sábado, 23 de noviembre de 2019
miércoles, 20 de noviembre de 2019
Yo opino:
Reconstruyendo nuestra historia
Rolando Húbner Marcos Picón
La Iglesia Matriz de Huallanca, es uno de los sitios más extraordinarios de nuestro pueblo, ubicado en la plaza de armas, al costado de los locales de la Municipalidad de nuestro distrito, no se concibe la existencia de Huallanca sin la torre que se alza en el centro histórico de nuestro pueblo, es también uno de los lugares de visita obligatoria y uno de los recuerdos más imborrables para todos los turistas nacionales o extranjeros.
Hoy conoceremos parte de la historia detalles desconocidos por muchos, gracias a la colaboración de don Carmelo Espinoza Vargas.
El 15 de diciembre de 1922 se reúnen los miembros del Concejo Municipal de Huallanca, bajo la presidencia del entonces Alcalde don Marcial Llanos, y con la asistencia de los Concejales don Gerardo de la Puente, don Pablo Martel Llanos y don Rosas Mendoza.
Después de haber terminado la construcción del puente de Charán, se hacía indispensable terminar la construcción de la torre de la Iglesia Matriz, para lo cual se acordó mandar preparar ladrillos, buscar un contratista para que trajera piedras de cal, y otro que se dedique a la calcinada, del mismo modo para el acarreo de arena para la mezcla. Autorizando al señor Alcalde hiciera contrato con distintas personas para cada una de las actividades.
El 15 de enero de 1923, el Alcalde Marcial Llanos informa que se había hecho contrato con el Sr. Sergio Zelaya y Sr. Martin Lozano para la construcción de ladrillos, don Seferino Ampudia para que trajera piedras de cal, don Martin Valverde para que se dedique a calcinar la cal.
Del mismo modo se contrata al albañil don Lorenzo Canares, a quién se le proporcionará un numero de operarios lo suficiente para que inicie a la construcción de la torre.
El valor histórico y artístico que posee este monumento es indescriptible, pues las colaboraciones realizadas alcanzan un valor muy alto, los detalles que se muestran en su interior han sido realizados, con mucha dedicación e inspiración, belleza que hoy puede contemplar nuestros amigos y paisanos.
martes, 19 de noviembre de 2019
En el 180° aniversario:
Huallanca, reflexión y
compromiso
Omar Llanos Espinoza
Huallanca,
en el 2019, cumple 180 años como PUEBLO, título otorgado por ley del 21 de
noviembre de 1839, en mérito al avance de la actividad minera y el aumento poblacional. Hecho histórico que
marca la trayectoria de un pueblo minero y ganadero que, merece una reflexión y
compromiso sobre el pasado, presente y futuro de Huallanca.
Huallanca casha |
En
Huallanca, a la par de la minería, surge la ganadería por la bondad de los pastos
naturales, destacando luego su producto bandera, los famosos “Quesos de
Huallanca”; ambas actividades son una constante en el quehacer cotidiano del
pueblo, de ayer y hoy. La minería como
dependiente del capital foráneo, y la ganadería como independiente a
iniciativa de los lugareños.
Son
180 años como Pueblo, de épocas de
opulencia y decadencia que dio la minería como actividad cíclica; hoy rodeado
de empresas de la mediana y gran minería, y también de informales e ilegales.
Cuál es el saldo favorable para la población, qué proyectos productivos de
largo alcance se desarrollan como parte
de su responsabilidad social, o simplemente nos contentamos con un poco de
canon, de apoyos menores y algunas oportunidades laborales esporádicas.
Es
tiempo que nuestros representantes reaccionen con energía y capacidad de
gestión y negociación, frente a las empresas para el cumplimiento de su
responsabilidad social y ambiental. No descuidar del otro sector importante de
la ganadería y la agricultura, de comuneros y pequeños propietarios, de
reorientar su accionar con proyectos referidos a mejorar la crianza del ganado y
el cultivo de la tierra; logrando mejores productos que estén a la altura de la
fama que legaron nuestros mayores
El
progreso y el desarrollo de Huallanca es posible cuando haya compromiso de sus
autoridades y dirigentes, no simples cumplidores de su función, sino que
conozcan la misión y visión de futuro que signifique cambio y desarrollo.
