EL FALSO ALMA DE CHATO VIDAL
Omar Llanos Espinoza
Las noches lóbregas e intensas lluvias
en los pueblos andinos dan motivo al relato de una serie de ocurrencias del
hombre y sus circunstancias, de almas y aparecidos, de personajes singulares entre
la bohemia y los amigos de siempre.
CHATO VIDAL EN HUALLANCA
Alfonso “Chato” Vidal Gonzales, natural
de Ancash, fue un gran músico y compositor; llegó a Huallanca por la década de
los años 30 del Siglo XX, donde formó una banda de músicos con muchos discípulos,
luego radicó en La Unión (Huánuco).
PALLO MEJIA EL GRAN AMIGO
Como todo músico, Chato Vidal era
bohemio, amiguero, siempre visitaba Huallanca porque tenía buenos amigos y
aficionados la música, entre ellos, Pablo Mejía Castro, conocido como “Pallo
Mejía” (sastre y músico).
Chato Vidal siempre llegaba a la casa de
“Pallo”, muchas veces pernoctaba, pasaba varios días en Huallanca compartiendo
con sus mejores amigos, sin retornar a La Unión.
FALSA NOTICIA
En cierta oportunidad, era temporada de fuertes
lluvias y el aumento del caudal de los ríos en toda la zona; hechos naturales
que preocupaba a las poblaciones por el peligro de huaycos, inundaciones e
interrupciones de los caminos.
En esos días de intensas lluvias la noticia en
La Unión era que, “a Chato Vidal se lo llevó el río”; suponían así porque hace
varios días no retornaba a su casa. Los familiares estaban desesperados y
pensaban en lo peor al ver que no encontraban en ningún lugar; todo porque
nuestro personaje como bohemio y amiguero se pegaba unas “encerronas de
amanecida” sin pensar en la preocupación de sus seres queridos.
PENA POR CHATO
La novedad de la desaparición de Chato
Vidal llegó a Huallanca, preocupando, de igual forma, a sus amigos y discípulos
más entrañables, los comentarios más funestos se urdían de varias formas; al
punto que ya pensaban que era difunto y el cuerpo llevado por el río. Uno de
los más apenados con ésta triste noticia era su amigo Pallo Mejía.
FALSO ALMA
Una de esas noches lluviosas, Pallo y su
esposa doña Rosalía “Llusha” Ñivín, ya en cama, comentaban el triste final de
su gran amigo. En esos instantes, tocan la puerta en forma incesante, contesta
Pallo: ¿Quièn?, ¿Quién es?, y luego se escuchó una voz de la calle: “…Yo, Pallito,
Pallito, por favor ábreme la puerta…”. Entonces Pallo, se sorprende al
reconocer la voz de su amigo, y le dice a su esposa: ”… Pobre Chato, su alma ha
venido a despedirse…”; ambos estaban sorprendidos.
NO ES EL ALMA, ES CHATO EN PERSONA
Y
el famoso Chato que escuchó a su amigo, dijo: “…Pallito, Pallito, no es mi
alma, soy Chato en persona, estoy vivo, por favor ábreme la puerta…” ; entonces,
Pallo reaccionó, pensó dos veces y salió hacia la puerta, efectivamente, era
Chato Vidal en persona, vivo, en plena lluvia, mojado y embriagado, se
abrazaron los amigos de antaño; Pallo y doña Llusha le dieron posada y las
atenciones requeridas, y el reconfortante rico “shinguirito” (licor medicinal).
VIVITO Y GOZANDO
Chato comenzó a relatar su aventura:
Simplemente estuvo con sus amigos libando varios días entre La Unión y
Huallanca; sin saber que sus familiares y amigos ya le daban por muerto y
desaparecido. Al día siguiente, ya repuesto, con la respectiva “curada de
cabeza”, retornó a La Unión vivito y coleando como si no hubiera pasado nada.
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El relato original es del Prof. Raúl
Llanos Picón, amigo de ambos personaje - 1985.
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Edición N° 133 – 16/02/2024
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