefantes
blancos; ante estas condiciones todo indica, que el proceso será pobre en
programas y propuestas debido a la ausencia de proyectos reales de cambio o de
personas que garanticen un cambio verdadero para nuestro pueblo.
En pocas palabras, una carrera electoral que
seguramente tendrá más de promesas, spots, y mucho dinero, que valdría la pena
preguntarse ¿Quién financia y a cambio de qué a estos candidatos?,
y más preocupación por intereses particulares de corto plazo que de
compromiso real con nuestro pueblo.
Temas sustantivos para nuestro pueblo, como la
relación entre la minería la agricultura y ganadería, el abastecimiento
de agua, la contaminación y los pasivos ambientales, no estarán presentes en
estas elecciones, a pesar del variopinto menú de candidatos del cual
dispondremos los ciudadanos y ciudadanas para elegir a nuestras autoridades,
nuestras opciones serán limitadas con uno o dos candidatos.
Hablamos todos de moralidad, de cómo estamos aceptando
la corrupción, y parece que en Huallanca estuvieramos aceptando este
sistema como el más legal y justo: la gente participa de ella la tolera, y vive
en este sistema, considerando la corrupción no sólo como el abuso del poder público
para obtener ganancias privadas, sino se trata del abuso en la función pública, del
ambiente deshonesto, como la violencia, la corrupción, que son herramientas de
poder.