Estos
180 años como Pueblo es un anticipo al Bicentenario de Huallanca (2039); un
reto no tan lejano que, merece reflexión y compromiso para quiénes tienen la
responsabilidad de conducir los destinos de nuestro Pueblo.
¡Hermanos, hay mucho que hacer! (César
A. Vallejo).
lunes, 11 de noviembre de 2019
Aniversario:
Nuestro
saludo al:
SINDICATO DE TRABAJADORES MINEROS DE SANTA LUISA DE HUANZALA
50°
Aniversario de fundación:
1969 - 14 de
noviembre – 2019
Como
un homenaje al Sindicato por sus Bodas Oro transcribimos un artículo
interesante publicado en la Revista EL MINERO N° 01 del Sindicato de
Trabajadores Mineros de Santa Luisa de Huanzalá (2016)
LOS INICIOS DEL SINDICATO DE OBREROS DE HUANZALA
La formación del
Sindicato de Trabajadores Mineros (obreros) de Huanzalá fue una etapa muy
difícil y de gran sacrificio de sus promotores, ante la negativa y oposición
reiterada de los ejecutivos de la Cía. Minera Santa Luisa S.A. que no quería
reconocer el derecho de sus trabajadores; la libertad de organización y
asociación. La presión e insistencia de los mineros dio sus frutos, porque al final la empresa aceptó la formación del sindicato. Hechos que sucedieron hace varias décadas, como parte de
la historia de lucha de los obreros; acciones
que relata un ex trabajador que, en
esa época fue uno de los promotores de la lucha gremial.
Arnulfo
Martel Barbeito.
Las primeras acciones
En
las operaciones mineras en Huanzalá, desde sus inicios, fue necesaria la
presencia de trabajadores, como elemento principal en el proceso de explotación
y tratamiento de minerales. A 1968 ya
había cerca de un millar de trabajadores, muchos procedentes de diversos
departamentos, en especial del sur del país. Esta afluencia de trabajadores con
sus familias era un problema para la empresa
porque no había previsto el efecto socio-económico, laboral y de bienestar
familiar.
Entre
los trabajadores se notaba el descontento por los bajos salarios, la
inseguridad y la poca atención a sus
familiares en campamentos incómodos; pero poco podían hacer porque no había un
sindicato, una organización que los integre y defienda. Los trabajadores de
mina interior dan la idea de formar un
sindicato de obreros, que luego motiva a las demás secciones.; de
conversaciones privadas, reuniones clandestinas en los socavones, talleres y en
los campamentos; muchas veces con el riesgo de ser despedidos.
La
empresa ya estaba enterada de las intenciones de los obreros de formar su
gremio, porque había espías (soplones) dentro de los mismos trabajadores. En
ese entonces estaba de Jefe de Personal,
Jacinto Gómez, procedente de Arequipa, con experiencia en manejo de personal,
quién se ocupaba de perseguir, despedir y disolver cualquier reunión. Podemos
recordar a algunos que tenían ideas sindicalistas y promotores, como: César Livia, Martín Quispe, Alberto
Maldonado Carhuavilca y Arnulfo Martel; este último despedido por esa causa, y
luego, retorna al trabajo a petición del gerente.
Hicieron
varios intentos para formar el sindicato, pero la empresa optaba por despedir
de inmediato a los promotores. En esa etapa llegaron dirigentes de la
Federación Regional de Mineros del Centro (Pasco-Junín), con la intención de
apoyar en la formación del sindicato de
Huanzalá, pero el fin era otro, de aprovechar económicamente a los trabajadores
y a la empresa, entre ellos un tal Toropoco. Los de Huanzalá le confiaron los
documentos de actas de fundación y padrón
del sindicato, se llevaron a Huánuco para gestionar, y nunca más
retornaron; se decía que la empresa les
quitó los documentos o le sobornaron.
