Semana Santa
Rolando Húbner Marcos Picón
Como ya es costumbre la semana
santa en Huallanca se celebra con mucha devoción, pero también con mucha tradición,
aún conservamos prácticas y ritos que heredamos de nuestros antepasados; la
elaboración de la chicha de jora, la elaboración de los tradicionales pasteles,
la elaboración del dulce de papas que es todo un rito.
La semana santa o la
conmemoración de la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo
figura central del cristianismo, semana de reflexión y mucha actividad
litúrgica, comienza el día viernes con la procesión de la Virgen Dolores, lunes
el señor Nazareno, martes el señor de la Justicia, el miércoles el señor
Nazareno, jueves el Señor Crucificado, el viernes el Señor Yacente, y el
domingo el Señor Resucitado, este último que sale a las calles la madrugada del
día domingo.
La vida de un materialismo
consumista y mercantilista nos ha
llevado a olvidarnos de nuestra fe cristiana, los cambios en nuestra sociedad,
el deterioro de nuestros valores cristianos, en el fondo la lucha del ser sobre
el tener ha hecho que nos olvidemos de nuestra tarea de construir una sociedad
más justa, más solidaria, mas fraterna y sostenible.
Aunque muchos se muestran
alejados de nuestras tradiciones religiosas y han preferido salir de paseo,
bailar, y divertirse, esta semana debe haber sido motivo para detenernos pensar
meditar, y preguntarnos ¿A dónde vamos
como sociedad? Comencemos a analizar cómo es nuestra relación con los demás;
saludamos a nuestros vecinos, respetamos las opiniones y formas de vivir de
quienes nos rodean, respetamos a nuestros niños, respetamos a los adultos y
muchas actitudes más que debemos esforzarnos en cumplir para ser personas de
paz.
La reflexión de esta semana
santa debe ser, nuestro compromiso por construir una sociedad más justa y
fraterna, es el momento de mirar a largo plazo y la pregunta es qué tipo de
sociedad le vamos a construir o le vamos a dejar a nuestros jóvenes y niños
para las nuevas generaciones de huallanquinos, para que puedan vivir con
igualdad de oportunidades; sin discriminación, gozando de servicios básicos de
calidad, con una educación inclusiva,
respetados en su dignidad, y solidarios con el medio ambiente,
desterremos la informalidad, la corrupción, la pobreza, la desigualdad, que
frenan nuestro desarrollo como pueblo.
Este compromiso por el bien
común debe ser hoy nuestra tarea, mientras saboreamos nuestro tradicional dulce
de papas, estas deben ser nuestras reflexiones, tenemos que seguir trabajando
para hacer realidad esta misión a pesar de las adversidades, no claudiquemos
ante el cansancio, el desánimo o la crítica. Cristo nos enseña que debemos
seguir adelante, a él lo traicionaron lo criticaron, lo negaron y los
sentenciaron a morir en una cruz como nos muestra la semana santa.
El domingo de Ramos todos lo
aclamaron, salían con sus palmas y planta aromáticas, con alabanzas y gritos,
el martes lo condenaron, el miércoles lo sentenciaron, el jueves lo
crucificaron, el viernes fue sepultado, el domingo resucito. Pero qué hizo Jesús, los perdono a todos y
siguió adelante con su misión esta enseñanza que nos dejo de una manera tan
amorosa y sacrificada, debe ser motivo para reflexionar; la resurrección ha sido el triunfo del bien.
¡Que Dios los bendiga!. Un abrazo.