lunes, 10 de abril de 2017

Opinión:

Las falsas expectativas de la minería
Rolando Húbner Marcos Picón
La palabra "minería" ha sido entendida como sinónimo de prosperidad, de riqueza, de bienestar social; todos creen que quiénes viven o trabajan en las minas son privilegiados, o que son personas que gozan de un bienestar total. Pero la verdad de la actividad minera está muy lejos de estas creencias; por citar algunos datos: el grado de desnutrición es alto, la educación rural es de baja calidad, los servicios básicos son malos, el abandono de parte del Estado se ve en todas partes.

Huallanca
La coyuntura actual es difícil para Huallanca. En la reunión llevada a cabo el  14 de marzo en el Hotel La Joya en Huaraz, entre la empresa Minera Antamina, el Alcalde y regidores de Huallanca,  los representantes de las asociaciones de base, el Frente de Defensa, más la intervención de los representantes  del Ministerio de Energía y Minas, como mediador. No fue una reunión de trabajo donde se analizan las fortalezas, oportunidades,  debilidades y amenazas que limitan o propician el desarrollo de nuestro pueblo; ni una reunión donde se definieran las estrategias y alternativas de solución ,a partir de las cuales se puedan elaborar programas de desarrollo sostenible y encaminarnos ya rumbo al desarrollo que como pueblo nos merecemos.

Cuando llegó Antamina a Huallanca en el 2009 se presentaron como una empresa responsable, moderna, y comprometida, una empresa que está dispuesta a cumplir con todas sus compromisos, el buen vecino que llegaba para trabajar juntos;  nos hablaron de conceptos nuevos para muchos de nosotros: responsabilidad social, socios estratégicos, el cuidado del medio ambiente, desarrollo sostenible, calidad de vida; nos hablaron de ser proveedores de la gran Antamina, de empleo, del trabajo para las pequeñas empresas, capacitación para los jóvenes; todo esto quedó en palabras que el viento se llevó, cuando ellos todavía no tenían vías de acceso a la mina o cuando necesitaron de Huallanca.

Hoy  Antamina ha manifestado que, no van a invertir más en el desarrollo del pueblo, que no es política de la empresa firmar convenios marcos, que la responsabilidad social, la visión de futuro de pueblo próspero, de desarrollo sostenible; sólo quedan los conceptos, lo demás todo sólo fueron promesas. Qué hicieron cuando la minera necesitó de Huallanca, pero los representantes de la minera nos dijeron  algo más; los aportes que la minera dio en sus momentos de bonanza sólo han servido para incrementar la corrupción; nos han dicho también que, Antamina no va a solucionar todos los problemas que tenemos como pueblo. Hoy Antamina se convierte en un colaborador más para gestionar obras que promueva la municipalidad, y que es responsabilidad del Estado “como has cambiado pelona”, diría la Sra. Keiko Fujimori.

Antamina
La responsabilidad social debe estar orientada en definir políticas que beneficien a todo el pueblo, y que todos debemos contribuir a su desarrollo el Estado, la Municipalidad y las empresas; con el único empeño de mejorar la calidad de vida de todos quienes vivimos en el área de influencia de las minas, pero el desarrollo del pueblo es responsabilidad de sus autoridades; por ejemplo: ¿Qué proyectos de desarrollo a mediano y largo plazo tenemos?, ninguno, ¿existe un banco de proyectos dentro de la municipalidad para priorizar lo más urgente? No; entonces ¿Qué estamos pidiendo a las mineras obras de desarrollo o dinero?, ¿hay algún proyecto de desarrollo a futuro? No todo se va improvisando, hay buena voluntad de quienes participa en la mesa y se está buscando puntos de conciliación, o sólo se busca confrontarnos para sacar algún beneficio con miras a las próximas elecciones municipales y regionales; seguro el actual presidente Pedro Pablo Kuchinsqui  diría: “tú no has cambiado nada pelona”.

¿Qué ha pasado con nosotros?. Como  pueblo  y  como  ciudadanos  nos hemos  quedado  dormidos  en nuestros  laureles o hemos buscado un lugar más cómodo  para  observar   en silencio   el  desarrollo   de   la actividad minera; hemos creído que estamos bien porque a Antamina le va bien o porque el sector minero está bien. Este es  el  gran  error que como pueblo estamos  cometiendo, tenemos  que  cambiar  y  trabajar juntos, las mineras  tienen con  Huallanca  una  responsabilidad moral, nuestras  autoridades  la  responsabilidad  de  la  construcción  de  un pueblo mejor, y  nosotros   com o ciudadanos  el deber  de fiscalizar y hacer  que se cumplan los compromisos.