sábado, 28 de abril de 2012

Recuerdos de Huallanca (4) :

" L  U  C  E  R  I  T  O "
Por: Octavio Durán López
En 1964 trabajaba en el Puesto de la Guardia Civil de La Unión, Provincia de Dos de Mayo, departamento de Huánuco, para esa época el distrito de Huallanca pertenecía policialmente a La Unión y ante las constantes denuncias por robo de ganado el Comandante de Puesto ordena que salga una Patrulla compuesta por cuatro efectivos entre ellos yo que era el menor de todos, con el fin de efectuar una correría por las alturas de Andachupa.
Llegamos hasta la parte alta de Antamina y el Jefe de Grupo ordena retornar a La Unión y en el trayecto divisamos la casa-hacienda de Ututupampa,  y como ya eran las l7:00 horas, solicita se nos proporcione alojamiento, petición que fue aceptado muy amablemente por el propietario, desensillamos las acémilas y tomamos asiento y el dueño se conocía con mis colegas y me pregunta:
-¿De dónde es usted jovencito?
- Soy de la provincia de Pomabamba, le contesto.
Ante mi respuesta, reacciona de inmediato y dice: “Un pomabambino no puede estar en este lugar, pasen por acá” y nos hace ingresar a su sala de documentos y me hace referencia que conocía Pomabamba, que tenía muy gratos recuerdos de su amistad con la familia Jó , Hernández, Vidal, Escudero, López y muchas otras familias y había gozado mucho en las fiestas patronales, los baños de aguas termales , juegos de casino y el rico chicha en caldo.
-¿Quién era esta persona tan amable?
Se trataba del Sr. Moisés Ortiz Figueroa, último arrendatario de la hacienda “Uchusquillo”, perteneciente a la Provincia de Huari en aquella época. Desde ese encuentro nos unió una estrecha amistad durante el tiempo que trabajé en Huallanca por cuanto en 1966 se instala el Puesto GC en donde permanecí hasta 1970. Recuerdo que los guardias que me acompañaron fueron: Carlos Robles Gonzales, Joaquín Álvarez Mejía y el Jefe de grupo por ser el más antiguo fue el colega Andrés Dávila, más conocido como “Shucuy”.

En Huallanca tuve muy buenos amigos especialmente con mis contemporáneos pues tenía 24 años de edad, entre ellos Eugenio Córdova Barrenechea, Carol Marchisio, Manuel Pardavé, Horacio Pozo, Carlos Barrenechea Reyes (Callín), Nicolás Gamarra Rubina, Oscar Llanos Reyes,  Lucho y Leli Recavarren, don Raúl Llanos Picón, don Víctor Fano Revolledo y muchos otros. Con muchos de ellos dábamos serenatas a las hermosas chicas. En 1968 aproximadamente, llega procedente de Lima una señorita muy agraciada, como toda huallanquina,  y se nos ocurre componer una canción, procediendo a darle su serenata, una de las estrofas decía:

Carmen Altuman jegarcunap                Al subir a Carmen Alto
lucerito brillaicanag                              un lucerito brillaba
lucerito nillangaga                                lo que dije lucerito
huallanquinita cacullanag.                     mi huallanquina había sido