Lo nuevo de la política
Rolando Húbner
Marcos Picón
Los ciclos que cada cuatro
años se repiten en nuestro pueblo vuelve una vez más; parece inevitable las
opiniones por cada uno de nuestros posibles candidatos, y ellos por su parte
también hacen sus sumas y restas; aunque casi siempre las encuestas de opinión
han fallado, el ambiente político en Huallanca parece rezagado, nuestros
candidatos se están guardando o es que acaso están fuera de forma.
Las campañas de promesas y
juramentos se están lidiando más en las comunidades, con modelos distintos, con
intereses y contextos también, con discursos que van variando de acuerdo al
público que los escucha.
Algo que notamos en la
política local es la presencia de muchos candidatos jóvenes y nuevos; el
descontento es palpable, el desencanto, los engaños, la falta de compromiso por
resolver los problemas sociales; seguro han sido motivos más que suficientes
para que muchos de ellos intenten convencernos que son ellos los líderes que
este pueblo estaba buscando; ojala sea así.
Los deseos y sueños si se
pueden hacer realidad, no es fácil, necesita de soñadores; de hombres y mujeres
convencidos que si es posible, de tercos como una mula, de idealistas, de
aquellos que están dispuestos a sacrificarse, de hombres como los que se
abrieron paso en el cañón de “Huajtahuaru” o en “Quitacalzón”; de los que se
atrevieron a retar a la naturaleza y extraer la riqueza de sus entrañas; de los
que creyeron que se podía hacer ganadería en las zonas más frías; de aquellos
que creyeron que sí era posible ser los mejores; hombres con corazón de acero.
La historia de los pueblos no
está escrito, la escriben y reescriben los hombres y mujeres, con sus sueños,
sus esperanzas, sus ideales, sus voluntades y esfuerzos; tremenda
responsabilidad que llevamos sobre nuestros hombros, escribir la historia para
que nuestras futuras generaciones nos juzguen.
Esperamos que quiénes hoy
asumen el reto en la carrera política, sean capaces de arrebatarles, las
acciones cívicas de respeto, a gente inescrupulosa, con ansias de poder, o a
profesionales sin principios ni ética que se pretende perpetuar en el poder.
Que nos muestren el buen concepto de la política, el arte de servir al pueblo, caracterizado por
la solidaridad, la decencia, el altruismo, el respeto, y sobre todo, revalorar
el buen nombre de la tierra huallanquina.
No podemos seguir como pueblos
sensatos, como espectadores silenciosos, viviendo en la incredulidad y sumidos
en una apatía colectiva; donde a nadie o a muy pocos parece importarles qué
pasara mañana, en medio de la congoja, el desaliento, la tristeza y el desánimo.
Es preciso que esta nueva
generación de políticos, de hombres y mujeres buenos, formen partidos con
ideologías nuevas, con sueños nuevos, creo que llegó el momento de terminar con
los lamentos, de vivir defraudados por esperanzas insatisfechas y sueños
truncos.
Vamos a votar por soluciones,
por programas concretos y racionales,
por proyectos y obras concretas y realizables claro está entonces que no
necesitan ofrecernos mucho sino algo que está a nuestro alrededor.