Falta de compromiso con el pueblo
Rolando Húbner Marcos Picón
Indignante, seria tal vez la palabra que resume la actitud de algunos huallanquinos, o alguien dirá es una bendición, o una maldición la minería, como todos los años para muchos es una alegría la llegada del canon minero, pero nuestra pregunta sería ¿de qué sirve tener tanta plata en el banco si no somos capaces de gastarlo? ¿El canon minero sólo ha servido para incrementar la corrupción o incrementar las arcas de los gobiernos de turno?. Una vez más como todos los años se anuncia la transferencia a los gobiernos locales del canon minero; a Huallanca le ha sido asignado 6, 570,108.70 -seis millones quinientos setenta mil ciento ocho soles, pero dónde van a ser invertidos si no tenemos proyectos priorizados.
Es cierto que nunca tuvimos tanto dinero, y es cierto también que no hemos estado preparados para manejar los millones de soles que llegaron a la municipalidad, pero han pasado más de una década y parece que hemos aprendido poco o casi nada, la bonanza minera no es eterna, el canon minero se va acabar, porque los minerales son recursos no renovables, las grandes mineras se van a ir y los que nos quedamos ojalá no seamos parte de pueblos fantasmas, pueblos millonarios que no supieron invertir lo que el desarrollo de la actividad minera le proporcionó.
Por otro lado, salió el programa de actividades para fiestas patrias y que nos muestra, somos un pueblo de consumidores, una población desorganizada generalmente pasiva, silenciosa, con poca capacidad para unirnos, movilizarnos y marchar para defender nuestros derechos, nos hemos vueltos dependientes del dinero, el consumismo, todos guiados por la publicidad y la propaganda que nos venden ¿a quién le interesa la desnutrición crónica del 34% de nuestros niños,?.
Huallanca es un pueblo con mucha historia de hombres y mujeres que, supieron salir adelante a base de trabajo y mucho esfuerzo; espero que esta nueva generación de políticos huallanquinos retomen el glorioso pasado para encaminar a nuestros pueblo por la senda del progreso dejando de lado, esta pesadilla de presuntos actos de corrupción y deterioro moral que ensombrece y avergüenza.