“SAPCHA VARGAS”, PROTOTIPO DEL HOMBRE HUALLANQUINO
Omar Llanos Espinoza
Hablar de Sapcha Vargas es referirse al hombre andino, nacido y crecido
en las punas de Lachoj, paraje cercano a Huallanca (Bolognesi-Ancash). Allí
junto a la recua, a “empelo” o a “rompesincha”, fue curtiendo su carácter
valiente para domar caballos “chúcaros”;
bien alimentado a su tiempo, con leche,
suero, queso, carne y papas.
La figura de Sapcha fue imponente, de tez blanca, buena talla, barbudo,
de hablar enérgico y decidido a todo; se dice y se hace, acción ahora. Hombre
de campo, destacó como domador de caballos (potros), ganadero, arriero y
comisario de toros.
Don Sabino era “chucarero” diestro en domar y “amanzar” caballos
“chúcaros; con fuerza, temple y maña, luego de varias sesiones lograba domar al
animal chúcaro, y convertir luego en dócil al noble bruto, para utilizar como
medio de transporte de personas y carga (de silla y carga).
EL ARRIERO
Como arriero, Sapcha, conoció de los viajes interminables por caminos
de herradura y sobre acémilas, hacia a Cerro
de Pasco o a los pueblos de la costa, llevando, queso, minerales o arreando
ganado; retornaba a Huallanca con mercaderías para las tiendas comerciales,
maquinarias e insumos para las minas; enfrentándose en el trayecto con los
bandoleros de esa época, con su arma al
cinto. Así era Sapcha, el verdadero prototipo del hombre huallanquino, de sombrero ancho,
poncho abano, de casaca y botas de cuero hasta la rodilla, y el chicote en la
mano; experto en el manejo de la recua, de los caballos, de su atención en los
herrajes, la carga en los “aperos” y la “reata”.
COMISARIO DE TOROS
Don Sabino Vargas, vivió más de 80 años, entre la puna y el pueblo, con
su numerosa familia y el manejo del ganado; entre la lluvia y el trueno, entre
el sol, las heladas y las noches estrelladas. Entre penas y alegrías; historia
del ganadero, “repuntero” y vaquero.
Falleció en Huallanca el 03 de setiembre de 1995.
NUESTROS QUERIDOS VIEJOS
En la persona de Sabino Vargas Anaya, el famoso “Sapcha Vargas”, el
homenaje a todos nuestros queridos viejos que aún nos acompañan, algunos de
ellos humildes campesinos y mineros; también el reconocimiento póstumo a todos
aquellos que ya sólo viven en nuestro
recuerdo; el recuerdo inolvidable.
Todos ellos que trabajaron por el bienestar de su familia y el pueblo,
a ellos que participaron de las épocas de opulencia y decadencia que dio la
ganadería y la minería. Nuestro homenaje fraterno a todos los que supieron
mantener los valores innatos de Huallanca, de ser un pueblo honrado, valiente y
trabajador.
A SEGUIR SUS HUELLAS
Los jóvenes huallanquinos de hoy y siempre, tienen la obligación moral
de seguir las huellas de sus mayores; con la misma decisión y valentía, de tratar de cumplir el
compromiso con el pueblo; colaborando en la gestión de su progreso material y
cultural, haciendo respetar y cumplir sus derechos y conquistas sociales, sin
olvidar a Huallanca.
En la memoria de “Sapcha Vargas” y de los buenos viejos que ya
descansan en paz, brindemos por ellos con el compromiso de seguir sus huellas.
¡Salud Sapcha!!
¡Salud Huallanca!!
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