Desarrollo compartido
Rolando Húbner Marcos Picón
Llegó la hora de pensar en un nuevo modelo de desarrollo productivo para Huallanca, pensar en un nuevo enfoque de proyectos que nos haga soñar en el desarrollo anhelado de nuestro pueblo, olvidado por nuestras autoridades, provinciales, regionales, por el estado y muchas veces por la sociedad en su conjunto.
A llegado la hora de que el coro sagrado de “tierra bella, hermoso cielo serrano” se escuche en todos los rincones y trabajar juntos para encaminarnos al desarrollo; pero necesitamos antes preguntarnos ¿Dónde está el Estado con sus programas e instituciones?, ¿Dónde están las ONGs con sus proyectos? ¿Dónde están las empresas con su tecnología, trabajo y capitales, para transformar lo que Dios nos ha dado como naturaleza? ¿Dónde quedó la promesa de hacer de Huallanca un pueblo próspero?.
¿Dónde están los socios estratégicos que venían como buenos vecinos? ¿Dónde están los hombres y mujeres solidarios que nos visitan en julio y diciembre a bailar y cantar bonito? ¿Dónde están los jóvenes ochenteros que en la plaza de armas juramos regresar para trabajar juntos por el desarrollo de nuestra tierra y su gente, se fueron, cuando el cóndor de la plaza voló o cuando Aparicio Pomares se fue de la plaza?
Todos están ahí, cada uno de estos actores y agentes económicos, que forman parte de las fortaleza que como pueblo tenemos, pero lamentablemente no nos hemos juntado para pensar en el desarrollo de nuestro pueblo, porque no escuchamos el llamado o porque no hubo lideres capaces de reunirnos para trabajar juntos, o porque el desarrollo de nuestro pueblo lo encargamos a gente que no conoce nuestra realidad, sin compromiso ni arraigo familiar dejamos el desarrollo de nuestro pueblo en manos mezquinas y ajenas.
Cuándo fue que cambiamos el Huallanca solidario, para volvernos individualistas, cada uno comenzó a tirar para su lado, todo querían sacarle ventaja a su favor, se reclamaba, se alzaba la voz, para ver yo de este alboroto. No hemos pensado que la unión hace la fuerza, que los objetivos y metas se hacen realidad cuando las voluntades, sueños, trabajo, recursos y esfuerzos se unen; entonces ya no solo sumamos, sino que multiplicamos.
Este es el verdadero paradigma que la apuesta, la solidaridad y el compromiso para enfrentar los retos de una visión de pueblo no se hace desde el enfoque asistencialista, donde las empresas se vuelven proveedores y nosotros receptores, sino desde un enfoque participativo donde todo sumamos.
Quiero escuchar, otra vez “somos la nueva juventud del ande, de la tierra huallanquina grande y hermosa para nuestro orgullo, queremos ser actores de nuestro propio desarrollo y no necesitamos dádivas ni migajas, sólo oportunidades para comenzar a labrar el desarrollo de nuestro pueblo. Quiero escuchar que estamos conscientes que tan sólo convirtiendo nuestras desventajas en ventajas, mitigando nuestras amenazas y miedos, que invirtiendo tiempo y generando capacidades podremos mejorar la vida de cada uno de nuestros ciudadanos.
Es el momento de repensar en Huallanca como un espacio de oportunidades, ventajas y fortalezas, es el momento que nuestros socios estratégicos, las distintas entidades de gobierno, pueblo en su conjunto, nos unamos para trabajar por el desarrollo socio productivo, queremos que los empresarios entiendan que como pueblo queremos oportunidades para superarnos a través de la mancomunidad, organicémonos desde las punas y nevadas donde nace el agua fría, su nombre será ponderado, Huallanca tierra minera.