Elecciones y mentiras
Rolando
Húbner Marcos Picón.
Dice un dicho muy
antiguo que los abuelos solían repetirnos siempre: “El burro patea una sola
vez, o si te engañan una vez no es culpa
tuya, pero si te engañan a cada rato o en cada elección eso si ya es culpa
tuya”. No es fácil evitarlos y hemos aprendido a vivir rodeados de mentiras,
tenemos acceso a la información, las noticias están a nuestro alcance por diversos medios, redes sociales,
televisión, radio, periódicos y revistas; el problema hoy es distinguir entre
cuáles son verdaderos y cuáles son falsos, una tarea difícil aunque parezca
mentira.
En todo el país estamos
próximos a elegir a las nuevas autoridades regionales y municipales, en el caso
específico de distrito de Huallanca
(Bolognesi-Ancash) hasta el momento hay cuatro candidatos a la alcaldía en
carrera. La campaña electoral ya
comenzó, nuestros políticos locales nos van a ofrecer y prometer de todo,
muchos de ellos propuestas inviables como si la elección se tratara de quien
ofrece más; vivimos en una sociedad donde nuestros políticos a partir de ahora
van a ser puestos como productos en oferta, convirtiendo un acto electoral en
un marketing político.
Desde las tribunas
esperamos escuchar propuestas serias, proyectos que sean sostenibles a mediano
y largo plazo, con la participación del Estado, las empresas privadas y la
sociedad en su conjunto. Hoy más que nunca como pueblo necesitamos políticos
inteligentes y constructivos, políticos capaces de unir, de sentarse a la mesa
con todos sin distinción de ningún tipo y promover el desarrollo de proyectos
productivos porque van a ser fuentes de desarrollo.
Lamentablemente estamos
sufriendo una crisis de honestidad a nivel nacional, ya es imposible creer en
la sinceridad de algún político, existe corrupción en todo nivel, y donde se
pone el dedo salta el pus o cual caja de pandora comienzan a salir sorpresas
que muchos nos negamos a creer. La sociedad se encuentra polarizada,
fragmentada, dividida, dejada de lado; para que cambie ese sentir no
necesitamos de promesas vacías e irrealizables, lo que queremos como pueblo es
diálogo, que nos tomen en cuenta, que nos expliquen la forma cómo van a
realizar cada uno de sus proyectos, y como estos proyectos van a traer
bienestar. La credibilidad y prestigio bien ganado que tenemos como pueblo
deben de tener continuidad y quiénes quieren dirigir su destino deben de estar
conscientes que somos un pueblo con mucha historia, un pasado glorioso y nos
merecemos un futuro próspero.
No necesitamos un
rosario de promesas y propuestas que no se van a cumplir, lo que hemos
aprendido en el camino es que queremos, son proyectos de desarrollo que cumplan
con ser socialmente aceptadas, técnicamente validas, económicamente factibles y
ambientalmente amigables, y sobre todo que puedan ser ejecutadas
inmediatamente, para satisfacer las necesidades básicas de la población. En palabras
simples queremos que nos diga cómo van a resolver el problema de los servicios
básicos que aquejan a la población, agua, salud, educación, sistema eléctrico;
el agua no sólo en la zona urbana sino también en el campo; cuáles son las
propuestas que tienen para plantearles a las principales empresas mineras que
se encuentran desarrollando proyectos mineros en la zona.
Después de todo nos merecemos autoridades honestas, trabajadoras, bien intencionados, transparentes y quién sea beneficiado con los votos del pueblo merecen el apoyo de todos, porque entonces tendremos un pueblo con más y mejor salud, mejor educación, con más y mejores carreteras, gobernar un pueblo fragmentado es difícil, se requiere carácter, determinación, amor por nuestra tierra, tener las cosas claras, mucha voluntad para alcanzar los objetivos proyectos y metas trazadas para avanzar hacia el bienestar, el desarrollo y el sueño de que si es posible trabajar juntos un proyecto de desarrollo.