martes, 14 de febrero de 2017

Yo opino:

Todos mienten
Rolando Húbner Marcos Picón
Decía Mario Vargas Llosa - Premio Nobel de Literatura - “nadie es dueño de la verdad absoluta, entonces la fuerza que domina al mundo es la mentira” ; pues parece que es así cuando la información circula a una velocidad impresiónante, sabemos menos porque llega a más personas y cada uno le pone un poco más a la noticia original, como un teléfono malogrado. Cada vez sabemos menos sobre las grandes responsabilidades respecto a los daños y calamidades que afectan a nuestro pueblo;  porque la información es tan abundante y pocos o casi nadie lo toma en cuenta, y se conforma con escuchar en la calle lo díceres.

Por lo dicho es posible también que, nadie sea dueño de la mentira, o que ésta afirmación resulte exagerada y hasta calumniosa; pero quiénes nos tomamos el trabajo de observar la política local nos encontramos con muchos argumentos para confirmar lo dicho por nuestro premio nobel de literatura; debido a que muchos de nuestros representantes han hecho de la mentira y la falsedad toda una estrategia política; lo que sorprende es como muchos de nuestros conciudadanos se ponen al servicio de la mentira.

Seguro hay quienes digan todos los políticos mienten, esos no es ninguna novedad, y seguro alguien diría que esto es una opinión de alguien desencantado de la política. El concepto general que tenemos de  la política, debe ser entendida como la búsqueda del bien común,  y no del aprovechamiento y de la acumulación cínica del poder, para llenarse los bolsillos de dinero y luego marcharse.

Pero no solo los políticos mienten, todos mienten, la práctica de la mentira en nuestra sociedad parece que se está haciendo oficial, y la impunidad casi absoluta con que utilizamos. nos habla de un pueblo sin valores morales, degradado por un mal tan silencioso pero efectivo en la destrucción de nuestra sociedad.

Hoy la falta de legitimidad, la inacción, la carencia de credibilidad en aquellos que nos representan está volviéndonos un pueblo frágil, polarizado, y el mal endémico de la mentira nos está corroyendo por dentro, y quienes deberíamos ser los defensores de la verdad somos nosotros los ciudadanos.

Quienes nos representan tienen el deber de devolvernos la palabra sincera, del Huallanca digno de sus ciudadanos;  paremos ya con las mentiras.