sábado, 6 de junio de 2020

Yo opino:

Diálogo como herramienta
Rolando Húbner Marcos Picón

Hemos llegado a la primera mitad de este 2020 y conforme avanza el año, la recesión económica, la pandemia, la avaricia y el acaparamiento de algunos empresarios nos muestran la complejidad y magnitud de los retos que tenemos que enfrentar como sociedad. Esta crisis de salud coincide con el descubrimiento de complejas redes de corrupción en las instituciones públicas y privadas; el acaparamiento, el oportunismo, la avaricia de algunos empresarios ha generado un incremento sin precedente en el precio de los medicamentos, de los equipos de protección, del alcohol, oxígeno, y el de los servicios básicos; no hacen más que confirmarnos, nuestra pobreza moral, esta triste realidad, golpe más a los que menos tienen y confirma que somos una sociedad en decadencia.
Huallanca: Plaza de Armas

El virus y el hambre han hecho su trabajo, mientras estos fantasmas recorren el mundo; en nuestra sociedad se está apoderando el pesimismo, la creencia de que todo va ir peor y los comentarios y debates son cada vez menos alentadores, porque nos hemos dado cuenta que nuestro individualismo es superior a nuestra solidaridad. Recuperar nuestros valores tal vez sea una respuesta a los desafíos de hoy; volvernos más humanos es nuestra tarea.

A pesar de los grandes problemas de salud y económicos causados por el coronavirus, ésta cruda experiencia nos debe dejar reflexiones para buscar mecanismos para paliar de alguna manera el impacto de esta crisis. Es importante aprovechar nuestro encierro para entender qué tipo de sociedad hemos estado construyendo y regresar reinventados, innovados, menos consumista, más solidarios, empáticos, más hermanos, más humanos; ojalá se pueda.

Jr. Comercio
En esta dinámica del día a día, se presentan situaciones de conflictividad generados muchas veces por rencillas personales, por promesas de campaña, por la combinación de acuerdos incumplidos, expectativas demasiado altas que hoy son casi imposible de cumplirse; discursos de agitadores, de oportunistas o en algunos casos de liderazgos equivocados, que quieren aprovechar estos momentos difíciles para ganar votos, el acoso y hostigamiento al personal de salud, en momentos en que todos debemos de poner ideas y trabajar unidos para frenar al covid-19 y al hambre.

A pesar de las dificultades, no podemos negar el enorme esfuerzo que vienen realizando quiénes se han puesto en primera fila para combatir a éste enemigo silencioso que amenaza con entrar a nuestro pueblo, por nuestra irresponsabilidad, relajamiento, por no cumplir con las normas básicas de salud dictadas por el gobierno, como: lavarse las manos, el uso de mascarillas, el distanciamiento social.

Es necesario entender y establecer relaciones armoniosas con toda las instituciones públicas y privadas, instituciones de la sociedad civil, representantes de las comunidades, los representantes de los gobiernos locales, provinciales y regionales, para elaborar protocolos sanitarios de acuerdo a nuestra realidad y alcanzar negociaciones exitosas y beneficiosas para todos. Es necesario dialogar, escuchar a los que más saben y unirnos para cumplir con las recomendaciones y los protocolos que se elaboran; el diálogo entonces se convierte en una herramienta necesaria.

Jr. Leoncio Prado
La falta de honestidad, la avaricia, la ambición de poseer más de algunos comerciantes, oportunistas o especuladores, no va poder vencer a un pueblo que trabaja unido, nuestros enemigos son el virus, el hambre, la pobreza y la desesperanza, nosotros somos más, si buscamos sentarnos a conversar, elaborar estrategias, ser inclusivos entonces seremos invencibles.

Aunque resulte duro reconocerlo, es la irresponsabilidad social, de algunos individuos, empresas de transporte de carga, el ingreso de gran cantidad de personas a nuestra localidad algunas de paso, otras a quedarse, éstas últimas que, en muchos casos, no cumplen con la cuarentena y no son monitoreados, porque nadie o muy pocos saben cuándo o  cómo han llegado;  es la que está poniendo en riesgo la salud pública. 

Con tristeza pero con valentía, debemos aceptar que somos co-responsables de lo que estamos viviendo o vamos a vivir; esto nos obliga a hacer cambios, limar asperezas y trabajar juntos por no permitirle a éste virus llegue a nuestro pueblo, y una y otra vez parlar.