domingo, 28 de octubre de 2012

Recuerdos de Huallanca:

UN ENCUENTRO INESPERADO
Por: Octavio Durán López
En los primeros días del mes junio de 1970 todo el país se encontraba pendiente de las noticias sobre las consecuencias ocasionadas por el terremoto del 31 de mayo que afectó más duramente al departamento de Ancash. De pronto, recibo una nota del Ingeniero Yoneda indicándome que había una llamada por radio directamente de Palacio de Gobierno y que me constituyera lo más pronto posible, por lo que me dirigí a Huanzalá, y al ponerme en contacto recibo la orden de prestar las garantías y el apoyo para la rehabilitación de la carretera a Chiquián por cuanto las rutas de Chasquitambo, Casma y Chimbote estaban fuertemente dañadas e indican que la empresa minera de Cerro de Pasco estaba enviando tractores; ante tal disposición el Ingeniero Yoneda, que era el Superintendente de la mina Santa Luisa, dispone que dos tractores de la empresa y trabajadores inicien de inmediato la relimpia de la carretera.
Al día siguiente arriban procedentes de Cerro de Pasco seis tractores que empiezan a trabajar en horario corrido, de igual forma las autoridades de Chiquián hacen los trabajos en su jurisdicción y al contactarnos por radio nos indican que en las primeras horas del día siguiente llegarían a Yanashallash y que procuráramos agilizar los trabajos para rehabilitar la carretera y contactarnos; nuestro grupo contaba con trabajadores de la mina, voluntarios y 8 máquinas con las que avanzamos rápidamente y a medianoche logramos pasar el punto Yanashallash.
Eran las 3 de la mañana y se presenta una camioneta 4x4 , baja un Coronel de la Guardia Civil y me dice “Muy bien Cabo, usted está ayudando a cumplir la orden de Palacio, acérquese a la camioneta y salude a la persona que está en el interior”, ante tal indicación me acerco al vehículo y del interior abren la luna de la puerta , yo les digo “Buenos días” y me contesta una voz femenina en los siguientes términos: “Buenos días señor Cabo, le felicito por estar aquí al frente del trabajo, sigan avanzando”. Pido permiso y me retiro donde estaba el Coronel quién me pregunta:
-         ¿Qué le han dicho?
-         Me ha  felicitado una voz femenina
-         ¿sabe quién es?
-         No.
-         Es la esposa del señor Presidente de la República.
Había sido la señora Consuelo Gonzáles de Velasco, quien se dirigía al Callejón de Huaylas encabezando una gran caravana de camiones con ayuda para los damnificados del terremoto y al poco rato contactamos con los de Chiquián y se dio pase a toda la flota de vehículos.
La población de Huallanca, siempre hospitalaria dio apoyo en todo momento a las personas que llegaban deseando dirigirse a Huaráz por cuanto había una orden de no dejar pasar a gente que no portara el distintivo o comprobante de ser miembro del Comité de Ayuda presentándose escenas dramáticas en el puente, acudiendo los pobladores a calmar los ánimos de las personas que en su desesperación por ver a sus familiares intentaban pasar pues era la única ruta y como es de comprender la orden estaba bien dada toda vez que no había viviendas ni alimentos en la zona afectada.