martes, 25 de enero de 2022

Yo opino:

 Elecciones municipales 2022

Rolando Húbner Marcos Picón

Los huallanquinos estamos orgullosos de nuestro pueblo, de nuestra diversidad, de nuestra cultura. Nos emocionamos cuando escuchamos la música de los negritos, nos alegramos cuando vamos a algún festival taurino, nos sentimos orgullosos de la calidad de nuestros quesos, de las riquezas mineras ocultas en nuestros cerros, de la hermosura de nuestros paisajes, cerros, nevados, ríos, y cielo serrano de belleza sin igual. Sin embargo, cuando se trata de elegir a nuestras autoridades, poco nos preocupa lo que proponen cada uno de nuestros candidatos. Y después escuchamos la frase trillada, “estamos peor” “que mala suerte tiene Huallanca” nuestro orgullo se reduce y como siempre nos resignamos a elegir al mal menor o simplemente a lo que hay ¿Hasta cuándo nos vamos a conformar con lo poco? ¿Hasta cuándo vamos a elegir lo que queda? ¿Cuándo vamos a despertar como ciudadanos y nos vamos a sentar a leer lo que nos propone cada uno de los candidatos? ¿Qué nos queda?  En esta columna me atrevo a proponer algunos temas sobre lo que deberían contestar nuestros próximos candidatos.

 En este menú variopinto de nuestra política local ya vamos contando 8 posibles corredores, tenemos candidatos para todos los gustos, o candidatos que no gusta a nadie; desde primerizos en política, los que ya fueron autoridad y no dieron la talla,  hasta los que prueban suerte. La pregunta sería ¿Por qué la sociedad huallanquina no ha sido capaz de ofrecer al mercado electoral una persona que despierte simpatía, confianza, y convoque a todos trabajar juntos?

En nuestro sistema político donde nuestros candidatos no son militantes, representantes o dirigentes de los partidos políticos con los cuales se presenta en estas elecciones, es cuando hablamos de cascarones o vientres de alquiler, alquiladas o prestadas para la ocasión, para hacer realidad la ambición de un mini caudillo de turno, porque no es raro encontrarlos a nuestros candidatos cambiándose de camiseta en cada elección y los ciudadanos tenemos que elegir entre 8 o 9 candidatos donde ninguno nos brinda confianza o la certeza de cambio y después de las elecciones desaparecen o hacen silencio cómplice de los problemas que como pueblo llevamos años arrastrando..

En esta carrera de largo aliento hay números que destacan, el número de corredores, pero lo que sobresale es el porcentaje de electores que no saben por quién votar o que siente que ninguna de las posibles opciones que se presentan hasta el momento les gusta, porque más de ocho candidatos generan dudas y parecen una oferta excesiva y riesgosa, generando más fraccionamiento, polarización y un consenso casi imposible.

La presencia del Covid-19 nos ha mostrado de la forma más cruda y real las necesidades de nuestro pueblo, nos ha mostrado nuestras falencias en cosas tan básicas como la salud, agua y sistemas básicos de atención de primeros auxilios. La campaña electoral ya comenzó y hasta ahora lo poco que hemos escuchado han sido mensajes fríos y sin contenido, muchas de estos ya lo hemos escuchado en anteriores campañas. Hoy quisiéramos escuchar propuestas más sinceras, francas, transparentes y realistas, que nuestras diferencias sean vistas como una oportunidad, como parte de nuestra riqueza y una fortaleza para trabajar el Huallanca que nos merecemos.

Exigimos saber cómo piensan nuestros candidatos alcanzar cada uno de los objetivos que tienen en mente, nos merecemos candidatos que conozcan nuestro pueblo y sus necesidades, no queremos gurús, sabe lo todos, ni inventores, tenemos que acabar con los autonombrados como los designados a dirigir los destinos de nuestro pueblo, y lo único que han hecho ha sido mantenernos en el retraso, pagando favores de campaña, no necesitamos de frases bonitas, maravillosas y rebuscadas; necesitamos de acciones concretas, que involucre a todos. 

Esta nueva elección nos invita a hacer grandes reflexiones a largo plazo, para que nuestras próximas autoridades sepan lo que van hacer en los próximos cuatro años. Todos deseamos una verdadera fiesta democrática, al menos en su aspecto formal, escuchar propuestas viables, como ciudadanos estamos para escucharlos y escoger la propuesta viable a mediano y largo plazo y para terminar llamar a la sensatez, llamar a la participación a gente nueva, con nuevos proyectos, con nuevas ideas, de crear una saludable alternancia política y prevenir que los dramas históricos y los errores se repitan.

No quiero seguir pensando en salud sin agua potable o comunidades sin derechos, no quiero ver el crecimiento desordenado del Huallanca urbano, convenios con las empresas que no se firman, y si se firma no se cumplen, ya no quiero ver más reuniones estériles, con comisiones que solo funcionan el día que los eligieron. Quisiera, esta vez, elegir con la convicción de que voy por la mejor opción para mi pueblo, y no simplemente resignarme a evitar que gane el peor.