LA MARCHA DE SACRIFICIO DE 1981
Omar Llanos Espinoza
En
la historia de la clase trabajadora del Perú siempre encontramos la lucha incesante frente a la patronal
insensible y terca al no dar solución oportuna a las peticiones de sus
trabajadores; quiénes optan diversas
formas de lucha para conseguir sus objetivos. En la mina Huanzalá de
Huallanca-Bolognesi-Ancash, siempre es recordada la Marcha de Sacrificio realizada
hacia Lima; acciones que son parte de la historia del sindicato, que es preciso
conocer lo sucedido para comprender mejor el presente.
HUELGA
MINERA
En marzo de 1981, luego de agotada la
discusión del pliego de reclamos y al notar la negligencia de la empresa por
aceptar la petición de los trabajadores; el Sindicato de Obreros, con su
Secretario General, Martín Huamán y como Presidente del Comité de Lucha,
Teodoro Campos Alvarez, más los trabajadores de la Contrata Zevallos, inician la
huelga general indefinida el 06 de marzo, con piquetes, ollas comunes y todo lo
que siempre realizan en una medida de lucha.
MARCHA
A LIMA
El sindicato, asesorado por el abogado
Ricardo Díaz Chávez, acuerda en asamblea realizar la “Marcha de Sacrificio”
hacia Lima; decisión de hombres y mujeres, se organizan en el Comité Central de
Lucha y sus respectivas comisiones. Inician los preparativos para recorrer 400
kilómetros con destino a la capital, para seguir exigiendo a la empresa y al Ministerio de Trabajo, la solución al
pliego de reclamos; para lograr el aumento de salarios, mejores condiciones de
trabajo y el bienestar social de la familia.
En los últimos días de abril deciden
partir rumbo a Lima. Muchos con sus
esposas e hijos, muy de mañana a trepar los cerros y cordilleras, atravesando
la cumbre de Yanashallash (4680 mnsm), por la ruta de Huarapasca y Pastoruri,
junto a los nevados, luego descender a Carpa, Pachacoto, seguían en marcha más
de 300 trabajadores; haciendo paradas y preparar la olla común, llegaron a
Cátac para acampar, de allí rumbo a la costa, por la pampa de Lampas,
Conococha, por la bajada de Cajacay, Colca, Chasquitambo; bajan los mineros,
como pumas de la sierra, sedientos de justicia.
APOYO DEL PUEBLO
El 01 de mayo, Día del Trabajo, los
mineros fueron recibidos en Paramonga por los trabajadores cañeros; la primera
muestra de solidaridad, luego pasaron a Huacho donde son recibidos por los
estudiantes de la Universidad Faustino Sánchez Carrión, allí pernoctaron varios días
porque fueron cercados por la policía, pero de noche a la mañana “desaparecieron” los mineros, salieron por
partes para dirigirse a Lima, usando todos los medios posibles para no ser
ubicados por las fuerzas del orden.
OLLAS COMUNES Y LUCHA EN CALLES
Los mineros llegaron a Lima, a la Facultad de Medicina de San
Fernando (Universidad de San Marcos)-Av. Grau. Allí instalaron sus “trinchera
de lucha”, con carpas bajo los árboles del jardín botánico, y las ollas
comunes. Notamos a muchos hombres, acostumbrados a que le sirva la esposa,
ahora lejos de la mina, tenían que hacer de todo: pelar papas, cocinar, lavar
su ropa, ir a los mercados para pedir víveres, dormir en el suelo sobre
cartones y periódicos; allí están todos juntos en la lucha esperando la gestión
de sus dirigentes.
A la hora de comer tenían que hacer cola; un solo plato,
algunos recibían en sus protectores. El comedor de San Marcos colaboraba con
algunos alimentos que sobraba. Los mineros salían a los mercados de la zona y al mayorista de
La Parada para solicitar víveres; algunos comerciantes daban papas, camote,
ollucos, maíz, habas, yucas, etc.; muchas veces malogradas, así llenaban los
cestos, llegaban a la trinchera de lucha de San Fernando; qué alegría, porque tenían reservas para varios días más.
FINAL DE LA HUELGA
Pasaba los días y semanas y no había
solución a la huelga; la empresa se cerraba en su propuesta, para esto los
trabajadores de Huanzalá no estaban
afiliados a la Federación Minera; entonces no había apoyo. De igual forma,
algunos trabajadores del mismo sindicato no concordaban con el asesor Díaz
Chávez. Así fue dilatando el tiempo, y otro grupo de dirigentes estaban
“condenados” a ser despedidos por la empresa. Por último, muchos estaban
desanimados en continuar la huelga. En Huanzalá, los que se quedaron, también
intentaban romper la huelga.
LECCIONES DE LUCHA
Fue una lucha del sindicato muy rica en
experiencias a base de sacrificios. La demostración de unidad en la acción y la
solidaridad de los pueblos y organizaciones en el trayecto de la marcha de
sacrificio.
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FUENTE: Revista “EL MINERO” - Sindicato
de Trabajadores Mineros de Santa Luisa de Huanzalá - N° 01- Enero-2016
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