Más allá del debate
Rolando Húbner Marcos Picón
Los debates políticos, al igual que los partidos de f útbol terminan cuando culminan los 90 minutos en el gramado de juego, sin embargo en Huallanca parece que las cosas no son así debido a la lógica de quejas y contemplaciones a la que estamos asistiendo y del cual formamos parte, de una manera o de otra, con más o con menos malestar. Decimos así porque en estos últimos días hemos sido testigos de anónimos que han circulado en el distrito; algunos a favor y otros en contra de nuestros principales lideres de opinión.
Audiencia pública de Rendición de cuentas: 07-04-13 |
Lo que sí está claro es que los huallanquinos que sentimos y expresamos nuestro descontento, es porque no queremos vernos permanentemente en esta situación, y queremos recuperar el sentido de la política al servicio del pueblo y tratar de que se resuelva ese divorcio que hay con nuestra sociedad.
La administración municipal en Huallanca es ahora confuso, lleno de sospechas y con una gran cantidad denuncias que está generando más enredo, y ninguna idea de cómo hacer más viable este camino al desarrollo que como pueblo siempre hemos buscado, y esto va a seguir así mientras la política siga siendo un espacio formado por organizaciones e individuos de una limitada o nula representatividad o si como electores seguimos votando por el menos malo, por la frase bonita, por los regalos, o porque las opciones son limitadas.
Todo esto nos obliga a buscar participar más efectivamente en las decisiones que como pueblo y sociedad tenemos. A contribuir en la construcción de una cultura ciudadana con derechos y deberes, son momentos de acción en la vida de todo pueblo, tenemos que empezar a ser actores principales del desarrollo de nuestro pueblo, las tribunas están llenas de espectadores, tenemos que superar las identidades restringidas que hasta hoy nos ha tenido limitados, sumisos y en silencio.
Lo que llama la atención es la indiferencia de algunos huallanquinos a quienes parece que les importa muy poco lo que pase a su alrededor, y un pueblo que parece resignado a moverse entre la queja y las contemplaciones. Pese a los pronunciamientos hechos por el Frente de Defensa, de algunos ciudadanos, parece que estuviéramos resignados a expresarnos a denunciar, a quejarnos, pero no proponemos ninguna orientación valida para poder actuar, como alguien lo diría: Se mira, se habla, pero no se toca.
Independientemente de la orientación ideológica esta es una tarea que debe comprometernos por igual a todos quienes nos sentimos ya cansados de este comportamiento de quejas, contemplaciones, miedos, de hablar fuerte pero escondido, características de nuestra sociedad en los últimos años.