lunes, 4 de junio de 2018

Yo opino:


Presupuesto, ni participativo ni transparente
Rolando Húbner Marcos Picón

El Presupuesto Participativo es un instrumento de gestión pública donde  la sociedad civil organizada y la municipalidad  de  manera  concertada,  priorizan   la  inversión  de  los   recursos   públicos.  En Huallanca, cada año discutimos y votamos  por  el destino del presupuesto anual para que puedan ser  materializados  en  proyectos y obras de desarrollo, en proyectos de inversión para  mejorar la calidad de vida de todos los huallanquinos; así asegurarnos, una inversión eficiente de nuestros recursos.

El poco interés de la ciudadanía, la poca información, hace que las reuniones para el presupuesto participativo se frenen, y con esto la oportunidad para identificar las demandas y necesidades más urgentes que tiene la población, las prácticas poco democráticas de quienes dirigen nuestro pueblo, truncan el diálogo y el entendimiento, ahuyentan a quienes tienen la voluntad de participar en la discusión y priorización de los proyectos de desarrollo;  haciendo que de las reuniones  del presupuesto no sean ni participativas ni transparentes.

El presupuesto participativo, no está cumpliendo sus objetivos, como la mayor participación, compromiso, concertación entre los vecinos, la participación de la sociedad civil organizada, los empresarios y la municipalidad, parece que nuestras autoridades tuvieran temor de dialogar, rendir cuentas del avance o retroceso del presupuesto participativo del año anterior, para poder priorizar las demandas más urgentes que tienen los vecinos,  las comunidades y luego ejecutarlo en forma eficiente, cumpliendo los plazos, respetando la calidad de los productos.

El presupuesto participativo se está convirtiendo en una formalidad, para cumplir con la ley, con dos o tres reuniones improvisadas, con un grupo minoritario de participantes, nuestra responsabilidad es hacer que nuestras autoridades tengan la voluntad y el compromiso para hacer realidad las obras y proyectos que se priorizan, romper las rutinas burocráticas, dejar las prácticas corruptas, del clientelismo y rendir cuentas de cuanto se avanza.

Pero cómo hacemos un presupuesto participativo si no tenemos un plan de desarrollo concertado difundido y aceptado; si lo tenemos muy pocos lo conocen o está guardado adornando alguna biblioteca, llenándose de polvo. Cómo discutimos el presupuesto, si no tenemos una visión clara de lo que queremos ser como pueblo, en el mediano o largo plazo. Cómo hacer el presupuesto participativo si no tenemos proyectos, necesidades ni obras priorizadas; sino como explicamos la construcción de ruedos taurinos en las diferentes comunidades, mientras la población no tiene hasta ahora cubierta sus necesidades básicas.

Cómo discutimos el presupuesto participativos si nuestras autoridades no rinden cuentas de su gestión pese a que la ley les obliga ( el lunes 30 de abril venció el plazo para que los titulares de las entidades públicas presenten su informe de rendición de cuentas del periodo anual 2017¿nuestras autoridades lo han hecho?). Cóomo hacemos un presupuesto participativo cuando la gran mayoría de la población no logra organizarse, no se renueva nuestros representantes, porque siempre son las mismas caras en estas reuniones, y no llevan la voz de sus vecinos sino van por intereses propios, otra de nuestras falencias podemos ver en instituciones que tienen poco tiempo de vida, con estas condiciones el presupuesto pasa de ser una herramienta de gestión democrática a ser un formalismo nada transparente.

Hemos dejado de lado la diversificación productiva, la innovación el crecimiento de pequeñas empresas, el desarrollo de actividades alternativas a la actividad extractiva.
Tenemos que establecer una visión de pueblo que queremos, elaborar el plan de desarrollo concertado aprobado y aceptado por todos quienes somos partes de esta hermosa tierra, definir nuestras fortalezas y debilidades, buscar estrategias, priorizar, sentarnos a la mesa y ahora si conversar nuestro presupuesto participativo, corregir errores que siempre se presentan en el camino.

No se trata de repetir las viejas fórmulas de antes que no han dado resultados, que no fueron útiles, necesitamos autoridades que gobiernen de la mano con su pueblo, no de autoritarios, ni fascistas, ni tecnocráticos, con la estructura actual nos están demostrando que como pueblo no vamos a ninguna parte,