Al
rescate de nuestra cultura
Omar Llanos Espinoza
Conocer nuestro
pueblo, nuestro entorno, es un factor primordial e importante para toda
gestión, esto implica promover la cultura, el rescate de nuestros valores, y
luchar contra la indiferencia en busca de nuestra identidad; una tarea que
compete a los que tienen la responsabilidad de conducir los destinos del pueblo; siempre en cuando, comprendan que primero es la educación y la cultura.
Conocer
primero
Huallanca no es simplemente
la ciudad con sus calles, plazas y barrios, rodeado de cerros elevados con su
cielo azulino. El verdadero Huallanca está más allá de la urbe, de puentes y
ríos que lo circundan. El verdadero Huallanca está en sus punas, estancias y chacras; en la
cadena de montañas de nevados, lagunas y ríos; en sus chozas y vaquerías, en
sus minas, socavones y campamentos. Allí está Huallanca donde nacen los
vaqueros y repunteros que elaboran los famosos “Quesos de Huallanca”; donde nacen
los becerros bravos, y germinan las ricas papas. Allí en las minas donde extraen los minerales de buena ley para
enriquecer a unos cuantos.
El verdadero Huallanca es: Desde el lejano Huancayoc
hasta el otro extremo de Huachwa “Ay
huachwa la huachwa”; Huallanca es las fértiles tierras de Andachupa, Ututupampa
y Llacuash hasta las altas cumbres de Cuncush, Puntahuayi, Huamash, Chaupijanca, El Burro, Cuernonpunta, Chuspi, Yanashallash y Pucarraju.
Ajenos a la realidad
Muchos se jactan de ser huallanquinos “por los cuatro
costados”, inclusive han sido alcaldes, regidores, dirigentes de instituciones,
como del frente de defensa, comunidades campesinas, juntas vecinales,
directores y profesores de centros educativos; pero poco conocen su propia institución, de su
pueblo; de sus problemas, necesidades y aspiraciones, de sus costumbres y
tradiciones. No comprenden que el
Huallanca de hoy, socialmente, es distinto a la época de nuestros padres y
abuelos. La conformación poblacional ha cambiado tanto en la ciudad y en el
campo. Todos estos fenómenos sociales que se vienen dando tienen que ser bien
comprendidos; de lo contrario, su desconocimiento será uno de los factores del fracaso
de la gestión de autoridades y dirigentes.
Esta ingrata experiencia a nivel dirigencial también se
refleja en los estudiantes. En cierta oportunidad-en función oficial-visitamos varios
centros educativos de nuestra ciudad, conversando con los alumnos de la
realidad del distrito, preguntamos- sólo por muestreo- sobre la Cordillera
Huallanca, de sus nevados, lagunas y ríos, o el nombre de las comunidades,
estancias y asientos mineros. La respuesta: pocos sabían, inclusive algunos
docentes desconocían la geografía de la localidad; entonces, nos preguntamos: ¿qué
están enseñando sobre el aspecto socio-económico y geográfico de Huallanca? En
las bibliotecas de los colegios no encontramos casi nada sobre Huallanca, salvo
el libro de Mauro Aquino Albornoz, el periódico Yarowilca y la Revista
Infohuallanca. En la internet y redes sociales existe información dispersa e
incompleta; pero no es suficiente para conocer Huallanca.
Factores en contra
El desconocimiento de nuestra realidad socio-económica
trae muchas consecuencias sociales, como: la indiferencia y la pérdida de
identidad con el pueblo, en complicidad con los medios de comunicación, la Tv.
Internet, videos, etc. con determinados programas alienantes y
extranjerizantes, donde el usuario va adoptando otras formas de conducta, de
culturas ajenas y distantes; indirectamente lo alejan de la realidad de su
pueblo, de su entorno social.
A este factor se
suma, la presencia de las empresas mineras que dan oportunidades de trabajo y el apoyo con
algunas obras materiales en el distrito; pero va creando en la población la
falsa “ilusión minera” que todo lo
soluciona, de ganar bien y rápido, sin darse cuenta que eso dura poco y es
inestable; no les preocupa que la actividad minera genera problemas ambientales
que afectan nuestros recursos naturales; primero es su interés personal. Todo
este “sueño minero” de aprovechar la bonanza pasajera, también va relegando a
la otra actividad importante, que identifica a Huallanca, como es la ganadería,
de gran tradición, vocación y fama; pasando a segundo plano, donde muchos
campesinos han dejado el campo para enrolarse a la actividad minera, comenzando
por sus dirigentes.
La indiferencia de las autoridades
En los últimos treinta años Huallanca ha tenido diez alcaldes
y regidores responsables del Area de educación, cultura y turismo. Nos
preguntamos: ¿qué han hecho por la cultura del pueblo?. No han dejado nada
sobre la historia, geografía, folklore y turismo del distrito, ningún tipo de
promoción o publicación formal; como una
demostración de incapacidad e indiferencia por la cultura, que es lo más
importante en un pueblo; pese a contar con presupuesto y personal disponible.
En 1992, el Dr. César Picón Espinoza donó un inmueble a
favor de la municipalidad para la “Casa de la Cultura”, un centro de promoción
y difusión cultural; pasaron varios alcaldes y el predio sigue igual como lo
recibieron; una muestra más de su falta
de voluntad y desinterés por la
educación y la cultura.
¿Qué hacer por la cultura?
Todas estas experiencias merecen una reflexión y acciones
a tomar para rescatar Huallanca, su cultura, su personalidad; de ser un “pueblo
minero y ganadero, honrado y valiente”, como pregonaban nuestros mayores.
Existe la
necesidad de promover y difundir el mejor conocimiento de nuestra realidad,
histórica y cultural de Huallanca como distrito. Es una tarea que debe
emprender la Municipalidad en coordinación con los sectores de Educación,
Cultura y de Turismo, y más el apoyo de las empresas mineras del entorno. Por
ejemplo, realizar el estudio socio-económico del ámbito distrital, considerando sus fortalezas,
debilidades y alternativas, como un diagnóstico de nuestra realidad; que los
resultados no se queden en los archivos de buenas intenciones. Difundir por los
medios de comunicación, que pueda servir para diversos fines, como la promoción
turística, que las nuevas generaciones de huallanquinos se identifiquen con su
pueblo. Y la otra finalidad es rescatar y revalorar nuestros recursos
naturales, conservar nuestras tradiciones y costumbres, investigar y promocionar
los vestigios del legado arqueológico, de reordenar su historia desde las
primeras culturas hasta la actualidad.
Ya es tiempo de hacer algo por la cultura de Huallanca,
de difundir lo nuestro. Un proyecto de carácter cultural y educativo requiere
trabajo: investigar, promocionar y conservar. Realizar una obra cultural es
difícil y compleja, pero duradera y de mayor valía, y de menor costo. En cambio, para las autoridades de turno, sin visión, es más fácil hacer una
obra material de fierro, cemento y ladrillo, que sólo requiere presupuesto y
podrían recibir los “diezmos” y otros beneficios personales. He allí la diferencia entre lo cultural y material.
Reiteramos el llamado de trabajar por la cultura de
Huallanca, de rescatar nuestra identidad como pueblo minero y ganadero, de conocer
su pasado para comprender el presente y proyectarnos hacia al futuro.
¡Rescatemos nuestra cultura¡
"Hay, hermanos, muchísimo que hacer" (César A. Vallejo)