miércoles, 20 de septiembre de 2017

Yo opino:

Lo de siempre...
Rolando Húbner Marcos Picón
Quienes nos gobernaron, o mejor quienes dirigieron los destinos de Huallanca en estos últimos años han tenido  características en común; una vez que llegaron al poder cambiaron de posición y olvidaron sus promesas de campaña; alguien  diría “son excelentes novios, pero pésimos maridos”.

De candidatos nos hablaron bonito, nos bombardearon con frases rebuscadas y bonitas, pero una vez elegidos solo hicieron poco o nada de lo ofrecido. Entre tantas promesas estoy seguro que muchos de ellos no recuerdan lo que dijeron, se comprometieron o nos ofrecieron. En campaña electoral parece fácil encaminar a nuestro pueblo al sitial que nos merecemos, esto porque su forma de hacer política se basó en la ilusión, en la mentira, en el engaño, y porque no hubo claridad de objetivos.

Nos han gobernado o mejor, han administrado los bienes del pueblo, sin comprometerse, sin experiencia, sin buscar el bienestar de la población, sin proyectos; cuando como pueblo necesitamos mucho trabajo, compromiso, dedicación, pero sobre todo metas y objetivos claros, así a dónde queremos ir, con la participación de todos los actores involucrados.

En campaña electoral nos ofrecieron A y terminaron haciendo B o C, lo que preocupa es que al parecer nos gusta o está de moda entre nosotros, esta manera de hacer campaña, solo así podemos explicar la escasa aprobación con que termina su mandato nuestras autoridades, y cómo nosotros como ciudadanos seguimos eligiendo a los mismo rostros, rostros conocidos en la política local.

Quienes nos gobernaron pareciera que serían una página  en blanco sin ideas y esperando qué sale en el camino; no hay una visión de pueblo, actúan  solamente en tiempo presente, sin arriesgar, sin comprometerse, en silencio, sin proyectos, y divorciados del pueblo que los eligió.

Nos vendieron un populismo dando las soluciones fáciles, en la práctica las salidas falsas a las necesidades y problemas que como pueblo tenemos. Llevamos años con el problema del agua, y aunque usted no lo crea, hasta ahora todavía no está terminado ni siquiera el proyecto.

Pareciera que como pueblo hemos caído en manos mezquinas, en un conjunto de individuos oscuros, que tiraron al tacho todos los valores y buenas costumbres sobre las que se había establecido nuestro pueblo.

No se ha invertido lo suficiente en mejorar los servicios básicos, no se ha desarrollado actividades productivas alternativas a la actividad extractiva; hemos descuidado la modernización de la administración, para luchar contra la pobreza, contra la corrupción, el rentismo, el individualismo, y muchos males que se están haciendo endémicos; nos atreveríamos decir como balance que sumamos más años perdidos.

Exijamos explicaciones, queremos una confrontación con ideas y posiciones; no dejemos como hasta ahora lo hemos hecho, que el silencio sea cómplices de nuestros problemas.