sábado, 24 de octubre de 2020

Cultura:

Al rescate de nuestra  cultura

Omar Llanos Espinoza

 Conocer nuestro pueblo, nuestro entorno, es un factor primordial e importante para toda gestión, esto implica promover la cultura, el rescate de nuestros valores, y luchar contra la indiferencia en busca de nuestra identidad; una tarea que compete a los que tienen la responsabilidad de conducir los destinos del pueblo; siempre en cuando, comprendan que primero es la  educación y la cultura. 

Conocer primero

Huallanca no es simplemente la ciudad con sus calles, plazas y barrios, rodeado de cerros elevados con su cielo azulino. El verdadero Huallanca está más allá de la urbe, de puentes y ríos que lo circundan. El verdadero Huallanca está  en sus punas, estancias y chacras; en la cadena de montañas de nevados, lagunas y ríos; en sus chozas y vaquerías, en sus minas, socavones y campamentos. Allí está Huallanca donde nacen los vaqueros y repunteros que elaboran los famosos “Quesos de Huallanca”; donde nacen los becerros bravos, y germinan las ricas papas. Allí en las minas donde  extraen  los minerales de buena ley para enriquecer a unos cuantos.

El verdadero Huallanca es: Desde el lejano Huancayoc hasta el otro extremo de Huachwa “Ay huachwa la huachwa”; Huallanca es las fértiles tierras de Andachupa, Ututupampa y Llacuash hasta las altas cumbres de Cuncush, Puntahuayi, Huamash, Chaupijanca, El Burro, Cuernonpunta, Chuspi, Yanashallash y Pucarraju.

 Ajenos a la realidad

Muchos se jactan de ser huallanquinos “por los cuatro costados”, inclusive han sido alcaldes, regidores, dirigentes de instituciones, como del frente de defensa, comunidades campesinas, juntas vecinales, directores y profesores de centros educativos;  pero poco conocen su propia institución, de su pueblo; de sus problemas, necesidades y aspiraciones, de sus costumbres y tradiciones. No comprenden  que el Huallanca de hoy, socialmente, es distinto a la época de nuestros padres y abuelos. La conformación poblacional ha cambiado tanto en la ciudad y en el campo. Todos estos fenómenos sociales que se vienen dando tienen que ser bien comprendidos; de lo contrario, su desconocimiento será uno de los factores del fracaso de la gestión de autoridades y dirigentes.

Esta ingrata experiencia a nivel dirigencial también se refleja en los estudiantes. En cierta oportunidad-en función oficial-visitamos varios centros educativos de nuestra ciudad, conversando con los alumnos de la realidad del distrito, preguntamos- sólo por muestreo- sobre la Cordillera Huallanca, de sus nevados, lagunas y ríos, o el nombre de las comunidades, estancias y asientos mineros. La respuesta: pocos sabían, inclusive algunos docentes desconocían la geografía de la localidad; entonces, nos preguntamos: ¿qué están enseñando sobre el aspecto socio-económico y geográfico de Huallanca? En las bibliotecas de los colegios no encontramos casi nada sobre Huallanca, salvo el libro de Mauro Aquino Albornoz, el periódico Yarowilca y la Revista Infohuallanca. En la internet y redes sociales existe información dispersa e incompleta; pero no es suficiente para conocer Huallanca.

Factores en contra

El desconocimiento de nuestra realidad socio-económica trae muchas consecuencias sociales, como: la indiferencia y la pérdida de identidad con el pueblo, en complicidad con los medios de comunicación, la Tv. Internet, videos, etc. con determinados programas alienantes y extranjerizantes, donde el usuario va adoptando otras formas de conducta, de culturas ajenas y distantes; indirectamente lo alejan de la realidad de su pueblo, de su entorno social.

A este factor se suma, la presencia de las empresas mineras que dan  oportunidades de trabajo y el apoyo con algunas obras materiales en el distrito; pero va creando en la población la falsa “ilusión minera”  que todo lo soluciona, de ganar bien y rápido, sin darse cuenta que eso dura poco y es inestable; no les preocupa que la actividad minera genera problemas ambientales que afectan nuestros recursos naturales; primero es su interés personal. Todo este “sueño minero” de aprovechar la bonanza pasajera, también va relegando a la otra actividad importante, que identifica a Huallanca, como es la ganadería, de gran tradición, vocación y fama; pasando a segundo plano, donde muchos campesinos han dejado el campo para enrolarse a la actividad minera, comenzando por sus dirigentes.

La indiferencia de las autoridades

En los últimos treinta años Huallanca ha tenido diez alcaldes y regidores  responsables del  Area de educación, cultura y turismo. Nos preguntamos: ¿qué han hecho por la cultura del pueblo?. No han dejado nada sobre la historia, geografía, folklore y turismo del distrito, ningún tipo de promoción  o publicación formal; como una demostración de incapacidad e indiferencia por la cultura, que es lo más importante en un pueblo; pese a contar con presupuesto y personal disponible.

En 1992, el Dr. César Picón Espinoza donó un inmueble a favor de la municipalidad para la “Casa de la Cultura”, un centro de promoción y difusión cultural; pasaron varios alcaldes y el predio sigue igual como lo recibieron; una muestra  más de su falta de voluntad  y desinterés por la educación y la cultura.

¿Qué hacer por la cultura?

Todas estas experiencias merecen una reflexión y acciones a tomar para rescatar Huallanca, su cultura, su personalidad; de ser un “pueblo minero y ganadero, honrado y valiente”, como pregonaban nuestros mayores.

 Existe la necesidad de promover y difundir el mejor conocimiento de nuestra realidad, histórica y cultural de Huallanca como distrito. Es una tarea que debe emprender la Municipalidad en coordinación con los sectores de Educación, Cultura y de Turismo, y más el apoyo de las empresas mineras del entorno. Por ejemplo, realizar el estudio socio-económico del ámbito distrital, considerando sus fortalezas, debilidades y alternativas, como un diagnóstico de nuestra realidad; que los resultados no se queden en los archivos de buenas intenciones. Difundir por los medios de comunicación, que pueda servir para diversos fines, como la promoción turística, que las nuevas generaciones de huallanquinos se identifiquen con su pueblo. Y la otra finalidad es rescatar y revalorar nuestros recursos naturales, conservar nuestras tradiciones y costumbres, investigar y promocionar los vestigios del legado arqueológico, de reordenar su historia desde las primeras culturas hasta la actualidad.

Ya es tiempo de hacer algo por la cultura de Huallanca, de difundir lo nuestro. Un proyecto de carácter cultural y educativo requiere trabajo: investigar, promocionar y conservar. Realizar una obra cultural es difícil y compleja, pero duradera y de mayor valía, y de menor costo. En cambio, para las autoridades de turno, sin visión, es más fácil hacer una obra material de fierro, cemento y ladrillo, que sólo requiere presupuesto y podrían recibir los “diezmos” y otros beneficios personales. He allí la diferencia entre lo cultural y material.

Reiteramos el llamado de trabajar por la cultura de Huallanca, de rescatar nuestra identidad como pueblo minero y ganadero, de conocer su pasado para comprender el presente y proyectarnos hacia al futuro.

 ¡Rescatemos nuestra cultura¡

"Hay, hermanos, muchísimo que hacer" (César A. Vallejo)