¿Y quién es el mal
menor?
Rolando Húbner Marcos
Picón
En los últimos días
hemos visto en redes sociales y en cierta prensa se ha incrementado las
mentiras y campañas que promueven la confusión, el odio y el miedo. En estos
momentos en que los peruanos nos encontramos entre la espada y la pared, nos
obliga a reflexionar, con tranquilidad, con responsabilidad, los datos que
compartimos o comentamos, no necesitamos pelearnos; a final de cuentas creo que
todos buscamos lo mejor para el país y para nuestras familias.
Pedro Castillo ha
recibido el apoyo del ex presidente uruguayo Pepe Mujica, quien ha dicho: “Este es un llamado de un viejo luchador
social porque es un problema eterno que las izquierdas se juntan por ideas y
las derechas por intereses. Y habría que aprender, por experiencia y por dolor,
que no se pueden tener discusiones hasta el juicio final para aprender a estar
de acuerdo (...). Juntarse, juntarse, juntarse porque eso es decisivo.
Entonces, Perú tiene ese desafío, como casi todos los pueblos latinoamericanos”.
Keiko Fujimori por su
parte, ha recibido el apoyo del premio nobel de literatura Mario Vargas Llosa;
quien en una columna publicada en el diario mejicano de Crónica titulada
“asomándose al abismo” ha escrito: “He combatido al fujimorismo de manera
sistemática, como lo he hecho con todas las dictaduras de izquierda o de
derecha, creo que en las elecciones que se vienen –las de la segunda vuelta-,
los peruanos deben votar por Keiko Fujimori, pues representa el mal menor y
hay, con ella en el poder, más posibilidades de salvar nuestra democracia, en
tanto que con Pedro Castillo no veo ninguna”, señaló.
El número de indecisos
crece, para entender el voto nulo o en blanco, tenemos que saber cómo piensan,
y es que la mayoría cree que todas las leyes, normas, reglamentos y
dispositivos empezando por la propia constitución, son letra muerta y nadie
cumple, que la justicia es para el que puede pagarlo o el que tiene dinero. El
país democrático, participativo, resulta ser una ficción, una apuesta perdida,
y es así porque la corrupción ha copado todas las instituciones públicas; el
sistema burocrático ha hecho que haya pocas esperanzas en el estado y sus
instituciones, y creen que nuestras instituciones sólo sirven a los que
administran, a los más ricos y poderosos; cómo creer entonces en nuestros
políticos y en nuestras instituciones.
Siempre los peruanos
hemos estado en este dilema de elegir el mal menor. Ahora ¿Quién es el mal
menor?, o como dicen algunos que, tapándose la nariz, cerrando los ojos, y
mirando al techo, votarán por la gobernabilidad y en contra de la amenaza
(¿roja? ¿naranja? Pero hay quienes también
han dicho que votarán en blanco o viciado porque ninguno de los candidatos los
representa.
Hace más de 30 años que
en el Perú no hay ideas ni ideologías, ni planes, ni doctrinas, ni siquiera un
proyecto de país, ya nadie juega en equipo, cada uno busca sus beneficios
personales, al más puro estilo de la globalización.
A pocas semanas de las
elecciones, aún todo no está dicho; escucharemos de todo en estos próximos
días, pero guardemos la cordura, los especialistas en campañas electorales y
los asesores nos mostrarán las palabras claves, estarán las tendencias, las
encuestas, y los aliados, y no faltarán los destapes, las acusaciones y
mentiras, porque ambos candidatos tienen mucho que explicarle al país, mientras
tanto nosotros tenemos que escuchar a ambos candidatos para discernir, a final;
solamente existe Pedro y Keiko, nada más.
La mayoría de peruanos después de todo nos queremos, nos respetamos y aceptamos como sociedad, como ciudadanos y personas; que este país diverso nos necesita hoy más que nunca, y que el Perú sea para todos los peruanos, que las cosas cambiarán cuando todos nos juntemos para construir una nueva sociedad, que las cosas cambiarán con el esfuerzo de todos y no por cualquier tipo de salvador de la patria.