Los sacrificios dan su fruto
El
14 de noviembre de 1969, es una fecha memorable para la historia del Sindicato
de Obreros de Huanzalá, porque ese día a
las 4.00 p.m. se reunieron los trabajadores y las amas de casa, en la carretera
de acceso (entre la Parada y el local antiguo del sindicato); cuando están en
plena reunión tratando sobre la formación del sindicato; a eso de las 5.30 p.m.
llegó una camioneta de La Unión, con dos policías, más una persona de civil. De
inmediato los trabajadores rodearon el
vehículo y a sus ocupantes; ellos manifestaron que venían a solicitud de la
empresa para prestarles garantías, y la persona de civil era el Subprefecto de
la Provincia de Dos de Mayo (Ricardo Santisteban); a quien lo sacaron a la
fuerza del carro.
Luego
de tanta discusión y amenazas, los promotores y la autoridad política acuerdan
dirigirse a las Oficinas de la empresa (Hotel A) para tratar con el Gerente
Teiji Yoneda, donde la delegación fue recibida, pero en las afueras y en el cerro había cientos de trabajadores
que exigían a la empresa la libertad de
formar su sindicato y el aumento de salarios.
Los
representantes de los obreros plantean al gerente que le deje formar su
sindicato porque las leyes lo amparan, y también piden el aumento de salarios. Luego de tanta discusión y
oposición de la empresa, cerca de la medianoche; el gerente Yoneda, muy
temeroso y entre lágrimas, acepta
voluntariamente dos puntos:
1°
Dejar en libertad la formación del sindicato de obreros; sin hostilizaciones ni
despidos.
2°Aumentar
los salarios en 15 soles más a su jornal diario.
Firmando
al final el acta correspondiente. Los trabajadores celebraron tal logro con
vivas, hurras y aplausos. Todo esto fue
posible gracias a la acción decidida de los trabajadores, de las amas de casa
con sus hijos. Esa fecha del 14 de
noviembre de 1969 es considerada como el día de fundación del sindicato, porque
fue un día de lucha que no podemos olvidar.
Los primeros dirigentes
En
los días siguientes se realizaron las
reuniones normales del sindicato, y eligieron la primera Junta Directiva, como Secretario General: Lorenzo
Jorge Ulloa; en los meses y años siguientes se sucedieron en el cargo: Vito
Blas Gómez, Arnulfo Martel Barbeito, Rolando Alarcón Moya, David Llanos Picón,
etc.
El
Sindicato fue reconocido oficialmente el 26 de enero de 1970, por Resolución
Divisional N° 09 DOSM, del Ministerio de Trabajo. El primer Pliego de Reclamos se
presentó en 1970, logrando un aumento de 30 soles, pero el Ministerio de
Trabajo desconoció por influencia de la empresa- Ese año también se realizó el
primer paro de obreros.
-En
1973, la empresa ascendió a 32 obreros a
la categoría de empleados, especialmente a aquellos que encabezaban el
sindicato de obreros, que no le convenía a la patronal.
Yo opino:
Tal vez mañana
Rolando Húbner Marcos Picón
“Tal vez mañana los poetas pregunten por qué
nuestros poemas eran largas avenidas por donde venía la ardiente cólera.” Frase del
poema Epístola a los poetas que vendrán, del peruano Manuel Scorza, esta frase
no hace más que denunciar que después de décadas, los avances en materia de
desarrollo de nuestro pueblo ha sido ínfimo y como pueblo aún padecemos de
monstruos, como: la pobreza, la exclusión, la desnutrición infantil, la falta
de servicios básicos de calidad. Entonces la conclusión también es poética “por todas partes oíamos el llanto, por todas
partes nos sitiaba un muro de olas negras”,
por todas parte se escucha las quejas, las demandas; y la respuesta: un
inmenso muro de indiferencia, silencio; no hace más que confirmarnos que nos
falta mucho para ser un pueblo justo y próspero.
