viernes, 19 de abril de 2013

Recuerdos de Huallanca:

“ CHIMU ZELAYA
Octavio Durán López
Huallanca, la tierra de gente sumamente generosa celebra todos los años las Fiestas Patrias, siendo el más colorido y esperado las cuatro tardes taurinas, los habitantes del lugar así como los visitantes concurren masivamente a la plaza de toros para gozar del espectáculo.

En la década del 60 pasé muy bonitas tardes taurinas, recuerdo que las familias más reconocidas hacían armar sus palcos al que invitaban a sus allegados y amigos a saborear los ricos helados y bocaditos preparados en casa y tampoco faltaba el brindis con cerveza.
La corrida era un lindo espectáculo y la concurrencia gozaba con la intervención de muchos varones que animados por su afición, valor o compromiso sentimental ingresaban al ruedo y algunos sufrían cogidas por los bravos toros traídos de los fundos ganaderos. En esas tardes taurinas el valor se demostraba enfrentando al animal sin llegar a matarlo.

Huallanca guarda en su recuerdo a personajes que trabajaron mucho por su querida tierra en los diferentes campos de la actividad humana y como en todo pueblo siempre hay personajes que dejan recuerdos por sus ocurrencias. Uno de sus pobladores, Simeón Zelaya Márquez que vivía en el fundo Potaca, conocido como “Chimu Zelaya” es recordado por su valentía y gracia en las cuatro tardes taurinas. 
Cómo olvidar las ocurrencias de este personaje que tenía más miedo a los policías que a los toros, y en el momento menos pensado ingresaba al ruedo con su sombrero en la mano derecha y en el brazo izquierdo llevaba una alforja, un poncho y una chalina que colocaba uno sobre otro, y provocaba a los toros haciendo mil malabares para evitar ser cogido y cuando el animal se acercaba mucho lo distraía arrojando las prendas que portaba en el brazo causando alegría en la concurrencia.

Un día se presenta al Puesto de la Guardia Civil y respetuosamente pide hablar con el Comandante de Puesto. Al preguntarle de qué se trataba muy humildemente expone: “…me he acercado al Puesto para solicitarle que por favor no me prohíban entrar a los toros pues yo nací para torear y así moriré…”. Ante tal petición, le refiero que sí podía entrar a los toros, pero sin consumir bebidas alcohólicas para evitar ser cogido, ante esta recomendación se alegra y responde que empeñaba su palabra para cumplir. Durante todos los años que intervino, ningún toro llegó a embestirlo.
Cómo olvidar a este personaje que con sus ocurrencias fomentaba mil comentarios, constituyéndose en el alma de la fiesta en las grandes tarde taurinas de Huallanca. Y el público pedía su presencia.

Hace poco escuché la canción “Linda Huallanquina” composición de Oscar Ramírez Trujillo, cantado con Diosdado Gaytán Castro que, en una de sus estrofas dice:

Vamos a Huallanca,
yo estaré contigo en el toril,
los toros están bajando
la fiesta comenzará,
la plaza se está llenando
será una fiesta para el amor.

Con una capa blanca
yo te daré la prueba de mi valor,
y si me agarra el toro
por ti mi vida será,
y si me agarra de nuevo
Chimu Zelaya se reirá.