Lo que el tiempo se llevó
Por: Rolando Húbner Marcos Picón
En unos días más estaremos celebrando un nuevo aniversario patrio. En Huallanca los huallanquinos unidos por el orgullo de nuestras tradiciones y costumbres, con el optimismo de siempre, de creer en Huallanca, de verlo crecer y avanzar hacia un futuro de progreso que alcance a todos y podamos decir: ¡ OLE TORO BRAVO…!. Pero no a todos nos alumbra ese sentimiento, porque hay quienes no podrán estar en estas celebraciones, por distintos motivos y vivirán invadidos por la nostalgia y el dolor del autoexilio.
En estas fiestas nos acompañarán la frase por todos repetida : ¡TIERRA HERMOSA RICA Y GENEROSA!, el reencuentro con amigos y familiares y el orgullo que nuestros padres cultivaron en nuestros espíritus, sentimientos que llegaron para quedarse con nosotros y decir siempre: ¡ESTO ES HUALLANCA, CARAJO!. Si bien son ciertas nuestras costumbres taurinas se inician hace mucho tiempo, el mes de julio es el evento de máxima importancia dentro del marco de celebraciones, a nuestra Patrona la Virgen del Carmen y al aniversario patrio, nuestra pasión por los toros es grande, resultado de muchos años de festejos y festivales taurinos.
Antiguamente cuando los espectadores taurinos llegábamos a la plaza de toros monte Carmelo ávidos de ver el enfrentamiento de los toreros aficionados y los toros, no nos interesaba el buen toreo, nos centrábamos en la entrega valerosa de un aficionado al toreo o de algún improvisado con algunas copas demás que se atrevía a retar al bravo traído desde las desoladas y frías punas de nuestras estancias ganaderas, que por primera y única vez debían lidiar en la plaza de toros Montecarmelo.
Todos esperábamos impacientes el día 29 de julio para escuchar: “ sale el primer toro de la tarde, desde la estancia ganadera de…, nombre del toro… propietario…, comisario…edad.” Hoy con nostalgia me toca recordar a otro de los grandes ausentes en estas celebraciones me refiero, al toro cunero, el que era traído desde lo más recóndito de las alturas, al son de chicotes, y arreado por briosos caballos, con el permiso y previo pago al jirca, al amo, al dueño de los misteriosos cerros.
Vamos a recordar algunos vocablos, nombres sugerente con los que eran bautizados, por sus dueños, muchos de estos hermosos ejemplares cuneros. Al aproximarse las tres de la tarde el locutor anunciará la salida del primer toro de la tarde , como también la presencia de algún borrachito en la plaza de toros con el famoso “aywuallay Pancho Zelaya”.
Algunos de estos nombres tal vez usted también los escuchó: El matrero, chusco,
arisco, mocho, chúcaro, de una de las estancia, toro de cinco años, sus nombres propios de las vivencias, de las características de los bravos, su comportamientos etc., como:
Wagay cóndor, El solitario de Ahuashcocha, Allgo ismay de Matash, Yacu Pishgo, Wuamanripa, Jircan purej, Wwuyruwuyru, Pagaspera, Gayantsu, Chula wuagra, Relámpago, Lloran por mi, Por mi lloran, Rompe Poncho, Manzanillo, Yana Shongo, Naranjito de Huando, Sánchez Cerro, Luis Pardo, Corazón Mañoso, Negro Negrito, Condenado, etc. Entonces con poncho en mano, salía uno a uno los aficionados a enfrentar al bravo que en la plaza amenaza improvisando colchas pañalones, hasta trapos rotos de la toldera de algún vehículo.
Hoy con la globalización, el internet, ya los toros que se lidian en nuestra plaza son con nombres españoles, o mejicanos como: Reportero, Pajarito, Cantellano, etc. como ahora nadie torea con su poncho todos usan capotes o muletos, hoy hablamos de verónicas, pase de pecho, banderillas , picador, el toro de casta
Nos interesa mucho las costumbres de mi pueblo por eso escogí este tema para saber más y saber más que nada como preservarla ya que es muy importante rescatar y preservar nuestras tradiciones por que así podemos conservar nuestras raíces y podemos estar orgullosos de ellas también para poder heredar nuestras costumbres a nuestros descendientes es muy importante dejar testimonio de nuestra cultura a nuestros hijos, y así también no volver a caer en los errores que marca nuestra historia, de esa forma nuestra identidad como huallanquinos se fortalecerá..
Las tradiciones y costumbres son la identidad de un pueblo y las raíces de los individuos, sin estas no sabremos quiénes somos ni de dónde venimos y mucho menos a dónde vamos.