Lo de siempre...
Rolando Húbner Marcos
Picón
Quienes nos gobernaron, o mejor
quienes dirigieron los destinos de Huallanca en estos últimos años han
tenido características en común; una vez
que llegaron al poder cambiaron de posición y olvidaron sus promesas de campaña;
alguien diría “son excelentes novios,
pero pésimos maridos”.
De candidatos nos hablaron
bonito, nos bombardearon con frases rebuscadas y bonitas, pero una vez elegidos
solo hicieron poco o nada de lo ofrecido. Entre tantas promesas estoy seguro
que muchos de ellos no recuerdan lo que dijeron, se comprometieron o nos
ofrecieron. En campaña electoral parece fácil encaminar a nuestro pueblo al
sitial que nos merecemos, esto porque su forma de hacer política se basó en la
ilusión, en la mentira, en el engaño, y porque no hubo claridad de objetivos.
Nos han gobernado o mejor, han
administrado los bienes del pueblo, sin comprometerse, sin experiencia, sin
buscar el bienestar de la población, sin proyectos; cuando como pueblo
necesitamos mucho trabajo, compromiso, dedicación, pero sobre todo metas y
objetivos claros, así a dónde queremos ir, con la participación de todos los
actores involucrados.
En campaña electoral nos
ofrecieron A y terminaron haciendo B o C, lo que preocupa es que al parecer nos
gusta o está de moda entre nosotros, esta manera de hacer campaña, solo así
podemos explicar la escasa aprobación con que termina su mandato nuestras
autoridades, y cómo nosotros como ciudadanos seguimos eligiendo a los mismo
rostros, rostros conocidos en la política local.
Quienes nos gobernaron pareciera que
serían una página en blanco sin ideas y
esperando qué sale en el camino; no hay una visión de pueblo, actúan solamente en tiempo presente, sin arriesgar,
sin comprometerse, en silencio, sin proyectos, y divorciados del pueblo que los
eligió.
Nos vendieron un populismo dando
las soluciones fáciles, en la práctica las salidas falsas a las necesidades y
problemas que como pueblo tenemos. Llevamos años con el problema del agua, y
aunque usted no lo crea, hasta ahora todavía no está terminado ni siquiera el proyecto.
Pareciera que como pueblo hemos
caído en manos mezquinas, en un conjunto de individuos oscuros, que tiraron al
tacho todos los valores y buenas costumbres sobre las que se había establecido
nuestro pueblo.
No se ha invertido lo suficiente
en mejorar los servicios básicos, no se ha desarrollado actividades productivas
alternativas a la actividad extractiva; hemos descuidado la modernización de la
administración, para luchar contra la pobreza, contra la corrupción, el
rentismo, el individualismo, y muchos males que se están haciendo endémicos;
nos atreveríamos decir como balance que sumamos más años perdidos.