Y tal vez
mañana nuestros hijos pregunten, ¿y qué hay de tus sueños?; del hermoso
amanecer, del cielo azul donde volaba el cóndor, cual amo y dueño y pintaba con
sus alas de negro el firmamento, ¿qué hay de la lluvia, de los vientos que
pasan silbando? ¿Qué hay de los nevados de belleza impresionante, que en sus
entrañas escondían infinidad de leyendas, de tradición e historia, que fue del
manto blanco que lo cubría? ¿Qué hay de las cosas que dijiste que eran tuyas y
mías, por qué dejaste que todo se destruya? ¿Alguna vez te has parado a
observar el llanto de los cerros, la muerte de la tierra o la indiferencia de
quiénes vinieron como visitantes y hoy se creen dueños?, ¿Por qué dejaron de
cantar el himno al centenario de nuestra patria chica?.
Tal vez
mañana nuestros hijos pregunten ¿Qué hay del pueblo solidario, hermoso, rico y
generoso? ¿Qué hay de la paz, de los campos donde corrías, saltabas las pircas
y podías caminar libremente pisando las hojarascas que habían caído de los árboles?
¿Qué fue del bosque del amor donde los amantes grabaron sus nombres? ¿Qué fue
de nuestros sueños, de que el cielo era el límite? Qué fue de Huallanca un
pedacito de cielo, donde todo era hermoso, limpio, tranquilo, justo; un pueblo
donde todos vivíamos como hermanos ¿Por qué hoy todos caminamos como zombis a
la deriva?.
Entonces me
detengo y pienso, cómo llegamos, de ser hermanos, “paisitas”, a competir por
tener más, entre nosotros, a ser
individualistas, egoístas y casi ya no queda lugar para los sentimientos, para
la charla, el lonchecito, ¿pasaremos a ser como antiguas ruinas y quedaremos,
en los libros, en poemas y canciones, como los restos de un mundo que fue más
humano?.
Y tal vez yo
con la mejilla humedecida y tratando de despertar de esta pesadilla empiece a
contestar. Fuimos “hijos de la bonanza”, de una sociedad mercantilizada, donde
la ambición por el dinero nos ganó, nos preocupamos más por el momento, por el
ahora, nos inventaron fiestas donde el licor, las jaranas, la alegría
momentánea fue diluyendo la hermandad, nuestra identidad y pasamos a ser seres solitarios.
Y seguro en
algún momento de este proceso dejamos de pensar en el modelo de sociedad que
queríamos, porque pensamos que no era necesario, que lo importante era vivir
bien hoy y después pensaríamos en mañana, y el egoísmo, la indiferencia, empezó
a instalarse en nuestras vidas, llegaron nuevas religiones y buscaron
enfrentarnos.
Cuando
despertamos de la resaca nos encontramos, que después del individualismo
habíamos sido tocados por el desprestigio a las instituciones políticas, se
había instalado la corrupción, el robo, la malversación, la viveza, la
polarización ideológica que hace imposible el diálogo, sentarnos a la mesa
compartir y pensar en el tipo de hijos que le vamos a dejar a nuestro pueblo, y
como si esto no bastara hemos instaurado en nuestra sociedad la
superficialidad, “si estoy bien yo, que
me importa el resto”.
A pesar del
desconcierto, que provoca encontrarse en medio de un cambio de época, cuando ya
no hay respuestas para justificar lo que hemos hecho o dejado de hacer, después
de tantos sueños truncos, cuando tenemos que responder a preguntas que se
clavan como dagas, creo que ha llegado el momento de despertar.
Por ello que este manifiesto sea un llamado a la
esperanza, que todos retomemos nuestra identidad, por qué no comenzar con
cantar el himno al centenario de nuestro pueblo (1939). “Al conjuro del trabajo de tus
hijos erguiste triunfante en el ande conquistando férreo tesón de ser pueblo un hermoso sitial...”. Vamos a
comprometernos e invitar a recuperar la fraternidad, la solidaridad, gratitud y
trabajar por lo común, combatir el individualismo y la indiferencia.
Vamos a
pensar en el bienestar común, vamos a demostrarle a los que vienen atrás, que
el consumismo no es éxito; vamos a defender lo correcto, lo justo, entonces
comprenderemos, que todo no está perdido. Y termino como empecé: “el poeta encenderá la hoguera donde se
queme este mundo sombrío”
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