El Perú está enfermo
Rolando Húbner Marcos
Picón
Estamos condenados a una sociedad
donde todos recetan remedios, pero
pareciera que nadie está dispuesto en aplicar una cura real al empobrecimiento
moral y cultural en el que estamos postrados.
La verdad es ésta; por más dura y
cruel que parezca, somos un país enfermo, y ésta nueva enfermedad, que nos
acecha y subsiste, es la corrupción; un virus tan poderoso que nos consume
moralmente, y ha hecho que sus tentáculos alcance hasta donde uno ni siquiera
imaginaría. Esta enfermedad que había
llegado como huésped, parece que hoy, es amo y está convirtiendo nuestros
sueños en frustraciones, porque se está volviendo inmune a todo tipo de condena
moral o ética que intenta destruirlo.
Nos quejamos todos por qué duele
cuando se destruye lo que costó años construir; rechazamos la corrupción, pero
somos proclives de caer en ella, porque aunque usted no lo crea, parece que se
ha institucionalizado, y hasta muchos lo ven como normal, como parte de nuestra
cultura.
Decía Martin Luther King “no me
preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de
los sin ética; lo que más me preocupa es el silencio de los buenos…” lo peor
que nos puede pasar es quedarnos callados mientras vemos como destruyen nuestro
país los inmorales.
Nuestra sociedad está enferma, y no podemos ocultarnos o voltear para otro lado, porque, créanlo o no, nos estamos convirtiéndonos en actores pasivos y conformistas de este mal que se ha hecho crónico, donde ya no diferenciamos entre lo bueno y lo malo, lo inmoral de lo ético; nos estamos convirtiendo en una sociedad morbosa donde hemos tomado como valor la envidia, el individualismo, y la mentira, donde nos reímos del dolor ajeno y se nos olvida valores como el respeto, la gratitud y la fraternidad.
Nuestra sociedad está enferma, y no podemos ocultarnos o voltear para otro lado, porque, créanlo o no, nos estamos convirtiéndonos en actores pasivos y conformistas de este mal que se ha hecho crónico, donde ya no diferenciamos entre lo bueno y lo malo, lo inmoral de lo ético; nos estamos convirtiendo en una sociedad morbosa donde hemos tomado como valor la envidia, el individualismo, y la mentira, donde nos reímos del dolor ajeno y se nos olvida valores como el respeto, la gratitud y la fraternidad.
Con frecuencia escuchamos frases
que resumen hechos del acontecer diario, y cada día los noticieros nos informan
de nuevos nombres que están contagiados con este virus que nos está destruyendo
como sociedad, ya no nos sorprende, porque cual caja de pandora, cuando la
abren saldrán muchas sorpresas más.
Decía Manuel Gonzales Prada hace
más de cien años: “donde pones el dedo, salta la pus” ¿tan mal estamos?, es
dolorosa esta frase porque significa que la corrupción es una enfermedad
crónica, y lo peor es que resulta que no hemos encontrado la cura, porque seguimos
eligiendo a corruptos e inmorales para que dirijan los destinos de nuestros
pueblos.
Educar con valores anuncian los
spots publicitarios, pero ¿será suficiente?, si los niños y los jóvenes ven a
diario cómo se puede hacer dinero robando,
Y sin esfuerzo, si es parte de nuestra cultura light ligerito no más
Qué nos queda: luchar para que
nuestro país se desarrolle y funcione mejor, que nuestros sueños se hagan
realidad, que nuestros niños crean que si es posible pasar de días de penumbra
a un nuevo amanecer, sembremos en la mente y en los corazones de nuestros niños
que la riqueza más importante que tiene este país son sus ciudadanos honesto
soñadores y comprometidos, en buscar y un día encontrar la cura para esta
enfermedad que nos está destruyendo.