martes, 9 de agosto de 2022

Yo opino:

                                     Elecciones y mentiras

Rolando Húbner Marcos Picón.

Dice un dicho muy antiguo que los abuelos solían repetirnos siempre: “El burro patea una sola vez,  o si te engañan una vez no es culpa tuya, pero si te engañan a cada rato o en cada elección eso si ya es culpa tuya”. No es fácil evitarlos y hemos aprendido a vivir rodeados de mentiras, tenemos acceso a la información, las noticias están a nuestro alcance  por diversos medios, redes sociales, televisión, radio, periódicos y revistas; el problema hoy es distinguir entre cuáles son verdaderos y cuáles son falsos, una tarea difícil aunque parezca mentira.

En todo el país estamos próximos a elegir a las nuevas autoridades regionales y municipales, en el caso específico de distrito de  Huallanca (Bolognesi-Ancash) hasta el momento hay cuatro candidatos a la alcaldía en carrera. La  campaña electoral ya comenzó, nuestros políticos locales nos van a ofrecer y prometer de todo, muchos de ellos propuestas inviables como si la elección se tratara de quien ofrece más; vivimos en una sociedad donde nuestros políticos a partir de ahora van a ser puestos como productos en oferta, convirtiendo un acto electoral en un marketing político.

Desde las tribunas esperamos escuchar propuestas serias, proyectos que sean sostenibles a mediano y largo plazo, con la participación del Estado, las empresas privadas y la sociedad en su conjunto. Hoy más que nunca como pueblo necesitamos políticos inteligentes y constructivos, políticos capaces de unir, de sentarse a la mesa con todos sin distinción de ningún tipo y promover el desarrollo de proyectos productivos porque van a ser fuentes de desarrollo.

Lamentablemente estamos sufriendo una crisis de honestidad a nivel nacional, ya es imposible creer en la sinceridad de algún político, existe corrupción en todo nivel, y donde se pone el dedo salta el pus o cual caja de pandora comienzan a salir sorpresas que muchos nos negamos a creer. La sociedad se encuentra polarizada, fragmentada, dividida, dejada de lado; para que cambie ese sentir no necesitamos de promesas vacías e irrealizables, lo que queremos como pueblo es diálogo, que nos tomen en cuenta, que nos expliquen la forma cómo van a realizar cada uno de sus proyectos, y como estos proyectos van a traer bienestar. La credibilidad y prestigio bien ganado que tenemos como pueblo deben de tener continuidad y quiénes quieren dirigir su destino deben de estar conscientes que somos un pueblo con mucha historia, un pasado glorioso y nos merecemos un futuro próspero.

No necesitamos un rosario de promesas y propuestas que no se van a cumplir, lo que hemos aprendido en el camino es que queremos, son proyectos de desarrollo que cumplan con ser socialmente aceptadas, técnicamente validas, económicamente factibles y ambientalmente amigables, y sobre todo que puedan ser ejecutadas inmediatamente, para satisfacer las necesidades básicas de la población. En palabras simples queremos que nos diga cómo van a resolver el problema de los servicios básicos que aquejan a la población, agua, salud, educación, sistema eléctrico; el agua no sólo en la zona urbana sino también en el campo; cuáles son las propuestas que tienen para plantearles a las principales empresas mineras que se encuentran desarrollando proyectos mineros en la zona.

Después de todo nos merecemos autoridades honestas, trabajadoras, bien intencionados, transparentes y quién sea beneficiado con los votos del pueblo merecen el apoyo de todos, porque entonces tendremos un pueblo con más y mejor salud, mejor educación, con más y mejores carreteras, gobernar un pueblo fragmentado es difícil, se requiere carácter, determinación, amor por nuestra tierra, tener las cosas claras, mucha voluntad para alcanzar los objetivos proyectos y metas trazadas para avanzar hacia el bienestar, el desarrollo y el sueño de que si es posible trabajar juntos un proyecto de desarrollo.