Unas líneas no serán suficientes para testimoniar mi aprecio eterno, a un líder auténtico, único y leal. Nuestra generación aprendió a respetarlo por su habilidad, su capacidad y liderazgo como dirigente, por sus logros, su sentido de ética y de solidaridad, y por su objetividad al momento de opinar temas de política y defender con argumentos sus ideales.
Hoy no esta entre nosotros por esas cosas de la vida, pero lo llevamos en nuestros corazones; fue un ejemplo de vida, de valor, de fortaleza, de amor, de persona, de los que hoy queda muy pocos en Huallanca.
Como docente enseñaste, no para rendir un examen, sino primero cómo amar a Huallanca, cómo buscar ese camino al desarrollo que como pueblo nos merecemos.Te enamoraste del Chaupijanca, de la hermosura de Gochahuayín, y desde esas punas frías de Chiuruco soñaste que sí era posible un Huallanca mejor, más próspero y con oportunidades para todos.
Te llevo en el alma y nunca se borrarán de mi mente esas horas de debates y polémicas en los cuales muchas veces nos encontramos; lamentablemente, y por gloria, ya perteneces al gremio de Dios nuestro creador. Esta nota va en su memoria y para que sus familiares, esposa e hijos, se sientan orgullosos de este gran líder.
¡ ADIÓS MAESTRO, O SIMPLEMENTE HASTA PRONTO !.
Luis Antonio Paúcar Solís