Rolando Húbner Marcos Picón
Como todos los años la costumbre de celebrar la navidad y el año nuevo en Huallanca sigue siendo una tradición; la presentación de tres cuadrillas de negritos, acompañado de potentes bandas de músicos. Llegada las doce de la noche todos nos confundimos en abrazos de paz y amor con amigos y familiares; después de los buenos deseos el banquete, la chocolatada y los panteones. Como es costumbre también después nos quedamos a brindar y bailar hasta que el cuerpo lo permita
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Faltan pocos días para que finalice este 2018 o el año viejo, y vale la pena hacer una pausa en estas festividades para hacer un balance, de qué tal fue este año que ya llega a su fin, cuáles fueron sus luces y sus sombras, qué nos trajo de novedad o qué nos arrebató, qué nos enseñó, qué nuevos senderos nos permitió conocer, qué alegrías, qué tristezas, qué logros y qué fracasos tuvimos, cuántas lágrimas, qué nostalgias, qué celebraciones, qué llegadas, nos ha dado, durante cada uno de sus meses, de sus días, de sus noches; algunas tristes , muchas alegres, cuántas lunas, cuántos días de sol, cuántos noches solitarias, cuántas noches de frío, cuántos días con una taza de café que se hace más dulces o amargas según la ocasión, o cuántos días de compañías gratas
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Y así termina un año más y se va al abismo del infinito, quizá al baúl de los recuerdos, o tal vez allá donde guardamos lo que no queremos recordar. Y antes que pase al olvido debemos de darle a este 2018 las gracias por habernos permitido llegar a este nuevo año, el perdón por las cosas malas que nos han sucedido, y la confianza de que este nuevo año sea mejor del que ya se nos está yendo; despedimos este año entre el pesimismo, y la desconfianza, pero espero que cuando llegue las doce de la noche del último día de este año y el inicio del nuevo, sea momento para descubrir en la risa, en los abrazos, y en los deseos sinceros, que somos hermanos, que somos amigos, que somos paisanos y pongamos en nuestra agenda trabajar por el desarrollo de nuestra patria chica, esta bellísima tierra, que lamentablemente la estamos destruyendo poco a poquito, ante la indiferencia de muchos y por la mezquindad de algunos.
Para los soñadores, para los que tenemos anhelos a largo plazo, esta fecha debe servir para reflexionar el Huallanca que queremos, para nuestros hijos, para nuestras futuras generaciones y empecemos a construir el rumbo, de un pueblo que sea sostenible y viable a largo plazo, cambiemos nuestra actitud y nuestro comportamiento; dejemos de ser espectadores, de la construcción o de la destrucción de nuestro pueblo, no vamos avanzar como pueblo si como sociedad nos mostramos indiferentes, sin compromiso, y ajenos a los problemas que como pueblo tenemos.
Este año 2019 es intensamente significativo para nuestra región, y para Huallanca , por los cambios de autoridades; las regionales y locales. Hagamos votos porque los intereses y expectativas de la población se cumplan, y no queden sólo como promesas, electorales donde hemos escuchado un montón de mentiras. Ojala tengamos un gobierno municipal al servicio del pueblo, sin apetitos personales, ni de intereses partidarios, y que se priorice el gasto público en obras que sean significativas para satisfacer las necesidades más urgentes de la población.
Un Alcalde que actúa aislado, bajo el único imperio partidarista o para su fiel grupo de seguidores, y de espaldas al pueblo, seguirá la ruta de los anteriores haciendo que las promesas electorales de buen gobierno caiga en el cofre de las esperanzas derruidas y volveremos a escuchar en las calles. “Falsas no más eran” “sólo fueron promesas”, porque lo que ha caracterizado a nuestros políticos, es que "son buenos novios, pero unos pésimos esposos".
Un abrazo y un próspero año 2019.