BUSQUEMOS NUESTRO DESARROLLO
Luis Antonio Páucar Solís
Luis Antonio Páucar Solís
Queremos ver hoy más que nunca un proyecto de pueblo viable, inteligente, que comprenda toda nuestra diversidad, que nos muestre todo lo que tenemos y de lo que carecemos, que señale un rumbo, que diseñe el pueblo que queremos, y el huallanquino que deseamos que lo habite, con sus reglas elaboradas por todos en esta ciudad heterogénea, cosmopolita, y diversa del cual formamos parte.
Necesitamos que nuestras autoridades y sus gerentes nos muestren una visión de futuro que como pueblos tenemos, porque si no trazamos el rumbo y las metas que deseamos para nuestra gente; ténganlo por seguro que las inmensas riquezas mineras se irán extenuando día a día sin planes ni concierto, y la pobreza implacable nos va alcanzar, y solo entonces tendremos tierras inhóspitas con campos que no producen nada, la gran ganadería de la que se habla habrá desaparecido, y los tributos que recibimos por la minería no alcanzará, porque los pasivos ambiéntales serán mucho más.
Tenemos que encontrar ya el verdadero rumbo para nuestro pueblo, necesitamos liderazgos válidos para aprovechar estos momentos de bonanza minera, y construir ya la estructura de un pueblo próspero con oportunidades para todos, no de un pueblo que se esta acostumbrando a estirar la mano para que alguien les solucione sus problemas; no dejemos pasar esta oportunidad, ni perdamos tiempo, encaminemos las acciones de nuestro pueblo por las rutas del desarrollo.
Sin proyectos de desarrollo nuestro pueblo avanza y retrocede pero por desgracia más retrocede que avanza. Los resultados de estos continuos errores están a la vista: Marginación, contaminación, desorden, falta de empleo, corrupción incontrolable, autoridades incompetentes, y una sociedad estática, trémula que llora, se queja, y asiste al entierro de su propia esperanza.
Entonces dónde radican nuestros males, en la ausencia de programas de desarrollo, en la falta de proyectos de desarrollo que cumplan con las características de ser socialmente aceptados, técnicamente válidos, económicamente factibles y ambientalmente amigables y sobre todo que puedan ser implementados inmediatamente, elaborados por todos los sectores sociales.
Nos falta líderes con proyectos de desarrollo, que nos garanticen que el camino que tomamos es el correcto, y que las metas , objetivos, son reales, líderes con planes, rumbos y metas definidos. Porque sin proyectos, sin planes, sin visión de futuro, continuaremos este padecimiento de un pueblo con tantas potencialidades, que no ha podido encontrar el camino del desarrollo.
Necesitamos líderes que nos propongan y señalen metas rutas, que nos permitan sentirnos parte de un gran proyecto de desarrollo.
Necesitamos que nuestras autoridades y sus gerentes nos muestren una visión de futuro que como pueblos tenemos, porque si no trazamos el rumbo y las metas que deseamos para nuestra gente; ténganlo por seguro que las inmensas riquezas mineras se irán extenuando día a día sin planes ni concierto, y la pobreza implacable nos va alcanzar, y solo entonces tendremos tierras inhóspitas con campos que no producen nada, la gran ganadería de la que se habla habrá desaparecido, y los tributos que recibimos por la minería no alcanzará, porque los pasivos ambiéntales serán mucho más.
Tenemos que encontrar ya el verdadero rumbo para nuestro pueblo, necesitamos liderazgos válidos para aprovechar estos momentos de bonanza minera, y construir ya la estructura de un pueblo próspero con oportunidades para todos, no de un pueblo que se esta acostumbrando a estirar la mano para que alguien les solucione sus problemas; no dejemos pasar esta oportunidad, ni perdamos tiempo, encaminemos las acciones de nuestro pueblo por las rutas del desarrollo.
Sin proyectos de desarrollo nuestro pueblo avanza y retrocede pero por desgracia más retrocede que avanza. Los resultados de estos continuos errores están a la vista: Marginación, contaminación, desorden, falta de empleo, corrupción incontrolable, autoridades incompetentes, y una sociedad estática, trémula que llora, se queja, y asiste al entierro de su propia esperanza.
Entonces dónde radican nuestros males, en la ausencia de programas de desarrollo, en la falta de proyectos de desarrollo que cumplan con las características de ser socialmente aceptados, técnicamente válidos, económicamente factibles y ambientalmente amigables y sobre todo que puedan ser implementados inmediatamente, elaborados por todos los sectores sociales.
Nos falta líderes con proyectos de desarrollo, que nos garanticen que el camino que tomamos es el correcto, y que las metas , objetivos, son reales, líderes con planes, rumbos y metas definidos. Porque sin proyectos, sin planes, sin visión de futuro, continuaremos este padecimiento de un pueblo con tantas potencialidades, que no ha podido encontrar el camino del desarrollo.
Necesitamos líderes que nos propongan y señalen metas rutas, que nos permitan sentirnos parte de un gran proyecto de desarrollo.