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Después de la crisis
Rolando Húbner Marcos Picón
Todos cargamos hoy una cruz, algunos más pesadas que otros, pese a todo
tenemos mucha esperanza que todo va a pasar, y que el peso de la cruz, los
golpes en la salud y económicos, no pueden ser tan contundentes y no nos pueden
doblegar porque tenemos allá arriba a Dios que no lo permitirá.
Es el corolario de una fe en nuestra propia fortaleza, de pensar que
tenemos la razón, aunque otros no lo consideren así; que sabemos que hemos
obrado bien, no importa como piensen los demás.
Estos meses de confinamiento ha servido en muchos casos para mostrarnos
lo maravilloso que es nuestro pueblo. En las redes sociales muchos han mostrado
orgullosas capturas hechas con el celular, como: cielo azul, nubes blancas,
hermosos arco iris que abrazan nuestro pueblo, cielo serrano el más bello,
hermosas pinturas, caprichos de la naturaleza, o pintura de los dioses; algunos
han escrito poesía, otros nos han relatado hermosas historias del Huallanca que
se fue. Al escuchar éstas historias, al contemplar estas fotos creo que bien
merecido nos tenemos el “Huallanca tierra rica, hermosa y generosa”
Y en cada rostro, en cada captura, hemos visto que hay esperanza, que
soñamos con reunirnos otra vez, confundirnos en un abrazo y compartir; entonces
uno siente que el verdugo invisible se aparta, el virus, el desaliento, la
histeria, la mentira. Vuelve en nosotros la esperanza, nuestro yo interior nos
dice que tenemos que cuidarnos, cumplir con los protocolos dictados por el
gobierno central, porque tenemos que volver a reunirnos, juntarnos y confundirnos,
porque hay hermosos lugares de nuestra tierra que no hemos visitado, porque hay
poemas que aún no se han escrito, porque hay historias que no se han contado,
porque hay canciones que todavía no hemos entonado, y seguro desde el fondo de su pecho sale una
voz que dice: ¡De ésta salimos¡
Tenemos que volver a leer Luther King, en su discurso: “Tengo un sueño, yo tengo un sueño de que
un día ésta nación se elevará y vivirá el verdadero significado de su credo”;
todos tenemos un sueño y tenemos que
creer que ningún sueño es imposible cuando los Huallanquinos nos unimos.
Y tal vez tengamos que escuchar al gran Hugo Almanza Durán y su poema Mi última lección: “Querido alumno: para ser feliz no importa lo que el mundo te ofrezca, sino lo que tú puedes ofrecer, porque todo lo que se da regresa, y ante los ojos del Señor sólo vale las buenas obras” .
Es necesario reflexionar sobre las palabras del Papa Juan Pablo II. "Si nos alejamos de Dios, ¿quién nos
garantiza que un día un poder humano no reivindique de nuevo el derecho a
decidir qué vida humana vale y cuál no vale?"
Vivimos momentos difíciles, marcado por las más tenaces predicciones de
los especialistas en salud pública, por los economistas y políticos, que pasada
ésta crisis sanitaria tendremos una crisis económica; ésta crisis debe ser la
oportunidad de un nuevo comienzo, de crear un Huallanca donde lo importante es
la solidaridad, el compromiso, necesitamos empresas que nos ayuden a trabajar
por un objetivo común, innovar es la tarea. Estamos en una crisis, no sólo en
cuanto a la pandemia mundial y la recesión económica que se avecina, sino que
ha salido a la luz nuestra crisis de valores y la existencial.
Quiénes están dispuestos al cambio los invito en esta cuarentena a escribir: Qué queremos ser cuando esto termine, cómo anhelamos que sea Huallanca, cuáles son nuestras falencias, nuestras oportunidades, debilidades y sobre todo cuáles son nuestras obligaciones como huallanquinos.